Conexión estratégica

L’Hospitalet y Esplugues se alían para liderar la futura ‘capital biomédica’ del área de Barcelona

Representantes de los ayuntamientos reivindican las potencialidades económicas que se fraguan al sur de la capital catalana

Esplugues estima que su futuro Distrito de Innovación en torno a Sant Joan de Déu creará 23.000 nuevos puestos de trabajo

Aprobado definitivamente el plan urbanístico para desarrollar el futuro polo biomédico de L’Hospitalet

Eduard Sanz (PSC), primer teniente de alcaldesa de Esplugues, y David Quirós (PSC), tercer teniente de alcaldesa de L'Hospitalet.

Eduard Sanz (PSC), primer teniente de alcaldesa de Esplugues, y David Quirós (PSC), tercer teniente de alcaldesa de L'Hospitalet. / Jordi Cotrina

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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“Esplugues se está convirtiendo en una nueva centralidad metropolitana”. Lo ha reivindicado la alcaldesa de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz (PSC), en el acto de presentación del futuro Distrito de Innovación que proyecta el municipio del Baix Llobregat y que ha reunido en la joya arquitectónica local que es el Espai Corberó a unas 300 personas, entre políticos, académicos y representantes del tejido económico y la innovación. Se trata de un plan que justo empieza a arrancar y que aspira a terminar de desarrollarse hacia 2040.

Representantes de los ayuntamientos de Esplugues y L’Hospitalet de Llobregat han aprovechado el acto para exponer las potencialidades del polo biomédico y de innovación que se fragua al sur de Barcelona, una zona sumergida en grandes procesos urbanísticos que buscan, entre otras cuestiones, dejar atrás la etiqueta de territorios periféricos —habitualmente, con una connotación peyorativa— para explotar nuevas capitalidades metropolitanas.

Para Díaz, si se logra atraer a las empresas y al “talento” necesario para materializar estos planes, el ámbito del Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues pasará a ser “el epicentro de un distrito biomédico basado en un ecosistema de economía del conocimiento donde de forma natural se ubicarán empresas de alto valor añadido". Un panorama similar al que se proyecta en las inmediaciones del Hospital Universitari de Bellvitge de L’Hospitalet.

Barcelona y su dimensión metropolitana

Cada vez es más frecuente que, cuando se habla de Barcelona, se haga en su dimensión metropolitana. La Barcelona de los 3,3 millones de habitantes, que incluye los municipios del área metropolitana, o la de los 5,5 millones, la conocida como región metropolitana, son la unidad de medida más habitual cuando se habla de la capital catalana en términos económicos, de vivienda o movilidad. 

Municipios fronterizos con la capital catalana como Esplugues, con su Distrito de Innovación, L’Hospitalet, con el PDU Biopol-Granvia —que la semana pasada se aprobó de forma definitiva—, o Sant Adrià y Badalona, con la transformación del espacio de las Tres Xemeneies y la zona del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), tratan de atraer grandes proyectos económicos que tienen difícil cabida en una Barcelona ya altamente encorsetada por las propias fronteras de su término municipal. 

Proyectos con una importante incidencia local, pero que vindican su papel dentro de la economía catalana y que refuerzan su posición de cara al extranjero gracias al paraguas que ofrece la ‘marca Barcelona’. Así, se calcula que, a pleno rendimiento, el polo biomédico que comparten L’Hospitalet y Esplugues, catalogado como proyecto de país, generaría potencialmente una contribución de hasta el 1,86% del PIB total de Catalunya —unos 4.500 millones de euros anuales—. 

Cooperación entre ciudades

En la presentación ha intervenido también el tercer teniente de alcaldesa de L’Hospitalet, David Quirós (PSC), quien ha incidido en que estos planes son “una oportunidad para generar oportunidades, tanto para la economía, como para las propias ciudades. “Las ciudades del área metropolitana, en un pasado, hemos vivido de espaldas a Barcelona y hace ya un tiempo que hemos pensado que la Gran Barcelona debe tener una visión metropolitana”, ha añadido Quirós.

Por su parte, en una área metropolitana tan atomizada como la de Barcelona, el urbanista e investigador en Ciencia de las Ciudades en la universidad Harvard, Ramon Gras, ha señalado, a lo largo de una exhaustiva radiografía de economía barcelonesa y espluguense, que entre las fortalezas del área donde se prevé ese Distrito de Innovación destaca una “diversidad de servicio y manufacturas muy grandes”, es decir, que en el área de Esplugues y Barcelona, por ejemplo, tienen presencia casi la mitad de los 700 tipos de industrias categorizados a escala internacional. 

