Seguridad ciudadana

Sube en L’Hospitalet y baja en Santa Coloma: así es la criminalidad metropolitana de principios del 2023

Mientras al sur de Barcelona los delitos han aumentado un 19%, al norte han decrecido alrededor de un 2%

Entre los indicios con los que cuentan los Mossos se hallan conversaciones de whatsapp y datos aportados por la propia víctima.

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Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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El último balance de criminalidad publicado por el Ministerio de Interior refleja resultados dispares a lo largo del área metropolitana de Barcelona. L’Hospitalet de Llobregat (+18,8%) y el Prat (16,5%) son algunas de las grandes ciudades con mayores incrementos en hechos delictivos convencionales durante el primer trimestre de 2023 respecto al mismo periodo del año pasado. Aquí se incluyen delitos como robos, hurtos o violaciones y se excluye la cibercriminalidad.

Aún hay otras urbes metropolitanas que presentan una mayor subida, como Sant Feliu de Llobregat (+23,5%) o Sant Andreu de la Barca (+23%), muy por encima de la media de la provincia de Barcelona (+13,1%), pero, debido en gran medida al tamaño de población de estos municipios, en términos absolutos la variación de delitos es mínima: Sant Feliu pasa de 310 denuncias a 383 y Sant Andreu de 100 a 123. 

También Barcelona (+22,8%) muestra un porcentaje superior a L’Hospitalet y el Prat, aunque, en el caso de la capital, la última Junta de Seguridad Local celebrada la semana pasada expuso que los delitos en la ciudad habían crecido también durante el primer semestre de 2023 respecto al del 2022, aunque al ampliar el abanico temporal la subida se quedaba en un 13,7%.

“No son buenos datos”

El último informe de victimización del Institut Metròpoli -antes conocido como IERMB- ya reflejaba como a lo largo de los últimos años los ‘puntos calientes’ de la inseguridad se han expandido del centro de Barcelona hacia la periferia de la ciudad y otras urbes cercanas. “No se da en grandes cantidades, pero empezamos a ver que pasan cosas más allá de la ciudad de Barcelona”, explicaba en marzo a este diario la investigadora Cristina Sobrino.

El estudio reflejaba que las ‘zonas calientes’ metropolitanas coincidían también con ubicaciones cercanas a centros comerciales, zonas de ocio y estaciones de transporte público con alta afluencia de pasajeros. Así, tanto en L’Hospitalet como en el Prat, el aumento de criminalidad responde en gran medida al aumento de hurtos, que aunque no es el único campo que crece, es el más destacable en valores absolutos.

Desde el Ayuntamiento de L’Hospitalet reconocen que “no son buenos datos”, pero defienden que van en la misma línea de muchos otros municipios del área de Barcelona. “Es precisamente por eso que la alcaldesa lleva mucho tiempo insistiendo a quien tiene la competencia en materia de seguridad, de la necesidad de revisar al alza el número de efectivos de los Mossos d'Esquadra en la ciudad y dotarlos de estabilidad y más medios”, aseveran desde el consistorio hospitalense.

No es una reclamación nueva. De hecho, el choque entre ayuntamientos y Generalitat por la falta de efectivos policiales ha sido una constante durante los últimos meses, un enfrentamiento que se incrementó a medida que se acercaban las elecciones municipales del pasado 28 de mayo.

Desde el Ayuntamiento hospitalense defienden que "como consecuencia de la presión ejercida desde el consistorio", se han articulado "algunas respuestas" como los dispositivos TETRA y el plan UNTOS, que "están teniendo un impacto positivo en la reducción de algunos de los tipos delictivos". Así, inciden también en las limitaciones de las políticas de seguridad y en la importancia de complementarlas con políticas sociales y de integración.

Badalona y Santa Coloma, la otra cara de la moneda

Aunque la criminalidad en el primer trimestre de 2023 creció en buena parte de la provincia de Barcelona, también se encuentra el fenómeno contrario. Badalona, por ejemplo, con una población similar a la de L’Hospitalet, experimentó una caída del 1,8% respecto a 2022.

También bajó la delincuencia convencional en Santa Coloma de Gramenet (-2,7%), ciudad de casi 120.000 habitantes. "Creo que estos nuevos datos confirman la tendencia a la baja en la comisión de delitos a consecuencia de la aplicación de las políticas y actuaciones en cuestión de seguridad pública que hacemos desde Policía Local, con unidades como la USIR, y en colaboración con el resto de fuerzas de seguridad", dice por su parte la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlón.

Ni Badalona ni Santa Coloma son, sin embargo, las ciudades con mayores bajadas de criminalidad. El Masnou (-25,9%), Ripollet (-25,5%) y Viladecans (-11,8%) son las urbes con mayores caídas, aunque, igual que pasa con las ciudades donde más subió la criminalidad, se trata de municipios con mucha menos población y ‘zonas calientes’. De modo que. en términos absolutos, apenas hay diferencia en el número de delitos entre un año y otro.