Las claves de la tragedia

El Espanyol, a Segunda: causas, reacciones y consecuencias del descenso perico

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Joselu, en el centro, hundido tras consumarse el descenso del Espanyol.

Joselu, en el centro, hundido tras consumarse el descenso del Espanyol. / EP

Raúl Paniagua

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Tres años después el Espanyol repite el camino. En el verano de 2000 la miniliga del covid confirmó la caída a los infiernos del equipo blanquiazul después de 27 años en la máxima categoría. En esta ocasión, no ha transcurrido tanto tiempo. La tragedia ha vuelto demasiado pronto.

El sexto descenso del conjunto blanquiazul se confirmó este domingo tras un dramático final en Mestalla. Se veía venir desde hace semanas pero el equipo estuvo muy cerca de llegar con vida al último episodio. El gol de Samuel Lino en el minuto 93 acabó con todas las esperanzas en una temporada decepcionante de principio a fin. En las cinco anteriores ocasiones el Espanyol volvió a la élite a la primera. ¿Logrará de nuevo el ascenso meteórico?

Clamor contra unos arbitrajes bajo sospecha

Los dos últimos partidos del Espanyol han evidenciado la montaña rusa de emociones en la que se ha movido el equipo en este desenlace. Dos empates ante el Atlético y el Valencia que pudieron acabar perfectamente en victoria, lo que habría llevado a los pericos a soñar con la salvación en el cierre de la Liga en casa ante el Almería. Tampoco han ayudado las decisiones arbitrales, que han puesto la puntilla.

Primero fue el gol concedido con el VAR a Griezmann en un balón que posiblemente no rebasó por completo la línea y, después, la doble polémica de Mestalla con un tanto anulado a Montes por una falta inexistente que habría supuesto el 1-3 y el golpe final de Lino en una jugada nacida en una posible infracción sobre Braithwaite.

"Cuando acabas así es porque has hecho muchas cosas mal, pero no nos merecemos que sea de esta manera. Otra vez cosas que no dependen de nosotros nos han perjudicado. Que nadie tenga dudas de que volveremos", apuntó el capitán Darder.

"No estamos en Segunda por culpa de los arbitrajes, lo diré mil veces, pero esas decisiones tienen unas consecuencias. No nos podemos callar. No han sido equitativos con nosotros", reflexionó Luis García, que firmó hasta 2024 y debería seguir en Segunda. "Hay que aprovechar esto para crecer. Es un momento para coger el toro por los cuernos y construir el Espanyol que queremos ser", agregó.

Planificación deportiva nefasta con Catoira en la diana y Víctor Orta de posible relevo

La principal causa del descenso hay que dirigirla hacia los despachos del área deportiva comandada por Domingo Catoira. Hace justo un año, el Espanyol se salvaba con solvencia gracias al buen trabajo de Vicente Moreno, injustamente despedido a dos jornadas del final tras cumplir el objetivo. Puede que el juego del equipo no maravillara, pero el tiempo ha demostrado que el técnico del ascenso sacó un gran rendimiento de su plantilla.

Chen Yansheng pasó la guillotina, cayó también el director deportivo Rufete y se apostó por Catoira, que confió en Diego Martínez. El área deportiva acometió una transformación de la plantilla con una veintena de bajas, entre ellas las de hombres emblemáticos como Diego López y David López. La idea era rebajar la masa salarial y rejuvenecer el equipo.

El proyecto se empezó a tambalear pronto. Los fichajes nunca convencieron al técnico gallego, que esperaba un esfuerzo mayor en un club con el 10º límite salarial de la Liga. La convulsa salida de Raúl de Tomás tampoco ayudó. Se contaba con el dinero de su traspaso para fichar, pero fue imposible gestionarlo peor. En invierno llegaron cinco refuerzos, aunque el rumbo no se enderezó.

La crisis se llevó por delante a Diego y Luis García se convirtió en el noveno técnico de la era Chen. Catoira será el siguiente en salir. Víctor Orta, exdirector deportivo del Leeds, Middlesbrough, Valladolid, Zenit y Elche, es el favorito para relevarlo.

