Conferencia de Foment del Treball

Collboni retoma la Región Metropolitana de Barcelona de 5,5 millones de personas que el PSC tumbó a Colau

El alcalde pide para 2030 un ente metropolitano que asuma competencias de ayuntamientos, Estado y Generalitat

Collboni hace un guiño al Vallès y al Maresme como presidente del AMB: "Yo quiero una Barcelona grande"

Alcaldes metropolitanos plantarán a Colau como rechazo a su AMB ampliada

Suspendida una presentación de Colau por el plante de alcaldes metropolitanos

Collboni defiende ampliar el Área Metropolitana de Barcelona a todo el Vallès Occidental, el Vallès Oriental, el Maresme y el Garraf antes del 2030

Collboni defiende ampliar el Área Metropolitana de Barcelona a todo el Vallès Occidental, el Vallès Oriental, el Maresme y el Garraf antes del 2030. / FOTO Y VÍDEO: MARTA VIDAL / ACN

Toni Sust

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Contaba décadas atrás Jordi Pujol el chiste de que en una visita a China, ante el eslogan popularizado por la Generalitat acerca del número redondo alcanzado por la población catalana, ‘Som 6 milions’, el interlocutor local contestaba: “¿Y en qué hotel se alojan?”

Jaume Collboni ha abundado en esa idea este martes en una conferencia en la sede de la patronal Foment del Treball en la que ha empezado advirtiendo de que en cualquier país asiático al que acudan los representantes de Barcelona, si explican que la ciudad tiene 1,6 millones de habitantes parece que vengan de un barrio.

De 1,6 a 5,5 millones de habitantes

Ha añadido que cuando los barceloneses hablan de los 3,3 millones de vecinos que suman los 36 municipios del actual Área Metropolitana de Barcelona (AMB) la mirada cambia. Y que para los asiáticos “comienzas a ser alguien” cuando les citas los 5,5 millones de ciudadanos que forman la llamada Región metropolitana.

Y a partir de este detalle, el alcalde de Barcelona ha defendido el proyecto de que en 2030 exista un ente metropolitano, “un sujeto político”, que agrupe a 5,5 millones de ciudadanos, lo que supondría un marco que añadiría a a los territorios de la actual AMB el Maresme, el Vallès Occidental, el Vallès Oriental y el Garraf. Aunque el alcalde no lo ha citado, también el Alt Penedès suele añadirse a esa región, que sumaría en total 164 municipios.

La idea tiene una base argumental clara: un marco ampliado con varios municipios dentro ofrecería ventajas para gobernar a escala en varias materias, y permitiría planificar políticas de más alcance simplificando el trámite.

Collboni ha puesto como ejemplo el hecho de que por cuestiones que afectan a la Ronda de Dalt haya que aprobar iniciativas en varios municipios para la entrada en vigor de un reglamento, cuando una competencia metropolitana podría regularlo de forma más simple.

La necesidad de un pacto

El ente, ha proseguido Collboni, debería asumir competencias que ahora corresponden a los ayuntamientos, al Estado y a la Generalitat. Y todo fruto de un pacto por el cual esos consistorios, el Gobierno central y el catalán acepten ceder esas competencias a lo que sería una AMB ampliada.

El debate que ha abierto el alcalde ya fue apuntado por él mismo en el discurso en el que tomó posesión como presidente del AMB en julio, cuando hizo un guiño al Maresme y el Vallès al afirmar que es partidario de “una Barcelona grande”.

El plantón a Colau

Y es un debate que ya trató de abrir la anterior alcaldesa de Barcelona y presidenta del AMB, Ada Colau, que defendió un proyecto muy similar, a grandes trazos el mismo, el de la Barcelona de los 5,5 millones. Colau presentó el llamado Compromís Metropolità 2030 en un acto en el Saló de Cent en junio de 2020. Se marcó un plazo de dos años para concretar el proyecto y se anunció una conferencia de la alcaldesa para desarrollarlo el 7 de octubre de 2022 en Sant Adrià de Besòs.

Pero el PSC consideró que el plan de Colau era poco menos que unilateral y prácticamente una propuesta electoral por la cercanía de las municipales de mayo de 2023, por no recordar que afectaba a un terreno como el metropolitano, un feudo del partido. Así que los alcaldes socialistas del AMB se movilizaron y prepararon un plantón a la alcaldesa de Barcelona que bastó para forzar que su intervención fuera aplazada.

El difícil acuerdo con ERC y Junts

Ahora, con Collboni como alcalde, el PSC aborda una propuesta que hace un año rechazó por considerar que Colau no se había molestado en consensuar previamente. Y ese es uno de los matices que ha subrayado: que se buscará un diálogo intenso y se tendrá voluntad de pacto con todos los interlocutores afectados, del sector empresarial, a los ayuntamientos y la Generalitat.

Los alcaldes socialistas que se mostraron reticentes con Colau presentaban varias enmiendas a la iniciativa. Una, que el planteamiento colisionaría con la Generalitat, porque se intuyen pugnas competenciales severas. Porque cuesta imaginar al Govern de ERC aceptando esa cesión de competencias a favor de una nueva AMB ampliada. Tanto como costaría con Junts en ese Ejecutivo catalán. En el frente metropolitano, tanto posconvergentes como republicanos no pueden competir con los socialistas, y ese factor puede complicar un acuerdo, porque por ahora no se conocen casos en los que los partidos dejen campo libre a sus rivales donde mejor se desempeñen.

Competencias

La segunda queja de los socialistas venía de no encontrarle sentido a cumplir las competencias que ahora son de la Generalitat en lugar de insistir en que las cumpla. Un argumento que varios alcaldes del PSC podrían compartir todavía, aunque quizá si es Collboni quien lidera el debate no lo vean tan mal.

De fondo, toda esta cuestión no del todo nueva, y guarda vínculos con el viejo debate sobre la pugna de poder entre la Generalitat y el mundo municipal y supramunicipal que en su día enfrentó a Pujol con el entonces alcalde de Barcelona Pasqual Maragall.

Cualquiera que tenga un poco de edad y memoria recordará cómo reaccionó la Generalitat de Pujol cuando consideró que Maragall estaba dando a la Corporación Metropolitana de Barcelona (agrupación de 27 municipios en funcionamiento desde 1974) un perfil político excesivo. Ante la sospecha de que se la quería convertir en una administración que disputara el terreno al Govern, Pujol no dudó en replicar con contundencia: disolvió la CMB en 1987.

El himno y la bandera

Y por eso, por no encender fuegos innecesariamente, Collboni ha recalcado que la idea no es abordar ahora cuestiones concretas de gobernanza, ni detalles como el de si el organismo contaría con una presidencia que podría ser vista como una competencia por el propio presidente de la Generalitat.

Porque conviene recordar que lo que decidió a Pujol a disolver la CMB fue la noticia de que alguien en nombre de la institución había acuñado una bandera y un himno, que nunca llegaron a ondear ni a sonar, pero que remataron el proyecto.