APUROS PARA LA POLÍTICA EUROPEA EN LOS BALCANES

Holanda veta la firma del acuerdo de asociación entre la UE y Serbia

Un albanokosovar recuerda, hace unos días, una matanza de civiles por fuerzas serbias en Racak, en 1999.

Un albanokosovar recuerda, hace unos días, una matanza de civiles por fuerzas serbias en Racak, en 1999.

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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Holanda, con el apoyo de Bélgica, vetó ayer la firma del acuerdo de asociación y estabilización entre la Unión Europea (UE) y Serbia, lo que debilita las posibilidades del candidato proeuropeo a las elecciones presidenciales del país el próximo domingo, el actual presidente, Boris Tadic. Para camuflar la dura bofetada a las fuerzas proeuropeas en vísperas de la explosiva independencia de Kosovo, la UE ofreció a Serbia como compensación un acuerdo interino de cooperación política y eco- nómica, que el ministro serbio de Asuntos Exteriores serbio, Vuk Jeremic, calificó de "gran avance".

Algunos países europeos temen que la intransigencia de Holanda contribuya a la elección como nuevo presidente de Serbia del candidato ultranacionalista y prorruso, Tomislav Nikolic, que ya se impuso en la primera vuelta. Serbia dominó el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE y desencadenó un agrio enfrentamiento entre Holanda y la mayoría de los Veintisiete.

EXIGENCIA

Holanda argumentó que su Parlamento había acordado que no se firmara el acuerdo de asociación hasta que Serbia "coopere plenamente con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia", es decir, hasta que haya entregado al exgeneral de las fuerzas serbobosnias Ratko Mladic. La intransigencia holandesa está motivada por la mala conciencia del país por la matanza de Srebrenica. Los soldados holandeses, bajo bandera de la ONU, entregaron en 1995 esa ciudad bosnia a las fuerzas de Mladic, que exterminaron a la población.

Holanda se mantuvo insensible a los argumentos de la Comisión Europea de que Serbia "se aproxima a la plena cooperación" con el Tribunal de La Haya y de que ha facilitado la detención de una veintena de encausados, incluido el expresidente Slobodan Milosevic.

El secretario de Estado español de Asuntos Europeos, Alberto Navarro, criticó el "doble rasero" que se aplica a Serbia, con exigencias muy superiores a las que se plantearon en su día a Croacia para firmar el mismo acuerdo, ya que a Zagreb nunca se le pidió esa "plena cooperación". Navarro recordó que la UE incluso inició las negociaciones de adhesión de Croacia antes de que se detuviera al exgeneral croata Ante Gotovina, acusado de crímenes de guerra.

Ante el veto holandés, la UE ofreció a Serbia firmar el 7 de febrero un acuerdo político interino que reforzaría la cooperación económica, facilitaría la concesión de visados y aumentaría la participación de los estudiantes serbios en el programa universitario Erasmus.

La presidencia eslovena de la UE calificó la propuesta de "muy interesante" y el responsable de la política exterior europea, Javier Solana, aseguró que constituía "una señal positiva al pueblo serbio de que su futuro está en la UE". Sin embargo, el ministro holandés de Exteriores, Maxime Verhagen, dejó claro el limitado alcance de la oferta europea al declarar satisfecho que ese texto "está lejos del acuerdo de asociación". Los ministros evitaron hablar de Kosovo durante la reunión, aunque la UE continúa los preparativos para enviar la misión de tutela política, policial y judicial a esa región serbia cuando declare la independencia.