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"El acoso escolar llegó a nuestras vidas para destruir a uno de mis hijos"

Unos padres con su hija, que denunció ’bullying’.

Unos padres con su hija, que denunció ’bullying’. / Ferran Nadeu

Dicen que es bueno escribir o hablar de las vivencias o situaciones que te encuentras en la vida, para poder superarlas. Mi vida con mis hijos era de lo más tranquila y sencilla, como la de miles de familias, imagino.

Un día todo explotó y el acoso escolar llegó a nuestras vidas destruyendo a uno de mis hijos. Como ser humano que soy, salieron mis más bajos instintos, mis deseos de venganza, ira, furia y rabia. Pero ellos no se saldrán con la suya. Nosotros no somos como ellos. A todos esos padres y madres, no se piensen que sus hijos e hijas no saben lo que hacen y que no saben qué es el acoso.

En las redes sociales, en la escuela, en la televisión; es un tema recurrente del que se habla y saben las consecuencias y el daño que provocan, ya sea grabando, difundiendo, insultando, maltratando, humillando y provocando vejaciones continuas todos y cada uno de los días de su vida.

Las consecuencias y el daño provocan en la persona falta de autoestima, de poco o nulo valor hacia su vida, desconfianza a interactuar con cualquier persona, incluso de la familia, por miedo al rechazo y a que te hagan más daño. Hasta se puede llegar a pensar en el suicidio para acabar con ese sufrimiento continuo.

Las instituciones dicen que hacen lo que pueden. Si vives esta situación desde dentro, día a día, te das cuenta de que no es así. Se habla con los niños o adolescentes implicados, se les da una pequeña charla, y tema solucionado. No hay un seguimiento, un control. No se presta atención si en los días siguientes persisten estas situaciones y se les olvida.

Todos debemos luchar contra esta lacra que está devastando a nuestros hijos e hijas y no conformarnos con lo que tenemos ahora.

Espero que esta carta, con mi tristeza y repulsa, ayude a seguir luchando a todos y cada uno de esos niños y niñas que están en esta situación, y a los padres y madres a educar en el respeto al prójimo a sus hijos. Yo no me voy a rendir, no debemos rendirnos.

No nos quedemos callados. No seamos aliados.

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