Entrevista

El monstruo de la anorexia, exorcizado en un cómic

La joven de 26 años Elisabeth Karin Pavón relata en las viñetas autobiográficas de 'Comiendo con miedo' cómo en la adolescencia sufrió y superó un TCA, un trastorno de la conducta alimentaria que en España padecen 400.000 personas

Viñeta de 'Comiendo con miedo'.

Viñeta de 'Comiendo con miedo'. / Elisabeth Karin Pavón

Anna Abella

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"Hoy puedo decir que me he recuperado. Pienso en la Elisabeth de 15 años y me siento diferente, liberada. El monstruo ya no está". Ese monstruo, que representaba "el miedo, la angustia y la ansiedad" y la dominó con apenas 13 años, es la anorexia, que ella rebautizó, en diminutivo, como Nore. Con 26 cumplidos, Elisabeth Karin Pavón Rymer-Rythén (Madrid, 1995) debuta en el cómic con ‘Comiendo con miedo’ (Astronave), viñetas autobiográficas donde demuestra que "es posible salir" de un TCA, trastorno de la conducta alimentaria, que en España afecta a unas 400.000 personas. "Una de cada cinco, muere", apunta la joven hispano-sueca. 

Ella alcanzó un estado crítico antes de ser ingresada en la unidad psiquiátrica de un hospital, en la inquietante Sala Blanca, durante 78 días. "Mi corazón estaba mal y me afectó a otras partes del cuerpo, pero no fui consciente de la gravedad hasta después. Y aunque luego eres consciente del peligro para tu vida, no te importa, es una forma de autolesionarse, como un suicidio muy lento", confiesa. "La gente solo ve a alguien que quiere estar delgado, pero eso es solo la punta del iceberg", añade ante una enfermedad mental vinculada, sí, a la alimentación, pero que en realidad es la reacción a un problema de fondo que tiene que ver a menudo con las "inseguridades, la autoexigencia, la baja autoestima o la sensación de descontrol", especialmente en la adolescencia. La sociedad y "la cultura centrada en el cuerpo", con el bombardeo de mensajes sobre el peso ideal o la operación bikini, o comentarios como "has engordado o has adelgazado", no ayudan. 

La dibujante Elisabeth Karin Pavón Rymer-Rythén, este miércoles en Norma Editorial.

La dibujante Elisabeth Karin Pavón Rymer-Rythén, este miércoles en Norma Editorial. / RICARD CUGAT

"El no querer comer esconde muchas cosas, como las emociones y el dolor o las vivencias que no puedes ni sabes gestionar -añade Pavón-. Debes agarrarte a algo y lo gestionas a través de la comida y controlando tu cuerpo, el peso, las calorías, lo que comes, los pasos que das al día, el ejercicio que haces... y aparece ese monstruo, Nore, que está constantemente allí y cada vez es más grande. La anorexia es una espiral de la que es muy difícil salir. Es como una adicción, como el fumar o el beber cuando uno no está bien". 

Página de 'Comiendo con miedo'

Elisabeth Karin Pavón

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Para ella, que siempre ha leído cómics y dibujado (hizo un diario ilustrado donde ya salía el "monstruo") y que también trabaja con diseño gráfico, cerámica y pintura mural, reflejarlo de forma tan visual en viñetas fue "terapéutico", y espera que lo sea para sus lectores. El debut de Pavón se suma a otros cómics autobiográficos recientes sobre los trastornos de la alimentación, como ‘Yo, gorda’ (La Cúpula), de Meritxell Bosch, y ‘Yo también quise ser como Ana y Mia’ (Zenith), de Leire Martín Curto, y coincide con la publicación de ‘Vivir del aire’ (Planeta), testimonio de la gimnasta de élite Olatz Rodríguez.   

La anorexia es una espiral de la que es muy difícil salir. Es como una adicción, como el fumar o el beber cuando uno no está bien

En ‘Comiendo con miedo’, que busca acercarse tanto a jóvenes a partir de 13 años como a su entorno familiar y a sus médicos, no omite la "crítica con el tratamiento que se aplica contra la anorexia". Explica su ingreso, con muy bajo peso (nunca dice cuántos kilos para evitar comparaciones entre enfermos), en la Sala Blanca, una unidad de tratamiento de desórdenes alimentarios con unas normas muy estrictas, un punto carcelarias y faltas de sensibilidad, para controlar a los pacientes. "Te ingresan en un sitio muy hostil. Fue muy duro y, en mi caso, empeoró la situación, aunque a otros les va bien. Yo salí muchísimo peor porque solo me trataron la parte física, con una dieta para engordar. Pero mi cabeza estaba muy mal y cuando salí de la sala el monstruo seguía ahí". 

Página de 'Comiendo con miedo'

Elisabeth Karin Pavón

"Me encontré con médicos y sanitarios muy poco empáticos, algunos bastante terribles, que decían cosas poco apropiadas y hablaban sobre tu cuerpo de forma cruel y crítica. Hace falta un trato más personal, con más calma y respeto", lamenta. Otros sí la ayudaron, aunque le costó hallar un terapeuta cuyo tratamiento le funcionara. Sufrió sucesivas recaídas y llegó a estar ingresada tres veces. 

"Allí dentro el monstruo no entraba, no había espejos y no me veía. Estaba bien, porque así no podía criticarme. Pero al salir a la calle vuelves a la realidad. Hay que tener cuidado para no recaer". Detalla en el cómic algunas armas para combatir a Nore: confianza, amor propio, esperanza, autoconocimiento, seguridad, metas… 

Página de 'Comiendo con miedo'

Elisabeth Karin Pavón

Cree también Pavón en la importancia de detectarlo a tiempo y para ello es básico el entorno. "Hablar de ello con alguien de confianza, una madre, una amiga, un hermano… cuando surgen conductas extrañas hacia la comida y el ejercicio. No pasa nada por reconocer que te está pasando. Hay que pedir ayuda, a alguien cercano y/o a un profesional, porque es difícil llevarlo sola", constata. Por ello, en el libro añade un apéndice con organizaciones y asociaciones de apoyo de TCA por todo el país a las que acudir, como, en su caso, la Fundación Nadine. 

La dibujante Elisabeth Karin Pavón Rymer-Rythén, en un pasillo de la sede de Norma Editorial, este miércoles.

La dibujante Elisabeth Karin Pavón Rymer-Rythén, en un pasillo de la sede de Norma Editorial, este miércoles. / RICARD CUGAT

"Es importante ver que no estás sola. Hay muchísima gente que sufre por un TCA. Es supernormal", recalca antes de concluir que este no será su único cómic. "Pero el próximo no será autobiográfico". 


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