Elecciones legislativas en Alemania

La debacle liberal en Baviera complica la campaña de Merkel

Merkel, con su cartel electoral al fondo, en un acto de campaña en Berlín, ayer.

Merkel, con su cartel electoral al fondo, en un acto de campaña en Berlín, ayer.

J. M. FRAU
BERLÍN

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El lema de los liberales alemanes (FDP) era hasta el domingo Nur mit uns  (Solo con nosotros). La frase se repite en todos los carteles, acompañando propuestas, de carácter muy general: «Más libertad», o «No más subida de impuestos». A partir de ayer, después del desastre sin paliativos sufrido en las elecciones de Baviera, piden directamente el segundo voto para ellos. Si «solo con nosotros» era una interpretación interesada de que solo con los liberales podía funcionar una coalición de Gobierno federal, la petición del segundo voto es una llamada a los electores de la CDU, el partido de la cancillera Angela Merkel, para que les presten su apoyo y superen la barrera del 5% el domingo.

El peculiar sistema electoral alemán permite esta posibilidad, ya que el elector ha de rellenar dos casillas; en la de la izquierda se vota personalmente a los candidatos de los distritos electorales, mientras que el segundo voto va a listas de los partidos. La clara derrota de los liberales en Baviera, que ni siquiera se acercaron a la barrera del 5% para entrar en la Cámara regional y se quedaron en el 3,3%, marca ya, sin duda, la última semana de campaña para las generales del próximo domingo.

Horst Seehofer, el único claro vencedor de la noche electoral, aseguró ayer que lamentaba que sus socios de Gobierno en los últimos cinco años no hayan podido entrar en el Parlamento. Sin embargo, los malos resultados del partido que preside el vicecanciller de Merkel, Phi-

lipp Rösler, le han facilitado la posibilidad de cumplir su objetivo, que no era otro que gobernar en solitario en uno de los estados más ricos de Alemania.

«VOTO DE LÁSTIMA» / En cambio, a Merkel, los resultados del FDP le han complicado la situación. El secretario general de su partido, Hermann Gröhe, tardó muy poco en rechazar la posibilidad de prestar votos a sus socios liberales: «Queremos que Angela Merkel siga siendo la cancillera, necesitamos los dos votos. No tenemos ningún voto para regalar», dijo sin dejar margen para la duda. Esta es la versión oficial, pero no hay que descartar que votantes de la CDU concedan el llamado «voto de lástima» a los liberales, para ayudar a que se pueda repetir la actual coalición de Gobierno.

Rösler advirtió que «ahora se trata de Alemania», en un intento de movilizar no solo a sus electores, sino también a los partidarios de que se repita la coalición de conservadores y liberales. Para ello, volvió a advertir de que una eventual unión entre el los socialdemócratas del SPD, Los Verdes y Die Linke (La Izquierda) podría tener consecuencias negativas para el país. En esta advertencia coincidió Rösler con el secretario general de la CDU.

El arrollador triunfo de Seehofer, que ayer insistió en que exigiría en Berlín lo mejor para su land, puede tener para Merkel otras consecuencias que el diario bávaro Süddeutsche Zeitung resumió ayer en su viñeta política. En ella representaba al victorioso presidente bávaro con los atributos  de rey, diciendo L'Etat c'est moi y a la cancillera, en segundo plano, con la reflexión: «Ahora me tendré que tragar el peaje», en alusión a la propuesta más polémica del programa de Seehofer, un peaje solo para extranjeros en las autopistas bávaras, una idea que Merkel ha rechazado públicamente.