Muere el Darth Vader catalán Obituario Informa la muerte de un individuo, proporcionando un relato imparcial de la vida, controversias y logros de la persona.

Que la Fuerza te acompañe, Dani Vader

Muere de forma repentina Dani Robles, el Darth Vader de la asociación Star Wars Catalunya. “49 primaveras son pocas para el viaje definitivo hacia esa galaxia tan, tan lejana”, llora su entorno y la comunidad 'cosplayer'

Dani Robles, con la máscara de Darth Vader en el regazo, y algunos compañeros de la asociación Star Wars Catalunya, durante una entrevista para El Periódico.

Dani Robles, con la máscara de Darth Vader en el regazo, y algunos compañeros de la asociación Star Wars Catalunya, durante una entrevista para El Periódico. / ALVARO MONGE

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Ana Sánchez
Ana Sánchez

Periodista

Especialista en Barcelona. Busca historias increíbles y coordina las páginas de ocio de ‘On Barcelona’.

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Lo conocí en un pícnic hobbit hace cinco años, entre orejas puntiagudas, mucho elfo, orcos, un par de Gandalfs. Ahí estaba él: un jinete de Rohan, de los de la Tierra Media de Tolkien, con cota de malla y sonrisa de estar a punto de hacer una heroicidad. No tenía pinta de tener un arsenal de espadas láser en casa. Nadie hubiera sospechado al verlo que iba por ahí asfixiando a la gente a distancia con un gesto de mano. “El mundo de Darth Vader es más chungo”, se presentó con obviedad peliculera. Así descubrí que a ese caballero risueño le solían pedir más selfis que a las Kardashian. 

Ya estaba acostumbrado a que la gente gritara al verle “¡yo soy tu padre!”. Sí, se lo decían a él. “Esperemos que él no se lo diga a nadie –solía decir su mujer, Rocío Fernández, otra habitual del lado oscuro-. Si yo no tengo hijos y él es mi marido…”.  

Rocío coloca la capa de Darth Vader a su marido durante el reportaje de El Periódico.

/ ALVARO MONGE

Muchos lo conocían ya como “Dani Vader”. Dani Robles, en las galaxias más cercanas. Hace años que guardaba en su armario capa, armadura, máscara de villano y un altavoz con respiración de ultratumba. Era el Darth Vader de la asociación Star Wars Catalunya. Falleció el jueves de forma repentina -solo tenía 49 años-, dejando a todos los que lo conocimos en estado de shock. Sentirá su muerte cualquiera que haya hablado con él apenas 10 minutos. 

Dani, en el pellejo de Darth Vader, en formato 'steampunk' y de incógnito.

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“Lord Daniel Robles”, se anunciaba hoy en el tanatorio de Les Corts. Ironías espaciales: en su vida sin capa era controlador aéreo. Ni rastro de estrellas de la muerte en el currículum. Sin máscara, tenía cara de antivillano, mirada complaciente, sonrisa de decirte a todo que sí. Solo le caías mal cuando le decías que te ibas a bucear a algún destino paradisiaco. “Siempre tenía un chascarrillo a punto, una mano que echarte o un rato para ayudar a quien fuera”, le recuerdan en Instagram sus compañeros de la asociación de Star Wars. Como dijo su mujer en el funeral: “Lo único malo que podemos decir de él es que no era momento de abandonarnos”.  

Escalofrío general al sonar en directo la marcha imperial de ‘Star Wars’ cuando apareció el ataúd. Ojos lacrimosos, caras aún de incredulidad. “49 primaveras son pocas para el viaje definitivo hacia esa galaxia tan, tan lejana”, compartió un amigo de toda la vida, Néstor Grañón. “Al ser tú –le dijo- un tío tan grande, en todos los sentidos [medía metro noventa y pico], con esos andares desafiantes de wéstern y esa cota de malla emocional a prueba de desdichas, a mis ojos miopes parecías invulnerable”. Lo parecía, sí. Sobre todo cuando ibas con él a tirar hachas. Ahora queda lo duro, añadió su amigo: “Intentar, cual pequeño 'padawan', estar a la altura de pívot de tu recuerdo”.

Tenía talla de Darth Vader, aunque él siempre dijera que le faltaban 15 centímetros. Se lo insinuó su cuñado, ahora presidente de Star Wars Catalunya. “No tuve que insistir mucho –recuerda-, siempre le gustaron los personajes con capa”. Toda la familia ha acabado rindiéndose al lado oscuro: mujer, cuñados, sobrinas.

Dani Vader, con su familia en versión intergaláctica.

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La carrera de artilugios de Dani

Creo que lo vi más veces con capa que sin ella. Dani tenía más ropa de ciencia ficción que del siglo XXI. Ya estaba contando los días para la EuroSteamCon, la feria steampunk, el próximo macroevento cosplay de la agenda friki. Iba a ser uno de los “flamantes directores de la carrera de artefactos”, me anunció hace unos días. La idea era suya: la primera carrera de obstáculos para artilugios a radiocontrol. A partir de ahora se llamará “la carrera de artilugios de Dani”, así la han rebautizado tras su muerte repentina. “Dani era una fuerza y un apoyo en todo casi sin hacer nada –le recuerda Vany Miranda, una de las organizadoras de la feria-. Simplemente por estar allí, ya sentías que podías con todo”. A su lado, uno se atrevería hasta a meterse en un armario con la niña de ‘Poltergeist’. 

Te contagiaba la ilusión por ósmosis. No tardé en pasarme a su lado oscuro. Se convirtió en mi ‘garganta profunda’ de la Barcelona increíble: me ha descubierto cantinas galácticas, encuentros de brujos, quedadas de época. Me hacía de guardaespaldas en eventos sin pedir nunca nada a cambio. Nadie me tose desde que tengo a Darth Vader en el Whatsapp. Este es el quinto artículo en el que lo menciono. No será el último.  

Este año, al fin, Dani me enseñó cómo mover el brazo para ahogar a la gente a distancia. En mayo me prestó su traje de villano. “Vaderesa”, me llamaba, aunque arrastrara media capa. “Al final haremos una friki total de ti”, confiaba. Espero que me mire con sus ojos complacientes allá desde donde esté cuando me compre mi primera espada láser.  

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Te recordaré cada vez que suene la marcha imperial de ‘Star Wars’. Cada vez que vaya a tirar hachas. Cada vez que escuche a alguien respirar muy hondo. Me alegro por los del Más Allá: seguro que ya estás preguntando quién lleva allí la organización de eventos.  

Que la Fuerza te acompañe, Dani Vader. Que nos acompañe a todos. Nos dejas más huérfanos que Luke y Leia juntos.