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El Tibidabo se ha blindado tras el ataque de un jabalí que mordió un testículo de un visitante

Un lector rememora en una carta enviada a EL PERIÓDICO el ataque de una jabalina en el Parc del Tibidabo, un suceso aislado que no debería repetirse con el actual cierre perimetral de la zona de picnic y otras acciones implementadas desde la dirección del parque de atracciones.

Jabalís en Collserola, el pasado mes de marzo.

Jabalís en Collserola, el pasado mes de marzo. / Ferran Nadeu

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Luis Benavides
Luis Benavides

Periodista

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Agosto de 2019. Sergio Sánchez y su familia están pasando un fantástico día en el parque de atracciones del Tibidabo con otros amigos. Sobre las ocho de la tarde deciden comer algo en la zona de pícnic, junto al Camí del Cel. Una vez instalados, irrumpió un grupo de jabalíes. “Solo había otra mesa ocupada, y esa gente les dio de comer. Luego vinieron a nosotros, con mucho ímpetu a por comida. Mi hija de 7 años entonces se asustó mucho, intentamos espantarlos, para que se fueran, pero la madre al temer por las crías me atacó”, recuerda este vecino de Sant Andreu en una carta enviada a la sección de participación de EL PERIÓDICO. 

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La jabalina, presumiblemente para defender a sus pequeñuelos, mordió a Sánchez “cerca del femoral, exactamente en el escroto izquierdo”, precisa en su carta el lector, que aporta documentación a este diario.

Una trabajadora del parque, explica el lector, les abrió una puerta y consiguieron llegar a la enfermería. Por el camino, asegura, perdió mucha sangre. “Avisaron a un taxi que me llevó a urgencias en el centro médico Teknon. Allí me pusieron la vacuna de la rabia y me cosieron la herida”, recuerda Sánchez, de 47 años, que estuvo una semana de baja. 

Superado este episodio, cuando ya estaba más animado para plantearse tomar alguna medida, otro asunto familiar grave le impidió centrarse en este asunto. Luego llegó la pandemia, todo cerró, e intentó pasar página. Ahora, con el parque estrenando temporada y previendo la llegada casi masiva de locales y turistas con la llegada del buen tiempo, Sánchez ha decidido explicar su historia y poner sobre la mesa la presencia de jabalís en la zona. “No lo hago para recibir una indemnización ni nada de eso, solo quiero que se tomen precauciones para que no ocurra una desgracia”, aclara este lector en conversación con este diario.

Vallado y recogida de basuras

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Sánchez no ha vuelto a visitar la llamada ‘montaña mágica’. Ciertamente su historia es una llamativa y dolorosa anécdota teniendo en cuenta los varios miles de visitantes que recibe cada año el parque sin sufrir incidencia alguna. Eso es tan cierto como que un año antes, otra familia también fue víctima de un jabalí a la salida del recinto. Estos hechos, aunque aislados, preocuparon a la dirección del parque y se tomaron medidas. La principal fue cerrar el acceso directo a la zona de picnic, situado en la carretera de Vallvidrera al Tibidabo, junto al Gran Hotel La Florida. “Antes del último incidente ya revisábamos el cierre perimetral [una valla de casi dos metros de altura], pero desde entonces lo hacemos prestando una mayor atención si cabe, buscando que sea lo más impermeable posible”, asegura a este diario Joan Manel Esquius, jefe de la unidad de mantenimiento y seguridad del Parc d’Atraccions Tibidabo. “Hacemos esto no solo por los animales –continúa-, sino también por un tema de seguridad, que se cuelen personas para realizar actos vandálicos, por ejemplo”.

Antiguo acceso a la zona de picnic del parque de atracciones Tibidabo, ahora cerrado.

/ PARC D'ATRACCIONS TIBIDABO

El ataque sufrido por Sánchez también motivó un cambio en la operativa relacionada con la recogida de la basura. Así, desde finales de 2019, se vacían todos los contenedores y papeleras justo al finalizar la jornada, de manera que si algún animal consiguiera colarse no encontraría nada para llevarse al hocico. “Son animales de costumbres”, asegura Esquius, “y esto es una manera de desincentivar su búsqueda de comida en el interior del recinto”. 

Movilidad sostenible

La reconfiguración de los accesos está relacionada principalmente con la movilidad sostenible: desde la reapertura poscovid los diferentes buses lanzadora desde la ciudad desencochan junto a la estación de la ‘cuca de llum’, que entró en funcionamiento en junio de 2021, y no en la rotonda del Gran Hotel La Florida. 

El viaje en bus y funicular está incluido en el precio de la entrada, pero el porcentaje de usuarios que optan por el transporte público ahora mismo ronda el 40%, frente al 60% que sigue prefiriendo subir al parque en vehículo privado (a pesar del precio disuasorio de la zona de aparcamiento). Jabalís y seguridad en general al margen, el gran objetivo para la dirección es intercambiar estos porcentajes.