Desigualdad

El 'boom' de la FP amenaza con agrandar la brecha salarial: ellas cobran un 30% menos que ellos

Las mujeres, por estereotipos culturales heredados, se forman en oficios donde se cobra menos

La brecha salarial empieza en casa: el 54% de las mujeres carga con la mayoría de las tareas

Una joven aprendiz de formación profesional, en Seat.

Una joven aprendiz de formación profesional, en Seat. / EL PERIÓDICO

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El hombre soldador, la mujer cuidadora; él panadero, ella pastelera; él peón de obra, ella limpiadora. Los estereotipos de género siguen marcando la pregunta que se hacen los niños a partir de cierta edad: ¿Qué quiero ser de mayor? Y, pese al avance en términos de igualdad experimentado durante los últimos años, aquellos oficios vinculados a la formación profesional (FP) muestran un mayor sesgo de género, que luego se traduce en una mayor brecha salarial

Según los datos presentados este viernes por el sindicato UGT, las mujeres catalanas con formación de FP cobran un 30,6% menos que sus homólogos masculinos; una brecha más de 10 puntos superior a la media del conjunto de la economía. Y a mayor peso de la FP, mayor riesgo de que esa brecha condicione al alza la media del conjunto del mercado laboral.

Según los datos recopilados por UGT, una catalana con estudios equivalentes a una formación profesional ganaba en 2018 unos 20.808 euros anuales, frente a los 29.978 euros de un hombre con los mismos estudios. Una diferencia negativa para ellas del 30,6%; menor que en el caso, por ejemplo, de los universitarios, donde alcanza el 22%.

El sindicato explica que esa diferencia sea más intensa en la FP por la mayor segregación por actividades, es decir, que las mujeres se apuntan a aquellos oficios peor pagados y los hombres a los mejor pagados. Y, ante el actual ‘boom’ de la FP, tanto por demanda de las empresas como por una mayor oferta de plazas públicas para estudiar, dicho sesgo puede acabar provocando que la brecha salarial en el conjunto del mercado laboral catalán aumente. 

Estamos en alerta”, ha reconocido la secretaria de igualdad y formación de UGT de Catalunya, Eva Gajardo. “Es un tema todavía muy cultural, muy de estereotipos. Debemos trabajar mucho la orientación profesional y avanzarla mucho más, cuando los niños son todavía pequeños y empiezan a visualizarse profesionalmente”, añade. Una fuerte pedagogía y difusión mediática, así como dar prioridad de matrícula a las mujeres en aquellos sectores más masculinizados son otras de las propuestas de la central para corregir esa brecha.

El origen está en la maternidad

El informe de UGT reitera la tesis que otros organismos ya han ido apuntalando. Gran parte de la brecha salarial tiene su origen en el nacimiento de los hijos y el desigual reparto de cuidados de los mismos. Para ello se apoyan en la tasa de actividad, que en el caso de las mujeres se desploma a partir de aquellas edades cuando es más habitual tener descendencia.

La tasa de ocupación de mujeres y hombres sin hijas e hijos se situaba en 2022 en un 77,9% en el caso de ellos y un 75,6% en el de ellas, apenas dos puntos de diferencia. Sin embargo, cuando se tienen críos dicha tasa aumenta hasta el 89,40% en el caso de los hombres y baja hasta un 70,4% en las mujeres. "Tener hijas e hijos es un factor de inserción laboral para ellos y de abandono para ellas", afirman desde la UGT.

En ese sentido, el desigual reparto del cuidado de hijos se visualiza claramente en los complementos salariales, que explican, a su vez, gran parte de la brecha. Es decir, los hombres cobran más no porque tengan un sueldo base diferente, sino porque tienen el mismo que ellas, pero luego pueden sumarle complementos, como el de nocturnidad, trabajo en fines de semana o las horas extras.

En concreto, los hombres percibieron un 66,5% más de suplementos por horas extraordinarias y un 36,4% más por nocturnidad, trabajo por turnos o horarios de fin de semana. "Cuando un jefe pide voluntarios lo primero que dice una mujer es 'tengo que mirar como me organizo en casa'. Un hombre, en cambio, ya de entrada dice que sí", ha afirmado la coordinadora de igualdad del sindicato en la federación de industria, Neus Massana.