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La cuota de 'startups' cofundadas por mujeres se estanca en el 20% en Catalunya

La infrafinanciación, la falta de referentes y la baja proporción femenina en el mundo de la tecnología en general impiden avances más significativos en este terreno

España tiene la mayor cuota de mujeres directivas de Europa, pero solo un 27% están en lo más alto

Una directiva de Mediktor, una de las empresas catalanas que ha participado en el 4YFN

Una directiva de Mediktor, una de las empresas catalanas que ha participado en el 4YFN / JOAN CORTADELLAS

Paula Clemente

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No debe ser casualidad que en la última edición del 4YFN (4 Years From Now), el intracongreso dedicado a los emprendedores y las ‘startups’ dentro del Mobile World Congress, hayan sido dos mujeres las que han recogido dos de los galardones más importantes que allí se entregan. El más emblemático, el propio 4YFN Award, recayó en la empresa catalana Qilimanjaro Quantum Tech y lo recogió Marta P. Estarellas como su consejera delegada, la única mujer, por cierto, entre los cinco directivos o cofundadores de ‘startups’ que llegaron a la final. También en este recinto se resolvieron los Premios EmprendeXXI, que, en este caso orquestados por CaixaBank y ENISA, distinguieron la labor de Keybotic, una ‘startup’ también capitaneada por una mujer, Irene Gómez.

"Hoy en día la mujer tiene claro que puede y que la sociedad la necesita y la quiere, pero se sigue oyendo que a ellas les es més complicado conseguir financiación, por ejemplo", reflexiona la fundadora y presidenta del congreso para emprendedores South Summit, María Benjumea. “Lo que hay es más visibilización de las mujeres que se dedican a la tecnología, pero, en realidad, el porcentaje no ha crecido demasiado”, opina la vicepresidenta del Cercle Tecnològic, Rosa Rodríguez, respecto a una estampa que, efectivamente, no concuerda con los datos. El último análisis de sector llevado a cabo por la Generalitat de Catalunya habla de que solo un 20,8% de las 2.100 ‘startups’ que hay en Catalunya tienen una mujer en su equipo fundador, un porcentaje que apenas ha variado décimas desde el año pasado y el anterior.

El Mapa del Emprendimiento que presentaron hace unos meses los organizadores del South Summit junto a IE University afina algo más y muestra que solo el 9% de las empresas emergentes de base tecnológica fundadas en esta comunidad están impulsadas por mujeres exclusivamente. En España en su conjunto, la tasa se queda en el 8%.

De acuerdo con esta radiografía, lo más habitual es encontrarlas en compañías que operan en el campo de salud, lo que explicaría que Catalunya esté ligeramente más avanzada: aquí, este es el sector que más ‘startups’ concentra y, consecuentemente, el que más inversión captó en 2023. A continuación figuran las empresas con soluciones educativas, luego propuestas relacionadas con la sostenibilidad, con el impacto social y las tecnologías agrarias.

“Mi impresión es que estamos mejor [de lo que indican estos datos], veo bastantes ‘startups’ de mujeres, el problema es que las veo en los inicios, no veo que crezcan y consigan grandes rondas de financiación, y eso es lo que nos tiene que preocupar: ¿Por qué no llegan a la siguiente fase?”, se pregunta Helena Torras, emprendedora e inversora en Hans(wo)men Group, un fondo austríaco que solo invierte en equipos con mínimo una mujer fundadora. La información que maneja, de fuentes como Atomico o Boston Consulting Group, pero también de los datos internos que le comparten otras firmas de su estilo, es que las ‘startups’ fundadas por mujeres son más rentables y tienen menos probabilidad de morir, pero que poco más de un 2% del dinero que se invierte acaba en ellas.

Falta de financiación

Así, su sensación es que el problema está muy ligado a la financiación. “Es muy difícil conseguir financiación, lo ha sido especialmente estos dos últimos años, y sí que es verdad que la mujer suele pedir menos dinero, con lo que se queda antes sin él”, reflexiona Torras.

De hecho, todas las fuentes consultadas para este reportaje apuntan, tarde o temprano, hacia la financiación como uno de los problemas. “No te sé decir si es por cultura, porque llevamos siglos haciendo las cosas así, por pudor o porque seguimos entendiendo mal la ambición, pero el inversor lo que busca es un proyecto que le convenza: para eso no hace falta un discurso de hombre, hace falta un discurso extraordinario”, sostiene Benjumea.  "Si crees en el proyecto, no hay que tener reparo en ser ambicioso", apunta.

La concejala de promoción económica y trabajo de l’Ajuntament de Barcelona y, a su vez, presidenta de Barcelona Activa, Raquel Gil, suma a eso las consecuencias de que la mayoría de inversores sean hombres: por ejemplo, que haya necesidades que ellos no tengan detectadas (y, consecuentemente, no vean relevantes las soluciones) o que no conecten tanto con la forma de vender la propuesta.

Conciliación y vacíos en la escuela

De todos modos, a su juicio, este es solo uno de los elementos que explica esta brecha. También influye que, comunmente, el momento en que una siente que tiene la capacidad y el conocimiento de llevar adelante un proyecto de este estilo, coincide con edades en que la conciliación familiar empieza a ser un factor a tener en cuenta o que, en general, ellas emprenden tanto o más que los hombres pero no en iniciativas de base tecnológica.

“Como, en muchos casos, las mujeres nos seguimos haciendo cargo de los cuidados familiares, hacemos nuestros proyectos compatibles con la crianza o con el cuidado de la gente”, razona Gil, quien denuncia, contundente, que el mundo no está pensado para que esto sea compatible con dedicar 12 horas a construir una ‘startup’. “No estamos avanzando de una forma fuerte [en el porcentaje de mujeres que se dedican a la tecnología], y el emprendimiento es un reflejo de ello”, señala, también, la vicepresidenta del Cercle Tecnològic.

Por último, hay que tener en cuenta el efecto de que se vean pocos casos de este tipo. “Tenemos que visibilizar estos proyectos y, desde lo público, intentar ponerlo todo más fácil”, receta la presidenta de Barcelona Activa. También para Benjumea parte de la solución pasa por ir derribando estos mitos y frenos internos. En la misma línea, Torras subraya la importancia de mostrar la ambición en público, aunque no libra a los inversores, a los que sugiere ir a buscar activamente más propuestas femeninas, independientemente de que acaben invirtiendo en ellas o no. Rodríguez opta por llevar a cabo campañas más intensivas en primera y secundaria para hacer más atractivas este tipo de carreras. “La situación ha mejorado mucho a diez años vista, pero esto se tiene que consolidar y tenemos que poder ir un poco más rápido”, concluye Raquel Gil.