La campaña Entre todos

A vueltas con las mesas electorales

Simulacro de votación en una mesa electoral de Sant Julià de Ramis.

Simulacro de votación en una mesa electoral de Sant Julià de Ramis. / Acn

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El Periódico

Estas atípicas elecciones serán recordadas más por todo lo que ha rodeado a la constitución de las mesas electorales, complicada por la pandemia y sus riesgos, que por las propuestas que han hecho los diferentes candidatos, que parecen tener dificultades para llegar a un electorado desencantado. Al menos así se desprende de las inquietudes que hacen llegar los lectores de EL PERIÓDICO a la sección Entre todos.

De esa opinión es Eduardo Imbernol Meléndez, quien en su carta apunta que no solo el riesgo ha motivado la renuncia de aquellos que han sido 'elegidos' para ser miembros de una mesa, sino también la "desafección" hacia los políticos. Con lo que se produce una "deserción intencionada" al creer que este no es el momento de celebrar las elecciones. José Ramírez, por su parte, se une a las propuestas para exonerar a las miles de personas obligadas a formar parte: que los 'voluntarios' sean quienes tengan sanciones por infringir las restricciones impuestas por la pandemia, ya que han demostrado no tener miedo. Hasta hace números y le salen las cuentas. No obstante, también hay quien piensa más en clave política y hace cábalas sobre los posibles resultados. Es el caso de Rafael Soriano, de Mataró, que hace todas las combinaciones posibles entre ERC, JxCat, PSC y 'comuns' para llegar a la conclusión de que cualquier tripartito es imposible. Con lo que la historia (la de 2017) podría repetirse. Pero con pandemia.

"Hay una deserción intencionada de muchos ciudadanos que cren que estos momentos una elecciones no son lo más conveniente"

Santiago Imbernol Meléndez / Barcelona

Diez días antes de celebrarse las elecciones catalanas, ya había más de 21.000 peticiones para eximirse de formar parte de las mesas electorales, cuando en anteriores elecciones no superaban las 1.000. Parece que se tendrán que suplir con voluntarios.

Es posible que una de las razones para dicha solicitud sea la inquietud y el temor al contagio, pero no hay que olvidar también la desafección y el hartazgo de los ciudadanos hacia la clase política, que en momentos de gravedad sanitaria extrema no duda en priorizar unas elecciones en lugar de esperar a que se pueda normalizar la salud y la vida social.

Se trata de una "deserción intencionada" de muchos ciudadanos que creen que en estos momentos unas elecciones, no son lo más conveniente para una sociedad gravemente afectada por la pandemia. Y la permanente crispación política no favorece la participación.

Dadas las especiales circunstancias que concurren en la celebración de unos comicios electorales cuyo aplazamiento, dictado por las condiciones sanitarias, ha sido revocado por una jurisdicción con intereses cuando menos partidistas, por no decir temerarios. 

¿No sería una opción sensata instar a las personas sancionadas a mostrar su desapego al miedo presentándose como voluntarios a las mesas?

José Ramírez / Bellaterra

Dada la reacción de una población atemorizada, que en un porcentaje de hasta una cuarta parte no compra las tesituras ni de unos ni de otros y rehúsa estar en las mesas. Dados los centenares de miles de actas abiertas por incumplir medidas relacionadas con el confinamiento para evitar la mortal propagación de un virus al que los infractores parecen no temer… ¿no sería una opción sensata, aunque contravenga la orden en la misma forma que la contravienen la creación de bolsas de voluntarios para las mesas, instar a las personas sancionadas a mostrar su desapego al miedo, voluntariando a tal noble fin?

Si además los emolumentos de 65 euros por vocal y 75 euros por presidente fueran amortizados a cuenta de una sanción que difícilmente van a sufrir, el ahorro, dejando de lado el sufrimiento evitado, seria por lo bajo de entre 5 y 6 millones de euros.

"Si ERC elige al PSC y 'comuns' recibiría acusaciones de ser cómplices de la represión, y si le supera Junts y entonces acepta el apoyo de socialistas y 'comuns', aún peor"

Rafael Soriano / Mataró

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Salvo que la suma de escaños independentistas no consiga mayoría absoluta - cosa muy poco probable si no ocurrió en las elecciones anteriores con el no independentismo muy movilizado por el miedo al 'procés' y por el peso de Lleida y Girona en escaños mayor a su población -, el próximo Govern de la Generalitat será de ERC y de JxCat como ahora, siendo el presidente el de la lista con más escaños ( aunque el lío estaría servido si uno tiene más votos y otro más escaños, debido al distinto peso de las provincias donde ERC sale perjudicada con respecto a Junts ).

Si ERC supera a Junts y elige al PSC y Comuns para gobernar, el partido no podría asumir las acusaciones de cómplices de la represión, traidores, etcetera... que le caerían encima e, incluso desde dentro de su mismo partido. Y si Junts supera a ERC y los republicanos vieran que la única manera de lograr la presidencia fuera dejando fuera los de Puigdemont y aceptando el apoyo de socialistas y 'comuns', todavía sería peor para ellos. Por tanto Illa está en el camino de repetir la historia de Arrimadas en 2017; llegar a ser el más votado, pero ser el jefe de la oposición e incluso es difícil que consiga llegar a los resultados de C's.