Ramon Gras, urbanista e investigador en Ciencia de las Ciudades en la universidad de Harvard.

Ramon Gras, urbanista e investigador en Ciencia de las Ciudades en la universidad de Harvard. / Jordi Cotrina

Sin embargo, Gras también ha remarcado que los picos de excelencia en estos ámbitos “son escasos” y que las potencialidades no están explotadas. Además, ha remarcado que existen “debilidades estructurales” como una “dependencia excesiva de algunos sectores de actividad como es el turismo”, mientras que otros sectores más vinculados a la investigación no han terminado de consolidarse. Una condición que Gras ha apuntado como un reto en el que trabajar los próximos años para ayudar a hacer realidad proyectos presentados.

El urbanista e investigador, además, ha hablado de la relación que deben tener los distintos puntos que ahora se plantean a ambos lados de Barcelona en materia de salud y biomedicina y ha sugerido que, si cada ciudad trata de hacer lo mismo en vez de funcionar como aliados complementarios, puede haber “redundancias”. El mismo David Quirós ha hecho referencia ha este riesgo y ha abogado por un modelo de cooperación entre localidades en el que “cada ciudad aporta su singularidad para formar parte de un mismo discurso”.

Reurbanización y movilidad

En la presentación ha intervenido Eduard Sanz (PSC), primer teniente de alcaldesa, quien ha defendido que las ciudades, con los planes urbanísticos y los proyectos planteados, han creado ya las condiciones para hacer posibles estos nuevos polos económicos, y ha hecho un llamamiento a las administraciones supramunicipales, principalmente a la Generalitat, para implicarse. 

Otra de las asignaturas pendientes de la zona donde se prevé el polo biomédico de Esplugues es mejorar la conexión con las intersecciones fronterizas de L’Hospitalet y Barcelona, donde se ubica el campus de la Universitat de Barcelona (UB), entre otros equipamientos, y donde está proyectada también la construcción del nuevo Hospital Clínic. Además, Sanz ha recordado la necesidad de la prolongación de la L3 del metro hasta Esplugues y Sant Joan de Déu: “Es vital”. También David Quirós ha insistido en la importancia de que la Generalitat acompañe el proyecto con el diseño de “nuevos planes de formación que nos pedirán la industria y los mismos espacios”.

Antecedentes y contexto histórico del plan

El actual plan 'Porta Diagonal', anteriormente conocido como plan 'Porta Barcelona' y todavía antes como 'Pla Caufec', pieza urbanística clave para el desarrollo del Distrito de Innovación, halla sus orígenes a principios de la década de los noventa. Fue en 1991 cuando las empresas Cauval y Fecsa —de ahí el nombre original 'Caufec'— propusieron un plan urbanístico para transformar el importante acceso a Barcelona junto a la ladera de Collserola con el compromiso de soterrar las líneas de alta tensión de la zona, episodio que los vecinos de la zona aplaudieron.

No corrieron la misma suerte, sin embargo, los miles de metros cuadrados planificados para pisos —medio millar de viviendas, recuerda el arquitecto Batlle— y grandes edificios para oficinas u hoteles que fueron objeto de oposición vecinal prácticamente desde los orígenes del proyecto urbanístico.

Ese rechazo se acrecentó, a través de múltiples protestas, a partir de 2005, cuando en pleno ‘boom’ inmobiliario el proyecto empezó a tomar forma ya con obras a la vista. El movimiento vecinal de Esplugues llegó a explorar incluso la vía judicial contra el proyecto apelando a su impacto ambiental negativo sobre Collserola, una senda que no prosperó.

En el contexto de protesta contra el desarrollo urbanístico se llegó a constituir una entidad vecinal, la Plataforma No al Pla Caufec, que a día de hoy apenas tiene predicamento. Pese a que la crisis del 2008 paralizó la mayoría de grandes proyectos urbanísticos barceloneses como el de la ordenación del 'sector Finestrelles', las obras volvieron a reactivarse entre 2015 y 2017. En este sentido, el último movimiento del proyecto fue la renovación en marzo del 2021 del convenio urbanístico entre el Ayuntamiento de Esplugues y las promotoras Sacresa, Porta Diagonal y Caufec, el cual habilita a los actuales avances.

El PDU Biopol-Granvia de L'Hospitalet también ha contado durante años con una fuerte oposición política —aunque ahora ha logrado un mayor consenso— y vecinal. De hecho, el anterior plan fue tumbado en los tribunales y reformulado después. Así, la entidad No Més Blocs ha iniciado una campaña de financiación para presentar un recurso contencioso-administrativo con la intención de que los tribunales paralicen el proyecto.