Regulación turística

Las grandes urbes metropolitanas se desmarcan de BCN al no sancionar el negocio de las habitaciones turísticas

La nueva penalización de la capital catalana contrasta con la desregularización de las otras grandes ciudades turísticas

Ayuntamientos como el de Sant Cugat defienden la viabilidad del modelo para combatir los altos precios de la vivienda

El Sindicat de Llogateres y el sector hotelero secundan a BCN reclamando su prohibición

Turistas con maletas en la barceloneta

Turistas con maletas en la barceloneta / ALBERT BERTRAN

Àlex Rebollo

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Hace casi un mes que las habitaciones turísticas –aquellas que se alquilan por periodos inferiores a 31 días- de Barcelona pasaron a ser sancionables después de que el Ayuntamiento decidiera mantener su prohibición. Sin embargo, este intervencionismo de la capital catalana contrasta con la desregulación de los municipios metropolitanos con más presencia turística, los cuales no dan el paso por el momento a limitar este tipo de negocio turístico.

El Govern de la Generalitat aprobó en agosto del 2020 un decreto que, tras años de estar en un limbo, marcaba las pautas para establecer los límites de las habitaciones turísticas, dejando margen para que cada consistorio estableciera sus propias reglas.

El decreto delimitaba un plazo de un año para que los entes locales pudieran asumir esta tipología de alojamiento turístico en su municipio, tiempo ya transcurrido, y ni Badalona, ni Sant Adrià, ni Sant Cugat, ni Gavà, ni L’Hospitalet, ni Castelldefels –las grandes urbes metropolitanas más allá de Barcelona con mayor número de pisos turísticos registrados- han puesto coto a las habitaciones turísticas.

No obstante, se trataba de un margen para que los ejecutivos locales pudieran estudiar el texto y adaptarse, no de una fecha límite. Así, los ayuntamientos que no hayan establecido regulación pasado este año podrán igualmente en el futuro aprobar normativas sobre los usos de los hogares compartidos. Los distintos consistorios consultados explican que, de momento, no han detectado que las habitaciones turísticas sean un problema en sus ciudades, como sí lo fueron hace pocos años los pisos turísticos, es decir, alquilados al completo y no por estancias, a los que ya impusieron limitaciones a través de ordenanzas propias, siguiendo así la estela dibujada por Barcelona.

La alcaldesa de Sant Adrià del Besòs (Barcelonès), Filo Cañete, afirma que desde su gobierno no valoran que, a día de hoy, los hogares compartidos o habitaciones turísticas sean un problema para la ciudad.  “Esto no quita que, como pasa otras veces, Barcelona hace una actuación y esta tiene una repercusión directa en el municipio porque somos limítrofes, pero claro, actuar continuamente en función de lo que hace Barcelona tampoco es lo más práctico ni lógico, aunque a veces haya que hacerlo”, remarca la alcaldesa.

No obstante, Cañete recuerda que en la ordenanza para limitar las viviendas turísticas, el Ayuntamiento de Sant Adrià ya especificó en 2018 que los pisos turísticos deben alquilarse al completo y no por estancias. Así, explica que en caso de detectar problemas concretos con habitaciones destinadas alquileres vacacionales, se instaría al propietario a que, de querer seguir arrendando esa vivienda, la registre como piso turístico y la alquile al completo.

Hoteleros y activistas abogan por la prohibición

Desde el Ayuntamiento de Barcelona explican que la decisión de prohibir este tipo de alojamientos reside en que, en los últimos años, “se ha producido un incremento del número de habitaciones en alquiler para usos turísticos”, pasando de 5.866 anuncios de alquiler de habitaciones en el 2016 a 8.277 anuncios de alquiler de habitaciones en la capital catalana en julio de 2020, según los datos ofrecidos por el consistorio. De este modo, desde el ente barcelonés remarcan que aplicar estrictamente el decreto de la Generalitat en Barcelona supondría “un aumento desorbitado de la oferta de alojamientos turísticos en toda la ciudad”, especialmente en las zonas centrales, y un consecuente incremento de la presión turística en el vecindario.

