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Entre la espada y la pared

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras.

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. / FERRAN NADEU

Nos quieren obligar a elegir entre blanco o negro, hurtándonos la hermosa gama de colores que va del uno al otro en el amplio espectro cromático que conocemos. También pretenden que escojamos entre arriba y abajo, entre el ático y el sótano, ocultándonos pisos, rellanos y escalones intermedios, sin los cuales existirían muy pocos edificios, por no decir ninguno.

Se superan con el termómetro para que votemos frío o calor, siendo que nunca serán capaces, por sí mismos, de hacernos sudar en invierno o tiritar en verano, olvidando la primavera y el otoño. Y llegan al summum cuando nos plantean un simple sí o no para una fecha concreta, sin discutir antes, muy a fondo, un quizás, un acaso, un tal vez, un probablemente, un lo que sea, que armen y configuren un verdadero diálogo entre iguales, respetando las mismas normas.

Los votantes confiamos en los representantes electos, cuya labor sufragamos muy generosamente con nuestros impuestos. Habitantes de aldeas, pueblos, ciudades y autonomías tan solo pretendemos seguir con nuestras vidas normales y trabajosas, aunque nos quejemos -con razón- del expolio de Hacienda, de la degradación de la Sanidad, de la desigualdad cada día más evidente en la sociedad, de la precariedad -casi esclavitud- en el empleo, del abandono en el que malviven ancianos y dependientes, de la desidia ecológica por la que mueren bosques y zonas rurales. Sequía. Incendios. Inundaciones. Turismo masivo y asilvestrado. Terrorismo. Tantas y tantas cosas que en estos escasos 2.000 caracteres no caben, pero que son las que realmente nos preocupan a nosotros, a las sencillas gentes de a pie.

Ya nos han puesto una fecha concreta para colocarnos entre la espada y la pared. ¡Con un par, como si fueran mesías redivivos! Y nos ofrecen un blanco o negro, un arriba o abajo, un frío o calor, un sí o no. ¿No se dan cuenta de la dramática opción amor u odio que están provocando?

¿Piensan en nosotros, tan hartos de pagarles la nómina?

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