Análisis

Hablan los pericos: "Querían ver al Espanyol en Segunda, y lo han conseguido", por Judit Bertran

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El Espanyol, a Segunda: causas, reacciones y consecuencias del descenso perico

Puado y Óscar Gil lamentan el gol marcado por Saúl al Espanyol en Cornellà-El Prat.

Puado y Óscar Gil lamentan el gol marcado por Saúl al Espanyol en Cornellà-El Prat. / Afp

Judit Bertran

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Esta última semana ha sido devastadora para los pericos. Hemos experimentado múltiples emociones como la rabia, el enfado, la tristeza y la pena. Pero hay una sensación que eclipsa a todas las demás, la injusticia

Robo arbitral

Podría estar enumerando todas las acciones cuestionables por parte del arbitraje y del VAR, pero me centraré en las dos últimas, que han sido un escándalo y nos han acabado sentenciando. Todos sabemos que el gol de Griezmann no entró y no hay ninguna imagen que diga lo contrario, pero entonces, ¿por qué dar el gol como válido sin pruebas? No pasa nada, es el Espanyol.

Asimismo, todos sabemos que el gol de César Montes (que implicaba el 1-3 en Mestalla) era válido, así como que el segundo gol del Valencia se iniciaba tras una dudosa falta a Braithwaite, pero, ¿por qué vamos a revisarlo? Qué va, no pasa nada, es el Espanyol. Y así con miles de acciones que han condenado al club al descenso con un robo que ha trascendido a la historia.

No voy a afirmar que haya sido el único motivo del descenso, pero sí han contribuido a rematar el club para asegurarse que no nos salváramos ni en la última jornada. A veces me gustaría pensar en qué pasaría si ese robo arbitral hubiese sido con el Barça o el Madrid, segundos tardarían en sancionar a los árbitros a la nevera o en cambiar las decisiones arbitrales (como pasó con la tarjeta a Vinicius).

Mala defensa y peor directiva

Sí es verdad que en todo análisis de las claves del descenso de nuestro equipo no debe faltar una parte de autocrítica. Durante toda la temporada la defensa ha carecido de calidad y ha sido un 'coladero'. Las partes central y delantera estaban siempre un paso por delante y la salida desde portería (que no hemos tenido hasta la llegada de Pacheco) resultaba una agonía, provocando en varias ocasiones los silbidos por parte de los pericos en nuestro propio campo.

Tampoco ha ayudado mucho la gestión directiva, que ha ido del desastre a la catástrofe, evidenciando su falta de profesionalidad. Y el gran problema que tenemos como club es la falta de un alto cargo que salga a dar la cara por el Espanyol, nuestros colores y nuestra gente. No nos sirve un discurso -que no sabemos si ha sido creado por la IA o parece un anuncio hecho con un teleprompter detrás- de un presidente que está a más de 10.000 kilómetros que apenas debe saber (intuyo) nada de las costumbres pericas. Merecemos más. Mucho más.

Supremacismo culé

Y la guinda del pastel que acaba de rematar la situación es toda la campaña de acoso por parte de los seguidores del amado Barça, quienes han demostrado bien claro cuáles son sus “valors” justificándolos de rivalidad. Creo que los culés aún no acaban de entender que porque un club se llame “Espanyol” no implica nada político, que (¡oh!, sorpresa) se puede ser seguidor de un club aunque esté en sus peores momentos (ya me gustaría ver cuántos seguirían siendo seguidores fieles del Barça si estuviera en nuestras carnes), y que ser campeón de Liga no te da carta blanca a machacar por doquier. Pues claro que se puede mantener un debate estrictamente atado a la rivalidad, con todo tipo de bromas y críticas, pero eh, de manera bilateral. Si uno machaca también tiene que aprender a recibir el mismo tipo de crítica y tener algún argumento más elaborado que limitarse a decir “a Segunda”.

Estos días me he encontrado a muchos culés desorientados que han afirmado que estamos culpando al Barça de nuestro descenso (por la victoria que regalaron a Valladolid, rival directo nuestro), o que simplemente se dedican a poner que nos vayamos a segunda a llorar.

Estaría bien que abrieran un poco los ojos y ampliaran el horizonte, que no todo es Barça-Espanyol, y ya de paso les diría que no pasa nada por aceptar una realidad objetiva como el robo arbitral que ha perjudicado enormemente a nuestro club (aparte de la directiva que tenemos). Estoy segura de que si el Girona estuviera en la misma situación los primeros que llorarían serían los del Barça. Pero bien, ¿no querían al Espanyol en Segunda? Lo han conseguido. Ya volveremos.