Un águila y un hombre alado

Dos nuevos tetramorfos coronarán en octubre las torres de los evangelistas de la Sagrada Família

La Sagrada Família de Barcelona lanza un fondo social con el 2,3% de sus ingresos

Tetramorfos con apellidos de leyenda

Carles Cols

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Dos colosales figuras de mármol griego de Thasos, el más blanco del mundo, aguardan a los pies del templo de la Sagrada Família para ser alzadas en octubre a la cima de las torres dedicadas a los evangelistas Juan y Mateo, la primera, como marca la tradición cristiana, un águila, y la segunda, con un esculpido que a veces confunde incluso a los más creyentes, con el aspecto de un hombre alado, sin que eso sea exactamente un ángel. Cosas del libro del Apocalipsis. A través de una valla, en la esquina de las calles de Marina y Provença, tienen la posibilidad de vislumbrarlas quienes hasta ahí decidan acercarse. Después, a partir de octubre, su visión ya no será posible cara a cara. Estarán a 135 metros de altura. Harán compañía allí a los otros dos tetramorfos esculpidos por Xavier Medina-Campany y que ya forman parte del ‘skyline’ de la ciudad, el león que simboliza a Marcos y el toro que representa a Lucas.

Esos cuatro cimborrios y los tetramorfos que los coronarán cuando terminen de colocarse los dos restantes son una más de las páginas de ese libro de piedra que pretende ser la Sagrada Família. Más altos que ellos solo es, por ahora, la torre dedicada a la Virgen, de 138 metros de altura y que sustenta la controvertida estrella inaugurada en 2021, y en el futuro lo será el cimborrio central el de Jesús, con el que la basílica cubrirá aguas a 172’5 metros de la calle.

Nuevos tetramorfos coronarán en octubre las torres de los evangelistas de la Sagrada Família

En la tradición cristiana, Juan, Mateo, Lucas y Marcos ensalzarán la gloria de Dios durante toda la eternidad, algo que simbólicamente harán esas cuatro torres de tres maneras distintas. La primera, porque rodearán en un perfecto cuadrado la torre dedicada a Jesús. La segunda, por las inscripciones laudatorias grabadas en el poliedro que sustenta las esculturas. Y la tercera, porque esa suerte de pedestales estarán vacíos por dentro de manera que será posible instalar focos que iluminarán la cruz que coronará el templo.

Misa de bendición

Una misa en principio programada para el 12 de noviembre servirá para bendecir los cuatro tetramorfos que se incorporan a la simbología de la Sagrada Família y con ello se cubrirá una nueva etapa, eso sí, sin que sea posible cumplir el deseo de terminar la totalidad de los trabajos en 2026, centenario de la muerte accidental de Antoni Gaudí. Como mucho, ese año será posible, según Faulí, que el templo alcance ya su altura máxima. La torre de Jesús, que crece según se van colocando unos gigantes paneles (ya son 10 de los 12 previstos) se alza por ahora hasta los 131 metros. A la mitad de esa altura se oculta a los ojos de los visitantes un pequeño auditorio circular en el que los miembros del patronato han explicado el estado de las obras y han anunciado la creación de un fondo social para cofinanciar proyectos caritativos del tercer sector. Es una sala aún sin terminar pero que de momento permite ya contemplar la base de la torre central. Es, sin duda, uno los auditorios más sorprendentes de la ciudad, y más que lo será cuando los trabajos pendientes permitan iluminarlo con luz natural a través de ese gran ‘gruyère’ que intencionadamente es la basílica y que permite que la claridad del Sol penetre hasta los más recónditos rincones. Desde el auditorio, a 66 metros de altura, está previsto que parta en el futuro el ascensor que llevará a los visitantes hasta la cima de la torre de Jesús.

Faulí no se ha atrevido a predecir si el templo se dará por terminado esta década o ya en la siguiente, y esa incertidumbre la ha cimentado cuando ha dado a conocer la larga lista de tareas pendientes que se están llevando a cabo más allá de levantar torres, 13 hoy de las 18 previstas.

Obras en curso o pendientes

Se están restaurando los cimborrios originales de la Fachada del Nacimiento, en mejor estado de conservación de lo previsto pese a ser ya centenarios. Se prosigue con la construcción de la Capilla de la Asunción, en la fachada que da a la calle de Provença. Bajo tierra, las obras son también frenéticas. Cinco metros por debajo del templo se han ganado ya 3.500 metros cuadrados de superficie disponible que tanto se emplean como espacio museístico que como talleres de obras. La cobertura de las naves laterales camina también a buen ritmo. Pero la cuestión crucial, como siempre, es qué pasa con la Fachada de la Gloria, la que afecta urbanísticamente a los vecinos del lado mar de la calle de Mallorca. No hay novedad al respecto, ha explicado el director general del patronato, Xavier Martínez, pero ha subrayado que cuando se reemprendan los contactos para tratar sobre esta cuestión, la postura, por su parte, no habrá cambiado: “No renunciamos a la escalinata prevista”.