BODA REAL EN LONDRES

Catalina y Guillermo se prometen amor eterno en la abadía de Westminster

EL PERIÓDICO / Londres

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El príncipe Guillermo de Inglaterra y su novia durante ocho años, Kate Middleton, se han prometido amor eterno en una emocionante ceremonia en la abadía de Westminster a la que ha asistido la mayor parte de la realeza europea, incluida la Reina de España y los príncipes de Asturias.

La llegada de Kate Middleton ha desvelado el secreto mejor guardado de la ceremonia, el vestido de novia, obra, como se rumoreaba, de Sarah Burton, la sucesora del desaparecido Alexander McQueen, el último genio de la costura británica. 

El vestido, que recuerda al que diseñó Edith Heath para Grace Kelly en su boda con Rainiero de Mónaco, es de color marfil y tiene escote de pico, encaje sobre los hombros y las mangas sobre cintura entallada y una cola de 2,7 metros.

Sin embargo, aunque de estilo medieval, el vestido no tenía nada del barroquismo que distinguía las mejores creaciones del diseñador británico, más allá de la exquisitez de los bordados, elaborados según una técnica irlandesa por la Escuela Real de Bordados.

La novia, que ha llegado acompañada de su padre Michael, ha enfilado el pasillo muy emocionada y se ha despojado del velo que cubría su rostro cuando se ha iniciado el oficio, que ha dirigido el deán de la basílica, John Hall. Iba con el cabello suelto, semirrecogido con raya al lado, frente a su usual raya en medio.

Su hermana, Pippa, que se ha encargado de los pajes, dos niños familiares de los novios, iba vestida de blanco.

Enrique, de padrino

Al pie del altar le esperaba Guillermo de Inglaterra, que había llegado unos 40 minutos antes, acompañado de su hermano Enrique. 

El novio viste el uniforme escarlata de la Guardia irlandesa, de la que es coronel honorario, mientras que Enrique, que actúa como padrino, lleva el uniforme de capitán del regimiento de caballería Blues and Royals, con las medallas del Jubileo de Oro y la Campaña de Afganistán, donde combatió.

La reina de Inglaterra, Isabel II, viste de amarillo y va acompañada de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo. La reina, siguiendo la tradición, ha sido  la última en llegar antes de la novia. Su llegada ha suscitado el entusiasmo de la multitud que la esperaba, a una distancia más que prudente, ante la iglesia.

El padre del novio, el príncipe de Gales, ha llegado casi de los últimos, acompañado de su esposa, Camila Parker-Bowles, duquesa de Cornualles, que viste un modelo similar al de Carole Middleton, pero en tono champagne, obra de la diseñadora Anna Valentine, autora de su traje de novia.

Madre de la novia

Poco antes ha aparecido la madre de la novia, Carole. Carole Middleton, elegantísima, va vestida de gris perla con vestido y abrigo sin cuello a juego, tocada con un sombrero de Phil Treacy a juego.

Los primeros invitados hacían cola ante el templo para poder ocupar sus asientos lo antes posibles desde antes de las 10. La abadía viste sus mejores galas, adornada con una alfombra roja en cuyos laterales hay ocho árboles, seis arces silvestres ingleses y dos carpes.

Los organizadores instalaron más de cuatro toneladas de vegetación ornamental en el interior de la abadía para conseguir un escenario similar al de un bosque artificial.

Entre los más previsores han estado el hermano de la princesa Diana, el conde Spencer, así como los Beckham y el actor Rowan Atkinson, el popular Mr Bean, amigo personal del príncipe. También el fotógrafo Mario Testino, autor de las fotos oficiales de la pareja.

Beckham, de sí misma

La excantante y diseñadora Victoria Beckham, embarazada de su cuarto hijo ha elegido uno de sus diseños para asistir a la boda, mientras que su marido David ha optado por un traje de Ralph Lauren. Victoria iba vestida de un gris marengo con cuello barco que dejaba ver sus tatuajes bajo una coleta de caballo basada en extensiones.

La pija de las Spice Girls completó el atuendo con un gorro del conocido sombrerero de damas Philip Treacy, un bonete coronado con un largo adorno vertical de formas onduladas. Con un sencillo peinado con una coleta de caballo, Victoria también ha participado en la elección de los zapatos, en colaboración con el diseñador francés Christian Louboutin.

También ha sido muy puntual la novia del príncipe Enrique, Chelsy Davy, vestida de verde agua. Otros invitados conocidos son el director de cine británico Guy Ritchie, exmarido de Madonna; y el cantante Elton John, muy amigo de la madre de Guillermo, la recordada Diana de Gales, y su marido, David Furnish.

Elton John y marido

Más tarde, tras los amigos, han llegado los miembros del gobierno y representantes diplomáticos. Entre ellos el exprimer ministro británico John Major, el único exmandatario invitado junto a Margaret Thatcher, que ha estado buscando su asiento durante bastante rato.

El actual Gobierno británico iba encabezado por el primer ministro David Cameron. Su esposa, Samantha, que trabajaba en la firma de lujo Mulberry, iba de verde con un mantón rojo. Más atrevida, la española Miriam González, la esposa del número dos del Ejecutivo, Nick Clegg, iba de gris con tules negros y un espectacular sombrero en plan mujer fatal años 50.

Ausencias reales

Las familias reales también han acudido a la boda británica. Uno de ellos ha sido Alberto de Mónaco, en el primer acto regio al que asistía con su ya oficialmente prometida, la exnadadora Charlene Wittstock. Ambos se unieron al grupo de habituales como el príncipe Guillermo de Holanda y su esposa, Máxima, o los príncipes de Grecia, Pablo y Chantal.

El capítulo de ausencias fue notable, fruto del carácter de sencillez que se ha querido dar a la ceremonia. Entre ellos, la princesa Carolina de Mónaco, o la reina Rania de Jordania, que ha limitado su presencia en actos sociales tras las críticas que arrecian en su país. O los herederos daneses, Federico y Mary, y la princesa Magdalena de Suecia.