El tranvía, una historia de prejuicios injustificados

Quisiera incidir sobre la carta de Dionís López ‘El projecte del tramvia per la Diagonal no té cap ni peus’. En ella, afirma que no es ni vital ni urgente para la ciudad. ¿En qué se fundamenta esa afirmación? He de informarle de que en la zona centro de Barcelona tanto el metro como el autobús parecen estar al borde de colapso, e incluso durante el resto del día, el abarrotamiento es significativo. La inauguración de los tramos extremos de la L9 y L10 (más el que está por caer de la L10) están alimentando cada vez más una zona central que no ha visto ampliación de capacidad desde la inauguración de la L2 en 1995. Por muchas paradas que haya cerca de la Diagonal, es evidente que el sistema prácticamente ya no tiene margen para absorber más demanda.

Luego, la afirmación de que se votó en contra es sencillamente falsa, pues se votó una reforma urbanística, que es tema aparte en materia de movilidad, y Trias sí que estaba en contra de esa misma votación. Tampoco entiendo cómo alguien podría disfrutar de pasear por la Diagonal, pues a mí el ruido y los humos del tráfico me hacen insoportable cualquier paseo por la zona.

Finalmente, a la afirmación de que hay frecuentes averías en el tranvía tampoco le veo fundamento. Yo utilizo a diario el TramBesòs, y la calidad y fiabilidad del servicio son excelentes, no recuerdo la última vez que hubo alguna avería, mientras que el servicio de bus es paupérrimo en toda la ciudad, tiene una velocidad insufriblemente baja, y una nula fiabilidad: a menudo me toca esperar hasta 15 minutos para una línea que se supone que pasa cada 7 u 8 minutos.

He de cuestionar seriamente que el señor Dionís López hable con conocimiento de causa, pues las cosas que dice sobre el tranvía no reflejan en absoluto mi experiencia, que solamente puedo calificar de excelente. Yo mismo tenía dudas sobre estos nuevos tranvías, pero he quedado plenamente convencido desde que soy usuario diario. Creo que mucha gente juzga injustamente los tranvías a partir de prejuicios, y no a partir del conocimiento.