Domingo Catoira, en una rueda de prensa. 

Domingo Catoira, en una rueda de prensa.  / RCDE

La defensa, el agujero negro sin remedio

Con 49 goles marcados (los mismos que la Real Sociedad, que jugará la Champions) resulta difícil de creer que el Espanyol haya acabado en Segunda. Sus cifras ofensivas son las de un equipo que aspiraría a puestos europeos. Solo cinco clubs de Primera le superan en este apartado, en el que rebasa, por ejemplo, al Sevilla y al Betis. Nada que ver con la retaguardia. Ahí se encuentra el agujero negro del conjunto perico, que ha encajado 66 tantos, los mismos que el Elche, descendido hace varias jornadas. 

Tanto Diego Martínez como Luis García han probado diversas fórmulas para frenar la sangría. Defensa convencional de cuatro, zaga con tres centrales, pivote reforzado… No ha habido manera. La sensación es clara: el Espanyol tiene una zaga de Segunda, en la que solo se salvan Brian Oliván y César Montes. Las dudas en la portería tampoco han ayudado. Lecomte, Álvaro, Joan García y Pacheco pasaron por el marco y nunca se cerró con llave.

Joselu, Darder y un duro ajuste económico  

El descenso de 2020 no vino acompañado de excesivos movimientos. El Espanyol mantuvo su base, con el presupuesto más alto de la historia de Segunda y unas condiciones que facilitaron el ascenso inmediato. La marcha de Marc Roca al Bayern de Múnich fue la única salida de renombre. Los pesos pesados, como RDT, Embarba, Darder, Cabrera, Diego López, David López o los jóvenes Puado y Pedrosa se mantuvieron en nómina. La calidad de la plantilla ayudó a completar una temporada casi perfecta.

El Espanyol fue el conjunto más goleador de la categoría y el menos goleado, con De Tomás de pichichi (23 goles), Embarba de máximo asistente (14) y Diego López de Zamora. El panorama se complica en el contexto actual. El presupuesto se reducirá al menos a la mitad y habrá salidas importantes, empezando por el goleador Joselu, que tiene una cláusula que facilita su marcha, con el Madrid como primer interesado.

La lista de bajas será amplia (Montes, Cabrera, Brian Oliván...). También parece muy probable la marcha del capitán Darder, que ya vivió un año en Segunda y contará numerosas ofertas de Primera. El balear publicó este lunes un emotivo mensaje en sus redes dirigido a los pericos. "Siento mucha impotencia por no haber sabido defender como se merece esta camiseta en algunos momentos. Siempre me sentiré en deuda con vosotros", reflexionó.

Chen, en un partido en Cornellà.

Chen, en un partido en Cornellà. / EFE

Chen Yansheng, más cuestionado que nunca

Los últimos partidos del Espanyol en casa han venido acompañados de un clásico cántico en las gradas pidiendo la dimisión de la directiva capitaneada por Chen Yasheng desde 2016, cuando desembarcó en el club y llegó a proclamar que su sueño era ver al club perico en la Champions en un plazo de tres años. En el derbi ante el <strong>Barça</strong>, incluso, se fue más allá y se gritó <strong>"chino, vete ya".</strong>

Las dudas sobre la continuidad del dueño de Rastar Group vuelven a planear en el contexto blanquiazul. Su gestión viene marcada por el aprobado económico (ha aliviado la gigantesca deuda del club pese a cerrar con pérdidas los últimos ejercicios) y el suspenso deportivo, con un doble descenso incluido. En siete años, han desfilado por el club cuatro directores generales, cinco directores deportivos y una decena de técnicos. La masa social se ha resentido y el pesimismo reina entre una afición desencantada. 

La APMAE exigió este domingo dimisiones en el consejo de administración y una refundación institucional del club. Aún así, no parece claro que el dirigente oriental esté dispuesto a perder dinero con una venta a la baja. Su producto está claramente devaluado. Si Chen accediera a un traspaso habría que ver quién asume la operación y por cuánto. El Espanyol ya no es ningún caramelo y la incertidumbre marca el futuro.

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