Uribe cancela la negociación para un canje con las FARC

Las incipientes negociaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC para el intercambio de rehenes por guerrilleros presos se fueron ayer al traste, y con ellas las esperanzas de las familias de los secuestrados. Un día después del atentado con coche bomba contra la Universidad Militar Nueva Granada (norte de Bogotá), el presidente Álvaro Uribe anunció su decisión de suspender los contactos con el grupo guerrillero. "El único camino que nos queda es el rescate militar de los secuestrados", señaló.

Uribe retó al jefe militar de los rebeldes, Jorge Briceño (aliasMono Jojoy), a negar que "desde su refugio de cobardes en la selva" ordenó el atentado, el primero de estas características que tiene lugar en Bogotá en tres años. Las FARC no se han atribuido la acción, pero, de hecho, no es habitual que lo hagan. El presidente colombiano dijo que ha revocado la autorización que hacía pocos días había concedido al comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, para reunirse con representantes de la guerrilla. Las FARC exigían la excarcelación de medio millar de guerrilleros presos a cambio de 58 rehenes con estatus de presos políticos (policías, militares y políticos), así como la desmilitarización de dos municipios para llevar a cabo el intercambio.

CRÍTICAS POR DOQUIER

La decisión de Uribe ha sido duramente criticada por los barones del Partido Liberal (oposición) y sobre todo por las familias de los rehenes. La madre de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, en manos de los rebeldes desde febrero del 2002, dijo que el anuncio del presidente "es una condena a muerte de los secuestrados". Todos recuerdan la desastrosa operación militar que el Ejército llevó a cabo en mayo del 2003, con Uribe en la presidencia, para rescatar al exministro de Defensa, Gilberto Echeverry, y el exgobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, ambos en manos de las FARC. Los dos murieron durante el asalto.