Factoría de Gavá-Viladecans

Roca Sanitarios cambiará el horno de gas de su fábrica en Gavá por uno eléctrico en 2025

El grupo empresarial instala en su fábrica de Austria el primer horno eléctrico de la industria sanitaria

Los subsidios a los combustibles fósiles dificultan el avance de la agenda climática

Horno de Roca

Horno de Roca / Cedida

Gabriel Ubieto

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El grupo Roca apagó hace tres semanas el horno de gas que durante 40 años había estado fabricando sanitarios en la factoría que tiene en la ciudad Gmuden (Austria). En un salto pionero hacia la descarbonización, la empresa catalana y líder mundial en la fabricación de sanitarios se ha pasado a un horno eléctrico, alimentado con energía 100% renovable y, en consecuencia, de cero emisiones. Este jueves el consejero delegado de Roca, Albert Magrans, ha realizado la primera rueda de prensa en los 105 años de historia de la compañía para presentar el "primer horno eléctrico de la industria sanitaria".

Si bien parte de los procesos, sobre todo de moldeado, para fabricar un sanitario de cerámica apenas han cambiado en el último siglo, la empresa que fundó en 1917 la familia Roca sí lo ha hecho. Hoy es un gigante que emplea a 21.000 personas, distribuidas en 79 fábricas localizadas en 170 países distintos.

Y su estrategia ahora pasa por ir abandonando los combustibles fósiles. El horno de secado alimentado con energía eléctrica de Gmuden -un piloto que eclosiona ahora tras iniciarse hace cinco años- es solo el primero de una serie de inversiones que la compañía ha adelantado este jueves.

Para 2024 el grupo Roca tiene presupuestados 26 millones de euros en inversiones para ser más sostenibles. Dentro de este presupuesto, según ha desgranado el consejero delegado de la compañía, están contemplados tres hornos eléctricos más en tres factorías europeas. Entre estas no figuran las dos plantas ubicadas en España, la histórica de Gavá-Viladecans y la de Burgos (de la marca Gala), según ha precisado durante la rueda de prensa. Aquí las licencias con las administraciones públicas no están listas y bloquean el desembolso.

La dirección de Roca quiere invertir en su factoría catalana, después de que en octubre pactara un despido colectivo que afectó a 168 personas. Pero todavía está a expensas de que los municipios de Gavá y Viladecans le concedan los permisos de obra para poder erigir su nuevo 'Espai Roca'. Esta superficie de 300.000 metros cuadrados acogerá la nueva sede corporativa de la compañía y la nueva fábrica, que sustituirá a la actual, con un nuevo horno eléctrico para cerámica y que será neutra en emisión de CO2.

Y en Burgos el problema viene de que parte de la inversión requerida está asociada a las ayudas del PERTE de la descarbonización, pendiente todavía de asignar por el Ministerio de Industria. Mientras, las otras tres factorías europeas de Roca verán como allí sí les llegan las inversiones.

¿Por qué eligió esta marca catalana empezar su electrificación en Gmunden? Más que una factoría, en este municipio austríaco ubicado a la orilla de un gran lago y rodeado de montañas semitirolesas -Gmunden está cerca de Salzburgo, la ciudad natal de Mozart-, la dirección de Roca tiene más un "laboratorio de la cerámica". El perfil de la plantilla -de unos 90 empleados altamente cualificados- y la cercanía con otras empresas de la zona dedicadas a la cerámica -la región vive de ello desde hace tiempo- explican que el experimento empezara a 1.600 kilómetros de la ciudad donde nació el hoy en día primer fabricante de sanitarios de todo el mundo.

Menor contaminación, menor consumo

Los objetivos de Roca en materia de descarbonización son ambiciosos. Mientras la Unión Europa se ha fijado 2050 como el año en el que deberá haber alcanzado la neutralidad de CO2, la corporación catalana adelanta cinco años, a 2045, dicha meta. Ya en los últimos cuatro años ha reducido, según sus propios cálculos, sus emisiones de CO2. Ahora seguir en esa senda pasa por renovar los hornos de las 79 fábricas que tiene distribuidas por el mundo, pues estos emiten alrededor de la mitad de las emisiones del grupo.

Y está aprovechando dicha apuesta también para reducir costes. Los hornos eléctricos, entre que son eléctricos y nuevos, les permiten disminuir su consumo energético sobre un 30%. Lo que a los actuales precios de la energía esperan que les suponga una ventaja competitiva sobre el resto de sus competidores. Si bien el consejero delegado de Roca confía en que estos acaben adoptando la tecnología anunciada por ellos este jueves "puede ayudar a toda la industria a descarbonizarse".

El horno pionero que empezará a instalar Roca en sus fábricas lo ha desarrollado la firma Keramischer Ofenbau, una compañía formalmente independiente de Roca pero que dos tercios de su accionariado posee Roca. Es decir, la compañía catalana se adelanta a sus competidores y en caso de que estos le acaben emulando, se llevará un pellizco.

Menor gasto de agua

La corporación de origen catalán no solo apuesta por el ahorro energético en sus producciones, sino también en ahorro de agua respecto a sus productos. Sus sanitarios tienen un gasto máximo de cinco litros por cisterna, menos de la mitad de lo que consumían hace una década y por encima del gasto habitual entre sus principales competidores, chinos y turcos. En el último año, como corporación, Roca presentó un informe de sostenibilidad en el que indicaba que había reducido su consumo de agua en un 28% respecto al ejercicio anterior.

Roca todavía no ha presentado sus resultados del ejercicio 2023, lo que se espera en julio. El último balance disponible es el de 2022, en el que registró una facturación de 2.092 millones de euros y un resultado neto consolidado de 42 millones. El mismo se vio notablemente afectado por la invasión de Rusia a Ucrania y las posteriores sanciones internacionales a la primera. Lo que forzó a la dirección de Roca ha desprenderse de su negocio en el país eslavo, impactando dicha decisión en la facturación y los beneficios.