Vigésima edición

El tradicional Paseo con Sombrero llena un año más la Rambla de Catalunya

Los Paseos con Sombrero de Barcelona cumplen 20 saludables años

El Periódico

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Los sombrereros estaban locos antes de que en 1865 así los retratara Lewis Carroll en ‘Las Aventuras de Alicia en el país de las maravillas’. Lo estaban realmente porque el suyo era un oficio de riesgo. En el proceso de elaboración de los sombreros inhalaban vapor de mercurio, una intoxicación, a la larga, terrible, que causaba temblores, desmemoria, problemas de visión y convulsiones, de manera que, al menos en inglés, se acuño la expresión de que tal o cual personas estaba más loca que un sombrerero. Con la alegría de cuán atrás quedan aquellos tiempos, Barcelona ha celebrado este domingo al mediodía una de sus citas más locas del calendario, el Paseo con Sombrero, que en este 2024 cumple 20 años.

Esta edición la iniciativa se ha llevado a cabo el mismo día, aunque a distinta hora, en otras 19 ciudades del mundo. Lleva el sello la de aquí, la de Barcelona, de dos sombrereras de prestigio, Cristina de Prada y Nina Pawlowsky, madres de la ‘criatura’, una fiesta popular que, una vez alumbrada, nunca se sabe qué rumbo tomará. Las fotos que acompañan este texto hablan por sí solas. La extravagancia siempre es bienvenida, pero dentro de que muchos participantes trabajan su propio sombrero con ganas de sorprender, siempre hay tendencia. Están los que desempolvan sus atuendos ‘steampunk’ y los que se toman el paseo como un preludio de la fiesta modernista del Eixample que se celebrará a finales de la primavera.

Es, pues, una convocatoria en la que el mínimo denominador común es pasarlo bien en compañía, pero este 2024, quizá, hasta se le podría buscar una afilada arista a la celebración: es el año en el que, también, ha quedado tristemente certificado que la fenomenal colección de sombreros de la ciudad va a continuar durmiendo en los almacenes del DHUB (antes conocido como Museu del Disseny), dando así la espalda a la potente red de talleres y tiendas que tuvo esta ciudad cuando esa prenda era casi de obligado uso para salir a la calle.

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