BARCELONEANDO

El Darth Vader catalán

No tiene hijos a quien decir "yo soy tu padre" y se va de cañas con los jedis. Es el Lado Oscuro de la asociación Star Wars Catalunya

BARCELONEANDO MONGE

BARCELONEANDO MONGE / periodico

Ana Sánchez

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Reconocerías esa respiración hasta en la meta de una maratón. Profunda, dirías que de otra galaxia. O es tu profesor de yoga o Darth Vader. Te das la vuelta y ahí está: con su máscara mítica, su armadura negra, su capa, ¿su mujer? Rocío está recolocándole la capa. “Que la tienes puesta de cualquier manera”, le riñe.

Estamos en una galaxia muy muy cercana: un ático del Eixample. Jurarías que te has colado en un tráiler de ‘Star Wars’. Junto a Darth Vader, hay un jedi con espada láser, un guardia real del emperador (los de casco y capa rojos), un piloto rebelde con cara de alien setentero -“Nien Nunb”, se presenta-, y dos soldados imperiales (los famosos ‘stormtrooper’ de armadura blanca). “En cuanto se mueven –te advierten señalando a los soldados-, pierden todo el glamur”. Ellos se encogen de hombros y las armaduras crujen como si les faltara 3 en 1. “Somos silenciosos y ágiles”, se ríen. Apenas pueden doblarse –confiesan- y suben escaleras a lo Chiquito. Ahora entiendes por qué perdieron los malos en la primera trilogía.

El fin de semana, estos galácticos estarán en un 'photocall' antes de las matinés de John Williams que organiza el Palau de la Música  

Todos tienen al menos una espada láser en casa. Alguno 15. Son socios de Star Wars Catalunya, asociación sin ánimo de lucro a la que la Fuerza acompaña desde el 2013. Son 62 miembros, de 19 años a 65. Acumulan más de 100 trajes intergalácticos. No son disfraces, son réplicas, explica Dani. Así se llama este Darth Vader sin máscara. Ironías espaciales: en su vida sin capa es controlador aéreo. ¿Que cuántas veces ha dicho “yo soy tu padre”? “¡La gente me lo dice a mí!”, responde. “Esperemos que él no se lo diga a nadie –se ríe Rocío-. Si yo no tengo hijos y él es mi marido…”.

Rocío es la secretaria de la asociación; en sus ratos libres, ‘trooper’ y oficial imperial. Sí, en el mundo real casi todos eligen el Lado Oscuro. Se les avecina un fin de semana con Fuerza añadida: el viernes se estrena el Episodio VIII. Sábado y domingo estarán en el Palau de la Música, que organiza matinés de ‘Star Wars’ y otras bandas sonoras de John Williams. “Antes de los conciertos –adelanta Rocío-, tendremos photocall”.

Eventos benéficos, solidarios o culturales

Ellos van a todo evento “que sea benéfico, solidario o cultural”, puntualiza. “Lo que da sentido a lo que hacemos es nuestro lado benéfico”, insiste. Este mes han colaborado en un par de eventos para La Marató de TV-3. Suelen ir a hospitales a repartir Fuerza a niños y padres.

Juan Antonio, uno de los soldados imperiales, aparece de repente con el casco de Ironman y el escudo del Capitán América. Este improvisado set de ‘Star Wars’ es su despacho: una realidad paralela de los 80 donde lo mismo te encuentras un E.T. con gorro mexicano que al Alien montado en la moto de la Barbie. En vez de polvo, aquí se acumulan gremlins. Juanan se dedica a los efectos especiales.  

Los seis galácticos posan para la foto con un Han Solo congelado en carbonita que hizo Juanan. En vez de "pa-ta-ta", dicen “¡George-Lu-cas!”. ¿En las fotos sonríen bajo el casco? “Sí”, asienten. “No puedes evitarlo”. Son como las estrellas de Hollywood. “No puedes dar dos pasos sin que alguien te pida una foto”. ¿Que les vas a dar la mano y no se inmutan? Es que con los cascos no ven del cuello para abajo. Con razón se volvieron malos, piensas en cuanto te pruebas el casco de Darth Vader. Ni ves, ni oyes apenas. Un auténtico reverso tenebroso.  

No, no es fácil ser malo en ‘Star Wars’. En el Salón del Cómic, pierden tres kilos solo de sudar, dice Juanan. “Ir al baño –añade Francisco, el otro ‘trooper’- es imposible”. ¿Cómo lo hacen? “No comes el día antes”. Además, deben seguir la normativa oficial: no beber alcohol ni fumar con los trajes puestos. 

¿Qué les pide la gente? "¿Te puedo abrazar?" es un básico. Y que les dejen el casco. "No se deja. Vale una pasta", se justifican. El de Darth Vader cuesta 800 euros 

¿Qué les pide la gente? “¿Te puedo abrazar?” es un básico. Y que les dejen el casco. “No se deja -dice Dani-. Vale una pasta -se justifica-. Este cuesta 800 euros”. “La gente se asusta cuando dices los precios -apunta Juanan-, pero si lo comparas con una familia fan del fútbol no es mucha diferencia”. “Hay una página en Facebook –añade Francisco- que se llama: ‘Gastarse 1.000 euros en un traje de Vader es ser friqui. Gastarse 3.000 en uno de novia es normal”. “Y el de Vader –apunta Dani- me lo he puesto más que el de novia”, carcajada general.

¿Lo más surrealista? “A mí me han tocado el culo”, suelta Juanan. “A mí también”, van asintiendo todos. “Y para que te toquen el culo –muestra el ‘trooper’-, ¡te tienen que meter la mano por debajo de la armadura!”.