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El aumento de los trastornos alimentarios se dispara en Catalunya

En los primeros seis meses de 2021 se registraron tantos casos de TCA como en todo 2020

Hay personas con anorexia que pueden tener un índice de masa corporal correcto.

Hay personas con anorexia que pueden tener un índice de masa corporal correcto. / El Periódico

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Parecía que el aumento descontrolado de los casos de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) iba a ser un fenómeno pasajero vinculado estrictamente al confinamiento de 2020. Sin embargo, los datos confirman que no fue así: solo durante el primer semestre de 2021 los centros de salud mental ambulatoria de Catalunya atendieron a 3.208 personas, una cifra prácticamente idéntica a los 3.194 registrados durante todo el año anterior. El incremento de este tipo de trastornos como la anorexia y la bulimia nerviosa se repite, aunque con un aumento más moderado, si nos referimos a los ingresos hospitalarios, de acuerdo con las cifras facilitadas por el Servei Català de la Salud a Verificat a través de una Solicitud de Acceso a la Información Pública.

La tendencia al alza de los TCA ya se acentuó en 2020 coincidiendo con el inicio de la pandemia pero entonces el aumento de los casos atendidos ambulatoriamente en los centros de salud mental, tanto en los infantiles y juveniles como en los de adultos, fue más moderado, del 13,7%, respecto a 2019. Una subida significativa, teniendo en cuenta que de 2018 a 2019 este crecimiento fue del 2,7%, pero mucho menos pronunciada que la de 2021.

Incertidumbre y reducción de las relaciones sociales

"La pandemia ha significado un empeoramiento de los pacientes ya atendidos y un aumento de los nuevos casos", explica Teia Plana, jefa de la unidad de trastornos de la conducta alimentaria en niños y adolescentes en el hospital Clínic de Barcelona. Es una realidad que ha afectado, sobre todo, a las chicas adolescentes y en su primera juventud, el colectivo que ya registraba una mayor incidencia de acuerdo con los datos del Servei Català de la Salut. De hecho, en este tipo de trastornos, 9 de cada 10 afectados son mujeres y la inmensa mayoría tiene entre 12 y 23 años (especialmente, de 12 a 17).

A los factores de riesgo personales, familiares y sociales habituales, dice Plana, se han sumado la incertidumbre y la ansiedad, disparada durante la pandemia, que también ha supuesto “la reducción de los factores de protección como la interacción social en actividades de ocio o, por ejemplo, en la escuela” en una etapa donde estas relaciones son clave. Además, asegura la responsable de la unidad del Clínic, el interés generado por la salud y el ejercicio durante el confinamiento contribuyó a agravar la situación en lo que respecta a este colectivo más vulnerable.

Esta realidad se ha amplificado por el aumento del consumo de pantallas, móviles y redes sociales, considera Eduardo Serrano, coordinador de la unidad de trastornos de la conducta alimentaria de Sant Joan de Déu. “Todos recibimos mensajes que decían que engordaríamos, que teníamos que hacer dieta y deporte en casa y eso, en una población vulnerable, se tradujo en un aumento de la incidencia y la gravedad de los pacientes que estaban estables”, explica el especialista.

Pero las consecuencias de la pandemia, asegura Sara Bujalance, directora de la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), se han alargado más allá de lo esperado. “Pensábamos que en 2021 la cosa se equilibraría un poco, pero es que hemos atendido más casos en 2021 que en 2020, y en 2022 esto sigue subiendo”, asegura la directora de ACAB en relación a los afectados y a los familiares que acompañan desde la asociación.

¿Por qué las chicas jóvenes tienen mayor riesgo de sufrir TCA?

“Durante la adolescencia hay más riesgo de sufrir un TCA porque es una época de muchos cambios corporales, aún más evidentes en las chicas, donde la estética tiene mucha importancia y esto crea inseguridad en un momento de formación y asentamiento de la personalidad ”, explica Plana. En este sentido, el sexo y la edad, en relación tanto a las mujeres en general como a los menores adolescentes y a los jóvenes, son factores de riesgo de la misma manera que determinados rasgos de la personalidad, familiares o ambientales.

