Acoso en la panadería

El suceso no me ocurrió a mí directamente pero sí a mi pareja, siendo ella dependienta en una panadería ubicada en la zona de Pedralbes. Un cliente durante un tiempo la atacaba verbalmente, bien fuera en la propia panadería o en la calle si la veía. Le decía lindezas tales como "vete a tu puto país, sudaca de mierda", "inútil", "puta", "perra"... Hubo una escalada en su actitud, y estando ella en la panadería sola fue a comprar algo y en cuanto ella lo atendió, todo el género expuesto lo tiró al suelo con las manos, lanzando improperios e insultos. Mi mujer llamó a la policía, que se personó en el lugar y tomó declaración, y hasta ahí llegó su actuación. Días más tarde la abordó en plena calle en igual actitud desafiante y vulgar. Mi mujer me llamó por teléfono y fue entonces cuando yo hablé con él y le amenacé, debo reconocerlo; él lo que hizo fue tirarle el teléfono al suelo e irse. A partir de ese día el tipo nunca más volvió a meterse con ella. La verdad es que mi mujer en ese sentido no ha tenido mucha suerte, le han pasado varios casos. Dice ella que a mí no porque soy muy mal encarado y que por eso nadie me dice nada; ella, después de ocho años aquí, está convencida de que los españoles son racistas; yo intento sacarle esa idea de la cabeza.

En lo personal, el único encontronazo que he tenido, por llamarlo de alguna manera, fue en el tren con dos mujeres y un hombre que venían hablando de los inmigrantes, pues según ellos a nosotros nos daban pisos gratis, comida, nos pagaban los servicios públicos, nos daban dinero, no pagábamos impuestos... Yo entonces muy educadamente me levanté y les dije: "Señoras, señor, si alguno de ustedes sabe dónde reparten esas ayudas, les ruego me digan el lugar y les juro que la mitad de todo lo que me den se lo doy a ustedes; además. a qué oficina debo acudir para que no me cobren impuestos, pues estoy pagando un 18% de IRPF más salud, paro y formación". Su respuesta, evidentemente, fue algo así como "exactamente no sé donde está, yo es que se lo escuché a un señor en el mercado, si es verdad no lo sé, pero averigüe usted". Esa fue la respuesta y esa es la demostración de con qué facilidad se propaga un rumor, una insidia, una mentira, y cuán difícil es erradicarla.