Cita con las urnas

Elecciones catalanas 2021: Los candidatos ahondan sus brechas en el debate de TV3

Illa concentra las críticas por su gestión de la pandemia y Borràs se distancia de Aragonès

Los candidatos en el debate a 9 organizado por TV3 y Catalunya Ràdio.

Los candidatos en el debate a 9 organizado por TV3 y Catalunya Ràdio. / CCMA

Jose Rico

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El debate con más candidatos de la historia de Catalunya, nueve, en la campaña más reñida y atípica de la historia de Catalunya y en el contexto más incierto de la historia de Catalunya derivó en un todos contra todos en el que los candidatos ignoraron sus respectivos pasados y se empeñaron en dejar poco entreabiertas las puertas a aquellos pactos que han puesto encima de la mesa durante la campaña.

Ninguna de las alianzas que, con más o menos convencimiento, defendieron los tres favoritos para la victoria concitó apoyos suficientes a lo largo de las tres horas que duró un debate que tuvo algunos chispazos de intensidad pero muy lejos de la agriedad de etapas anteriores del ‘procés’.

El presidenciable de ERC, Pere Aragonès, a quien las encuestas le otorgan la llave de dos gobiernos, uno independentista y otro de izquierdas, zanjó pronto las especulaciones al espetar a Illa que «no nos pondremos nunca de acuerdo», cuando el aspirante socialista prometió inversiones en sanidad que, según el republicano, rebaja el presupuesto vigente.

Choque independentista

«Nunca más recortes en sanidad pública», proclamó Aragonès en un intento de distanciarse de JxCat, cuya candidata a la presidencia, Laura Borràs, le llegó a retar a descartar públicamente que gobernará con el PSC. Aragonés lo hizo y se revolvió reprochándole el pacto por el que su partido mantiene a los socialistas al frente de la Diputación de Barcelona, presidida por la alcaldesa de L’Hospitalet, imputada por corrupción.

Los socios del Govern plasmaron las mismas grietas que tantas otras veces y siguieron sin esbozar cuál puede ser la nueva hoja de ruta compartida: mientras Borràs insistió en activar la DUI y abominó de la negociación con el Ejecutivo central, Aragonès se ancló a la mesa de diálogo con el Estado para pactar un referéndum sin fecha.

Más complejo resultó la entente a cinco que enarbola Esquerra. La «vía amplia» de Aragonès chocó con las exigencias de Jéssica Albiach (En Comú Podem) y Dolors Sabater (CUP) de definir un modelo social y económico alejado del de Junts, y de las reticencias del Àngels Chacón (PDECat) a avalar nuevas aventuras unilateralistas.

"Ni por activa ni por pasiva"

El tercero en disputa, el socialista Salvador Illa, abandonó por unas horas su perfil tranquilo para lanzarse con vehemencia contra todos los que le atacaban. Que fueron prácticamente todos, porque de nuevo el cabeza de lista del PSC concentró la mayor parte de las críticas, a lo que más de una vez respondió exigiendo respeto.

Illa también quiso neutralizar la táctica independentista de agitar el espantajo de un pacto con Vox: «Ni por activa, ni por pasiva, ni por perifrástica», prometió tras ser retado por ERC y JxCat. E ignoró los intentos de Carlos Carrizosa (Cs) de comprometerse con una mayoría constitucionalista.

El toma y daca procesista tardó en llegar más de lo habitual porque todos, con alguna puntual excepción, pudieron aguantar hasta la segunda parte del debate sin mezclar la pulsión territorial con el covid y la economía. El bloque sobre la pandemia situó ya a Illa en el foco de las críticas por su gestión como ministro de Sanidad y su receta de humildad fue contestada por varios rivales con la reclamación de mayor autocrítica. Solo Albiach le acompañó en la defensa del Gobierno central, del que Unidas Podemos es socio, pero no desaprovechó la ocasión para reivindicar los ertes como un éxito de un ministerio en manos de los morados.

Argimon, ‘conseller’

En cuanto a la gestión de Ejecutivo catalán, Aragonès tuvo que defenderla en solitario porque Borràs siguió con su estrategia de campaña de obviar en sus intervenciones que su partido ha cogobernado con los republicanos desde 2017, al tiempo que buscó el golpe de efecto anunciando que su ‘conseller’ de Salut será el doctor Josep Maria Argimon, cara visible del Govern en la gestión del coronavirus. También Aragonès tuvo tentaciones de separarse de su pasado más inmediato al recordarle a Albiach que «no es lo mismo estar en un gobierno que presidirlo».

Las derechas vivieron su particular debate, conscientes de que, encuestas en mano, entre ellas se juegan no ser sobrepasadas unas por las otras. El ultra Ignacio Garriga abanderó la clausura de toda la autonomía catalana, incluyendo el Parlament, la Generalitat y, claro, TV3. El naranja Carlos Carrizosa y el popular Alejandro Fernández se disputaron durante todo el debate la etiqueta de guardianes del autonomismo poniendo en evidencia las contradicciones y el «negacionismo» de Vox.