Pobreza

La inflación hostiga a los hogares de la Gran Barcelona con problemas para calentarse en invierno

En 2022 se duplicó el número de viviendas del área metropolitana que no pudieron mantener una temperatura adecuada

El número de personas que no se pueden permitirse consumir carne, pollo o pescado, al menos, cada dos días ha aumentado casi un 75%

23 de los 36 municipios del AMB registraron un aumento de los precios durante el segundo trimestre de 2023

Una mujer con uno de sus hijos, víctimas de la pobreza energética, en su piso de Barcelona.

Una mujer con uno de sus hijos, víctimas de la pobreza energética, en su piso de Barcelona. / CARLOS MONTAÑÉS

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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El número de personas con dificultades para calentar su casa en invierno se duplicó entre 2020 y 2022 en Barcelona y su área metropolitana. Así lo expone un informe recientemente publicado por el Institut Metròpoli, en el que refleja que el porcentaje de viviendas no podían mantener una temperatura adecuada en los meses más fríos del año pasó del 10,4% en 2020 al 21,8% en 2022.

Sergio Porcel, director del estudio y jefe del Área de Sociedad del Institut Metròpoli, apunta al contexto inflacionario y a las dificultades de acceso a la vivienda como dos de las principales causas que comportan este incremento de la pobreza energética. “Los datos responden a un momento de incipiente inflación y, a pesar de que exista una recuperación de los ingresos, hay ciertas pautas de privación material”, destaca Porcel.

Y es que la renta media en estas viviendas se situó en 2021 -últimos datos disponibles- en 37.000 euros, lo que supone un incremento de casi el 6% en comparación con el 2020, el primer año de la pandemia. Pese a ello, las dificultades para calentar el hogar no son el único indicador de pobreza que presenta un repunte destacable. La proporción de personas que no se pueden permitirse comer carne, pollo o pescado, al menos, cada dos días ha aumentado casi un 75% en los últimos dos años, pasando en este caso del 3,3% de la población metropolitana den 2020 al 5,7% en 2022.

Porcel prevé que esta situación se sostenga en los datos de 2023, dado que el contexto inflacionario ha permanecido y los precios de la vivienda no han hecho más que crecer, aunque también matiza que no se espera ningún gran incremento respecto al año anterior, sino que “lo que se prevé es que la situación se mantenga de un modo parecido”.

El riesgo de pobreza, por encima de los niveles prepandemia

El mismo informe también muestra que aunque el riesgo de pobreza en la metrópolis de Barcelona bajó en 2022 respecto al año anterior, este siguió por encima de los niveles previos al covid-19. De este modo, en 2022, hasta un 21,2% de la población metropolitana vivía en riesgo de pobreza -un porcentaje muy similar al de personas con dificultades para calentar su hogar-, lo que se traduce en un total de unas 700 mil personas.

Este riesgo de pobreza, como es habitual, destaca en unas zonas y unos colectivos más que en otros. De este modo, territorialmente, los datos del Institut Metròpoli enseñan que el riesgo de pobreza sigue siendo superior en la primera corona metropolitana (23,7%) que en Barcelona ciudad (18,6%).

Si se mira por grupos de edad, es la población infantil y adolescente la que se encuentra en una situación económica más vulnerable, dado que hasta un 30,1% de la población menor de 16 años de la conurbación de Barcelona se encontraba en riesgo de pobreza (esto se traduce en 153.000 niños y adolescentes, aproximadamente). Por lugar de nacimiento, la población nacida fuera de España sigue siendo la que presenta un mayor riesgo de pobreza. Así, en 2021-2022 el 43,3% de la población extranjera se encuentra en riesgo de pobreza, frente al 11,7% para la población nacida en España.

El estudio también permite ver cómo se traduce el nivel educativo de las personas que viven en Barcelona y sus alrededores más inmediatos en el riesgo de ser pobre. En 2022, más de una cuarta parte de las personas sin estudios postobligatorios se encuentran en situación de riesgo de pobreza (27,7%). El riesgo se reduce al 20,8% entre la población que había obtenido una titulación postobligatoria y hasta el 11,7% entre la población con estudios superiores.

La losa del alquiler

El mismo Institur Metròpoli también expone que un 42,6% de la población de la región metropolitana de Barcelona que vive de alquiler destina más de un 40% de sus ingresos a cubrir estos gastos. "Esto también suele condicionar mucho el poder adquisitivo de las familias", comenta Sergio Porcel, quien añade que, en el caso de personas y familias con rendas más bajas, esta gran carga del alquiler puede llegar a traducirse en "situaciones de privación material".

Precisamente, hace tan solo unas semanas, el Incasòl publicó los últimos datos registrados de precios en los contratos del alquiler. De ello se extraía que 23 de los 36 municipios del área metropolitana registraron un aumento de los precios durante el segundo trimestre de 2023 con respecto a los primeros tres meses del año, lo que se traduce en un crecimiento de 48,34 euros al mes de media en los contratos firmados.

Estos datos divulgados por el Incasòl desvelan que el precio medio de los contratos en Barcelona y sus alrededores ha pasado de 815,5 euros a principios de año a los 863,84, lo que sitúa a la conurbación barcelonesa por encima de la media de Catalunya, que, pese a sufrir también un incremento de precios, se queda en los 830,34 euros.