'Consell de barri'

El ayuntamiento no descarta que el Taller Masriera sea a la vez teatro y biblioteca

El Taller Masriera renace como teatro con un Chéjov por sorpresa

Acción sorpresa para reivindicar que el Taller Masriera sea un teatro. Dos actores han representado una obra de Chejov

JORDI OTIX

Carles Cols

Carles Cols

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pasadas las fiestas de Navidad, el Ayuntamiento de Barcelona dará una última oportunidad a estudiar mano a mano con vecinos de la Dreta de l’Eixample si el Taller Masriera (Bailèn, 70) tiene techo suficiente como para ser el nuevo hogar de la Biblioteca SofiaBarat sin que ello obligue a renunciar al teatro que en su interior esconde este atípico templo romano del siglo XIX. Durante la celebración del consejo de barrio, Jordi Valls, concejal del distrito, se ha mostrado abierto a incorporar en la redacción del proyecto que definirá el futuro de esta finca las propuestas vecinales, un cubo de Rubik arquitectónico que no está muy claro que sea posible resolver. Por el momento, desde la perspectiva vecinal, la buena noticia es que no tienen todavía un ‘no’ sobre la mesa.

El ayuntamiento prefiere reacomodar la biblioteca del barrio, hoy en un interior de manzana de la calle de Girona. Sería, vista la escalinata y las seis columnas corintias del edificio, una biblioteca realmente llamativa. Los vecinos, por el contrario, organizados alrededor de una plataforma muy activa, prefieren que el Taller Masriera renazca como ateneo popular del barrio y, sobre todo, que conserve el teatro que ocupa la sala principal del edificio. Creen que hay otras direcciones postales distintas para reubicar la biblioteca, porque admiten que en su actual ubicación padece estrecheces. Compatiblizar los dos usos sería una manera de resolver el conflicto, aunque, simepre con un temor sobre la mesa, que una y otra función se queden a mediaspor la necesidad de compartir edificio.

El futuro del Taller Masriera ha dado pie, por cierto, a un simpático intercambio de estocadas entre Valls y los dirigentes de la plataforma vecinal. El pasado sábado, estos últimos llevaron a cabo una acción sorpresa durante una de las visitas que se organizan a ese edificio. Cuando el grupo estaba a punto de salir, el teatro renació como tal y en escena aparecieron dos actores que representaron una breve pero interesante obra de Chéjov, ‘El canto del cisne’, que transcurre precisamente en un teatro sin público.

Valls aceptó el ‘touché’ con deportividad. Lamentó que no le hubieran invitado a esa acción sorpresa, ni que fuera para garantizar que no se incumplía ninguna medida de seguridad. Eso tuvo un punto de reproche. Pero el concejal devolvió el golpe después, cuando aplaudió a la plataforma por la obra teatral de Chéjov elegida para la ocasión, no obstante, recordó que el escritor ruso es también célebre por sus novelas, que tendrían también un perfecto hogar en el Taller Masriera si este fuera una biblioteca.