Las cifras reflejan esta realidad de una forma muy clara en la etapa adolescente y también en relación a la primera juventud o posadolescencia. El 42% de las personas atendidas ambulatoriamente durante los primeros seis meses de 2021 tenían entre 12 y 17 años, mientras que los pacientes de entre 18 y 39 años, el segundo grupo con mayor afectación, suponían el 36%.

Si se analizan los datos por sexo, las mujeres representan el 92,4% del total, exactamente el mismo porcentaje que las chicas respecto al colectivo de adolescentes atendidos durante el primer semestre de 2021. La tendencia que indica una afectación mayoritaria entre el colectivo de mujeres y también entre los adolescentes y posadolescentes se refleja, de nuevo, en el caso de los ingresos hospitalarios tanto en este periodo como en los datos que van de 2018 a 2020. 

[*En 2020 hay 12 casos que no están asignados a ninguna franja de edad de acuerdo con los datos facilitados] 

[*En 2018 hay 9 casos que no están asignados a ninguna franja de edad de acuerdo con los datos facilitados]

"Un perfil joven y femenino está mucho más expuesto a la presión social en torno al modelo de belleza imperante, que sigue siendo el de una persona excesivamente delgada", afirma Bujalance. Las redes sociales, considera, "hacen de altavoz de este modelo, de unos valores culturales que convierten al cuerpo en un objeto". Unas redes, que de acuerdo con Plana, "han aumentado la importancia de la imagen, que es ficticia y está llena de filtros, y la necesidad de conseguir el refuerzo positivo, los likes".

“Es un mundo muy visual, todo son fotos y uno tiende a compararse y esto puede generar insatisfacción corporal, que es la puerta de entrada a hacer dietas y modificar hábitos alimenticios, lo que incrementa el riesgo de sufrir uno de estos trastornos”, explica Serrano.

El coordinador de la unidad de Sant Joan de Déu apunta también al funcionamiento de internet y de las redes sociales. “Cuando los algoritmos interpretan que alguien está interesado en algo [como las dietas], aunque no quiera le ofrecerá ese tipo de contenido de forma reiterada, sin pausa”. Una realidad, concluye Serrano, que se agrava si tenemos en cuenta que los chicos y chicas acceden al móvil con solo 12 años. “Tienen una conexión 24 horas y, a menudo, sin mucho control parental”, apunta.

La anorexia nerviosa representa el 30% de los atendidos y el 70% de los ingresos

La anorexia nerviosa, seguida de la bulimia, es el tipo de TCA con mayor incidencia, tal y como se desprende de las cifras obtenidas por Verificat. Más del 30% de los atendidos por los centros de salud mental ambulatorios durante el primer semestre de 2021 sufrían esta enfermedad mientras que el 71% de los ingresos hospitalarios respondían al mismo diagnóstico. En cuanto a la bulimia nerviosa, esta patología estaba detrás del 15% de los atendidos y del 4,5% de los ingresos registrados, unos datos cercanos a los del periodo 2018-2020.

De acuerdo con Serrano, el alto porcentaje de ingresos de los casos de anorexia en relación a la bulimia, las únicas patologías que están desglosadas en la base de datos, radica en que la bulimia suele tener una intervención más ambulatoria porque "solo hay ingreso cuando las conductas purgatorias son muy graves y constantes". La anorexia, en cambio, implica 'per se' un estado de desnutrición y también se ingresa, asegura, en casos moderados. “En la anorexia nerviosa el paciente puede estar con mayor frecuencia en un estado de mayor riesgo vital”, indica Plana en este sentido.

El trastorno por atracón, que se caracteriza por la ingesta descontrolada ante emociones negativas y que también se da en personas que tienen una obsesión por el peso, es otro de los diagnósticos más prevalentes, de acuerdo con el coordinador de la unidad de Sant Joan de Déu. Sin embargo, tanto esta patología como aquellos casos que no pueden ser diagnosticados con enfermedades concretas quedan englobados bajo la etiqueta “otros TCA o TCA no especificados”. Esta categoría representó el 52% del total de atendidos y el 25% de los ingresos hospitalarios en 2021, mientras que en 2018 fue del 53,5% y el 25%, respectivamente.


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