El adelanto electoral no hace peligrar la subida de sueldo del 2% a los funcionarios de la Generalitat

El adelanto electoral anunciado este pasado miércoles por el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, no pondrá en riesgo la subida salarial pendiente para los funcionarios catalanes. El fracaso de los presupuestos empujó al líder del Govern a llamar a los catalanes de manera anticipada a las urnas el próximo 12 de mayo. Lo que limitará su capacidad ejecutiva, tanto por la disolución del Parlament, como por la ausencia de unas nuevas cuentas públicas.

No obstante, fuentes de la conselleria de Presidència confirman a este medio que la revalorización salarial no corre peligro y que los empleados públicos percibirán entre la nómina de abril o mayo su aumento. "Los incrementos retributivos de sueldos públicos aprobados por el Estado son normativa básica estatal y se tienen que aplicar obligatoriamente", afirman dichas fuentes.

Las perspectivas salariales de los empleados públicos de toda España han dado un par de vuelcos en los últimos días. El Gobierno y dos de los tres sindicatos más representativos en la función pública -CCOO y UGT- tienen pactado que las nóminas públicas subirán este año un 2%. El problema es que el adelanto electoral convocado por Pedro Sánchez trastocó el calendario y el Ejecutivo central empezó el 2024 sin unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE).

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Ello provocó que esa subida salarial pactada no se ejecutara y la previsión inicial de Sánchez era esperar a tramitar las nuevas cuentas públicas antes del primer trimestre del año y abonar la revalorización una vez estas estuvieran en vigor, si bien con carácter retroactivo. Más de tres millones de empleados públicos, tanto del Estado, autonomías o ayuntamientos, llevan tres meses con los sueldos congelados. 290.000 de ellos dependen de la Generalitat de Catalunya.

Pocos días antes de que Pere Aragonès decidiera adelantar elecciones, el Gobierno manifestó su predisposición a subir las nóminas de los funcionarios vía real decreto ley y no esperar a tener unos nuevos PGE. Lo que provocó el aplauso de los sindicatos, que esperan que antes de acabar el mes el Congreso dé luz verde a la revalorización, que está incluida dentro de una enmienda actualmente en trámite.

"Arderá Troya si no pagan"

Una vez el Gobierno de luz verde a la revalorización, cada institución pública deberá proceder a tramitar el incremento. Desde la Generalitat no están moviendo ficha hasta tener confirmación oficial, para desespero de los sindicatos, que le reclaman que ponga en marcha ya la maquinaria burocrática ante el compromiso manifestado ya en público del Ejecutivo central.

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La ausencia de presupuestos de la Generalitat para el 2024 complica la operación, pero no la imposibilita. Ya ha sucedido en años anteriores, dados los reiterados adelantos electorales a los que los catalanes se han ido acostumbrando. El Govern lo ha solventado vía una ampliación de crédito, que debe aprobar el Parlament, vía remanentes del presupuesto anterior o sacando dinero de partidas contempladas en el mismo.

Los sindicatos no contemplan otro escenario que uno en el que la Generalitat les abone la revalorización -siempre con efecto retroactivo a 1 de enero- entre abril o mayo. Y entienden que no se escudará en el nuevo vaivén político para demorarlo. "Arderá Troya si no pagan", apunta una fuente sindical consultada. Lo que seguro recibirán los empleados de la Generalitat en su próxima nómina de marzo es la revalorización del 0,5% pendiente del año pasado y una 'paguilla' compensatoria con los atrasos pendientes. Lo que puede suponer un 'extra' de unos 150 euros, una estimación media que irá a más o a menos dependiendo de la categoría.

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