Fuentes del Sindicat de Llogateres apuntan a que la problemática que ha llevado a Barcelona a prohibir las habitaciones turísticas “se extenderá allá donde llegue el turismo”. “En el momento en que saques más rendimiento de alquilar a turistas, el modelo se impondrá. De hecho, ya se está extendiendo”, aseveran. Por el contrario, Manel Casals, Director General del Gremi d’Hotels de Barcelona, señala que el no cree que las restricciones de Barcelona provoquen un desplazamiento de la oferta hacia los municipios metropolitanos cercanos: “No no creo que sea una opción alternativa, porque los usuarios de este tipo de ofertas lo que buscan es una estancia céntrica y barata”.

Sin embargo, Sindicat y hoteleros sí que coinciden en reclamar la prohibición de las habitaciones turísticas en los demás municipios. “No aceptamos que se destinen viviendas al turismo mientras haya personas sin casas o con riesgo de perderla. Una de las medidas que hay que tomar para asegurar el acceso a la vivienda es justamente recuperar pisos turísticos”, remarcan desde el Sindicat de Llogateres. Por su parte, Casals afirma que “lo más inteligente” para los consistorios es prohibir estos hogares compartidos porque “es la forma más fácil de controlarlos”, opinión compartida por la plataforma por el derecho a la vivienda.

De hecho, estas complicaciones son uno de los principales motivos que han conllevado la prohibición en Barcelona. Desde el consistorio apuntan que, para controlar esta actividad, “sería necesario un gran esfuerzo de recursos municipales en inspección”. Además, inciden en que se desarrolla en viviendas habituales y permanentes y que esto supone una “gran dificultad” de inspección.

Habitaciones turísticas en BCN, pero fuera de BCN

Pese a que las cifras no son comparables con el gran volumen de habitaciones dedicadas a estancias turísticas en la capital catalana, tal y como demuestra una rápida búsqueda en Airbnb, principal plataforma de alojamientos turísticos, estos últimos días de agosto es posible encontrar habitaciones privadas ofertadas en grandes municipios del entorno de Barcelona, especialmente en aquellos costeros que cuentan con zona de playa y atractivo turístico. De hecho, algunas de estas habitaciones son anunciadas como "una buena estancia en Barcelona" aún sin estar ubicadas exactamente en Barcelona, lo cual es paradójico dada la reciente regulación sancionadora de la gran ciudad.

En el caso de Gavà (Baix Llobregat), por ejemplo, una búsqueda para un huésped de este pasado viernes 27 de agosto arroja unos resultados de 6 habitaciones privadas activas para poder alquilar próximamente en el municipio. Dos de ellas se encuentran muy próximas a la cotizada zona de Gavà Mar, ambas a menos de 10 minutos de la playa en coche. ¿El precio? Unos 70 euros por noche y persona todavía en temporada alta.

Otras tres habitaciones de Gavà se encuentran en una misma ubicación, la intersección entre los barrios de Àngela Roca-Can Serra Balet, Rambla-Centre y la Zona Industrial La Post, a menos de 15 minutos de la playa en coche. En ellas, los precios se reducen a unos 40 euros por noche debido a su mayor distancia con respecto a la playa. La cuarta habitación, en su caso, está ubicada cerca del c/ de la Sentiu, ya en el barrio de les Bòbiles, pero también a un cuarto de hora de la zona de la playa. 

Por su parte, la misma búsqueda en Airbnb en Castelldefels (Baix Llobregat) ofrece un resultado de cerca de una treintena de habitaciones privadas aptas para reservar. La mitad de las mismas se hallan en el centro de la ciudad, alrededor del Parc del Castell, con precios que rondan entre los 40 y los 30 euros por noche en función de las fechas para las cuales se lleve a cabo la reserva. El resto de habitaciones se reparten más desperdigadas en el enclave litoral de la urbe baixllobregatense, sobre todo entre los barrios de Baixador y Lluminetes, a pocos minutos caminando de la playa.

Un ejemplo: el anfitrión Jordi ofrece en el Paseo Marítimo de Castelldefels una "habitación a una calle de la playa" por 63 euros la noche para los últimos días de este agosto del 2021. Y, una vez más, la gran ciudad se convierte en el mejor reclamo turístico: "Al lado del bus a una calle directo a Barcelona", se puede leer en la descripción del anuncio. 

Los Ayuntamientos

“Veo muy difícil poderlo regular y, aún más, tener capacidad para controlar este tipo de actuaciones desde los ayuntamientos”, avisa la alcaldesa de Sant Adrià del Besòs. Por parte del Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès) explican que están pendientes de establecer la normativa, pero comentan que “el volumen de trabajo que supone es muy grande” y que, con la pandemia y la crisis derivada de esta, ha quedad en segundo plano.

