El PSC, en la trinchera de la cultura

Última semana de campaña. Las encuestas propias que publica la prensa (el CIS come aparte) coinciden en señalar que los socialistas ya van bajando la cuesta porque arriba en su calle se acabó la fiesta. El PSC, que, como el árbol talado que retoña, aún tiene vida, se pone a disposición de Pedro Sánchez para liderar la contraofensiva y elige para empezar el frente de la cultura, donde se sabe más o menos fuerte y donde puede presumir de apoyos lustrosos como el de Joan Manuel Serrat, cantautor en la reserva y hombre que, como es sabido, se maneja bien con casi todo el mundo.

Serrat ocupa un asiento de primera fila en el encuentro que los socialistas catalanes han convocado en su sede central con un centenar largo de creadores y representantes de las industrias culturales del país (reproducir aquí la lista completa ocuparía mucho espacio y mencionar solo a unos cuantos resultaría descortés con el resto). El acto se abre con la actuación de un dúo de guitarra y contrabajo del Taller de Músics, pero la estela de su jazz elegante queda pronto sepultada por los acordes de un ‘jingle’ electoral de aire demodé en el que se repite el coro “el camí cap a la dreta és equivocat”. Se trata de ‘No tornem enrere’, una canción que el PSC encargó en 1993 al añorado Josep Maria Bardagí y en cuya grabación participaron artistas como Moncho, Loles León, Carlos Segarra, Ramoncín y… Albert Boadella.

Pequeñas cosas

Que los socialistas hayan recurrido a una canción de una campaña de hace 30 años dice algo un poco alarmante sobre el carácter de estas elecciones. Miquel Iceta, ministro de Cultura y número dos de la lista del PSC por Barcelona, lo plantea en estos términos: “Estamos en una batalla. Hay quien ha querido declararle la guerra a la cultura y por eso es necesario que hagamos un esfuerzo en defensa propia”. Unas horas antes, y así lo recuerda él mismo, Iceta ha estado en el funeral del historietista Francisco Ibáñez, en el que ha sonado precisamente una canción de Joan Manuel Serrat, ‘Aquellas pequeñas cosas’. “La cultura es esta suma infinita de pequeñas cosas”, dice el ministro en un arrebato lírico que el cantautor le agradece con una sonrisa.

También la cabeza de lista, Meritxell Batet, se acuerda de Ibáñez y cita una viñeta en la que aparece Mortadelo escribiendo el aforismo “La lectura perjudica seriamente la ignorancia”. Batet no tiene el ‘punch’ retórico de Iceta para manejarse con gracia en el registro optimista, así que, como los predicadores sureños, busca ganarse al auditorio anunciando infierno y tribulaciones. “El PP está entregando la cultura sin ningún pudor a la extrema derecha y avala así la censura y la cancelación”, asegura.

Igualmente serio se muestra en el turno final el líder del PSC, Salvador Illa, que exige “contundencia” ante “una amenaza tan severa”. A diferencia de Iceta y Batet, él no cita a Ibáñez, pero no es difícil visualizar en su discurso indignado uno de aquellos bocadillos ‘mortadelianos’ con cabezas de cerdo, ideogramas chinos, bombas a punto de explotar y signos de exclamación. Cultura de la mejor.       

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