Primer choque del presidente Kaczynski y el futuro Gobierno de Polonia

EL PERIÓDICO / VARSÒVIA

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Aunque el descalabro electoral en las legislativas dejó a lagemelocraciapolaca herida de muerte, sus coletazos prometen. Tras 10 días de silencio en los que ni siquiera se ha dignado a felicitar al vencedor de las elecciones y futuro primer ministro, el liberal Donald Tusk, el presidente Lech Kaczynski reapareció ayer dispuesto a dar guerra.

En una entrevista concedida al diario afínRzeczpospolita, el ultraconservador Kaczynski abrió las hostilidades declarándose "especialmente preocupado" por la intención del futuro Gobierno de retirar las reservas de Polonia ante la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

El presidente ve en la Carta

"una doble amenaza", a la "identidad nacional" y a la posición polaca sobre "las antiguas propiedades de alemanes". Polonia bloqueó la negociación del Tratado de la UE hasta lograr quedar fuera del ámbito de la Carta, a la que tanto Lech Kaczynski como su hermano gemelo Jaroslaw, el primer ministro saliente, se oponen porque a su juicio puede facilitar la legalización del matrimonio homosexual y la suavización de la legislación antiabortista en la muy católica Polonia.

A ello se suma el temor de que abra una vía a los ciudadanos alemanes expulsados del oeste del país con la redefinición de fronteras tras la segunda guerra mundial para que reclamen sus antiguas posesiones, una posibilidad descartada sin embargo por la propia Comisión Europea.

VETO LIMITADO

La cohabitación que se avecina no será fácil, aunque los poderes del presidente son limitados. Su derecho a veto le puede permitir obstaculizar leyes y decisiones del Gobierno, pero a este le bastará su mayoría en el Parlamento y en el Senado para sacarlas finalmente adelante.

La Constitución polaca sí establece que el jefe del Estado "coopere en el ámbito de la política exterior" con el Gobierno. Y el euroescéptico Lech Kaczynski ya ha recibido la primera en la frente con el anuncio del europeísta Tusk de que ofrece la cartera de Exteriores al exministro de Defensa Radek Sikorski, quien el pasado febrero abandonó el Gobierno de Jaroslaw Kaczynski dando un portazo y se pasó al enemigo. "Este tipo de candidaturas no facilitarán la cooperación", dijo el presidente.