Reiteran que las habitaciones turísticas no representan “una casuística” en la ciudad y que, desde la aprobación del decreto han recibido “dos solicitudes que no se han tramitado por defecto de forma”. Así, señalan que el número de pisos turísticos ha bajado mucho desde 2018. Sin embargo, L'Hospitalet tampoco es ajena como segunda ciudad más poblada de Catalunya al negocio turístico de las habitaciones privadas. La búsqueda rápida en Airbnb resuelve alrededor de medio centenar de alojamientos de este tipo, especialmente concentrados en los barrios locales limítrofes con Barcelona.

El Ayuntamiento de Gavà se explica en términos similares a los de L’Hospitalet. El gobierno gavanense comenzó a trabajar en la regulación de las viviendas de uso turístico en el año 2019, cuando aplicó una suspensión durante un año de las licencias y comunicaciones previas para la instalación o ampliación de estos alojamientos. Durante la moratoria, sostienen que se elaboraron los estudios necesarios para "valorar el impacto de estas actividades·. En estos estudios, y desde la entrada en vigor del Plan Especial Urbanístico el pasado mes de junio, “no se ha constatado la existencia de habitaciones turísticas en el municipio, tampoco ninguna petición o queja”, defienden desde el consistorio.

“La práctica totalidad de viviendas de uso turístico se concentra en Gavà Mar, que registra cerca del 98% de altas”, siguen. Así, “dada la tipología de estos alojamientos y la estructura y características del barrio marítimo, no se prevé a corto plazo la aparición de este fenómeno”. Pese a ello, desde el ejecutivo dicen estar pendientes de elaborar la correspondiente normativa de regulación con el objetivo de que, en caso de que surja, “sea compatible con la convivencia y el descanso de los vecinos”.

El único de los consistorios consultados que afirma estar trabajando ya en una ordenanza que regule las habitaciones turísticas en la ciudad es el de Castelldefels. Así, desde el Ayuntamiento explican que se encuentran con dos principales dificultades para terminar de ubicar este modelo el municipio: encajarlo con la regulación que se aprobó en 2018 sobre viviendas turísticas y, en la misma línea que ya apuntaban desde el Sindicat de Llogateres y el Gremi d’Hotels de Barcelona, cómo hacer el control y la vigilancia. Aún así, señalan que en Castelldefels no han detectado una “demanda en relación a este tipo de oferta turística”. “Desde que la Generalitat lo aprobó, sólo ha entrado una consulta”, añaden.

Sant Cugat ve el modelo con buenos ojos

Desde el gobierno de Sant Cugat (Vallès Occidental) opinan que esta modalidad tendrá un efecto “muy limitado”, al no ser un municipio muy turístico, a pesar de la proximidad con Barcelona. “No nos da ningún miedo, al contrario, creemos que puede ser una buena opción, una posible salida para vecinos que tengan habitaciones libres y pocos recursos, que esto les pueda servir para tener unos ingresos extras”, manifiesta Francesc Duch, teniente de alcaldía de Desarrollo Urbano, Vivienda, Sostenibilidad, Vía Pública y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Sant Cugat. “Creemos que es un modelo que no interviene en el mercado de la vivienda de ciudad, que sí que es verdad que está muy tensionado, con precios muy altos”, señala.

“Airbnb decía lo mismo, pero quien se termina aprovechando de este tipo de posibilidades no son particulares, sino grandes familias con 15, 20 o 30 viviendas con las que especulan”, advierten las mismas fuentes del Sindicat de Llogateres. Desde el Sindicat opinan que las habitaciones turísticas acaban funcionando como pisos turísticos, por lo que sí que intervienen en el mercado inmobiliario, y que son un elemento más en el proceso de gentrificación de las ciudades.

“Sobre el papel suena bien, pero quién controlará si realmente se cumple que quien alquila viva en el piso -condición establecida en el decreto de la Generalitat para poder alquilar estas habitaciones- y cumpla con los requisitos”, reiteran. “En caso de que haya un boom se podría hacer suspensión de licencia para esta modalidad y hacer el estudio urbanístico. Siempre estamos a tiempo de hacerlo”, concluyen desde el Ayuntamiento cugatense.

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