"El arte de disfrazar de interés general el interés particular"

Un hombre vota en las elecciones irlandesas.  / REUTERS

"El arte de disfrazar de interés general el interés particular". Así definió 'política' el filósofo francés Edmond Thiaudière (1886-1930), y yo quiero darle un giro más de tuerca, ¿no es del mismo modo que los ciudadanos votamos democráticamente?, es decir, que nuestro interés particular se ciñe al interés supuestamente general de tal o cual político, el que más nos convence decimos de forma coloquial, pero interiormente pensamos que es el que beneficiará a nuestros intereses particulares por encima de los de la sociedad.

Pero entonces, ¿qué hay del interés general? ¿Quién vela realmente por todos los ciudadanos, hombres o mujeres, niños o ancianos, ricos o pobres, responsables o irresponsables, capacitados o discapacitados, negros o blancos, creyentes o ateos, machistas o feministas, heterosexuales u otras 1.200 modalidades de relaciones sexuales, adaptados o inadaptados, nativos o emigrantes, innovadores o tradicionales, independentistas o globalistas? ¿Cuándo sustituiremos la 'o' por la 'y'? Todos somos todos, la suma de todos es el global, es toda la ciudadanía, es la civilización, es la humanidad en su conjunto. Segmentar para no tener que atender a todos los segmentos como se merecen, no es segmentar, es segregar. No somos iguales, no necesitamos las mismas cosas, no estamos preparados de la misma forma, no tenemos las mismas capacidades, no desarrollamos los mismos niveles de inteligencia emocional. Pero sería bonito empezar por incluir en lugar de excluir, racionalizar en lugar de irracionalizar, respetar en lugar de despreciar, debemos recuperar la visión pérdida 'el todo es más importante que el individuo, y el individuo es parte inseparable del todo'.