Sector pesquero

La Generalitat pagará un año de prácticas a los jóvenes que se incorporen al sector de la pesca

El consumo de pescado de proximidad ha en Catalunya descendido un 25% en los últimos tres años

Pescadores al llegar a puerto descargando el pescado capturado en la lonja de Barcelona

Pescadores al llegar a puerto descargando el pescado capturado en la lonja de Barcelona / MANU MITRU

María Jesús Ibáñez

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La crisis en que está sumido el sector pesquero catalán, que ha visto cómo en dos décadas la flota se reducía a la mitad, necesita de un importante revulsivo. Y eso pasa, por ejemplo, por fomentar la incorporación de jóvenes, además de facilitar la salida de los productos de la pesca, con un estímulo para que aumente el consumo y unos precios de venta que permitan cubrir los costes de producción. Las tres cuestiones forman la columna vertebral del plan que ha diseñado la Conselleria d'Acció Climàtica, Pesca i Alimentació para proteger y potenciar una actividad que en 2022 ocupaba a 1.245 personas, con un volumen de ventas en lonja de 98,27 millones de euros.

Así, para facilitar el relevo generacional y prevenir el envejecimiento del sector, la Generalitat va a poner en marcha un programa remunerado de aprendizaje a bordo de las embarcaciones destinado a jóvenes desempleados que hayan cursado una formación de marinero pescador y la formación básica de seguridad. Este plan, al que se destinarán casi 20.000 euros anuales por contrato de prácticas, consistirá en la contratación temporal durante un año de los aprendices, que trabajarán acompañados por un profesional con al menos cinco años de experiencia en el mar. En este período formativo, se incluirán cursos sobre prácticas sostenibles de pesca, marisqueo y conservación de los recursos biológicos marinos.

Unas mujeres reparan unas redes de pesca en el puerto.

Unas mujeres reparan unas redes de pesca en el puerto. / Conselleria d'Acció Climàtica, Pesca i Alimentació

El plan, presentado este sábado en el puerto de Arenys de Mar (Maresme) ante representantes del sector pesquero y marineros recién titulados por parte del director general de Pesca, Sergi Tudela, y el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, también prevé otras medidas de apoyo, como una línea de ayudas dirigidas a jóvenes para la adquisición de la primera embarcación, dotado con 300.000 euros. También se trabajará para dar a conocer los oficios pesqueros a través de colegios e institutos, servicios de empleo, medios de comunicación, ferias y jornadas, además de favorecer la orientación formativa sobre la profesión pesquera y dignificar la figura de los trabajadores del mar.

En total, la Generalitat prevé destinar más de 19 millones de euros para las actuaciones dirigidas a la implementación del plan, que se sumarán a los 15 que yuadestinó en 2023.

Pequeñas empresas familiares

El sector de las pesca en Catalunya está integrado en su mayoría, a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades como Galicia o Andalucía, por una flota de embarcaciones pequeñas, gestionadas por empresas familiares o por pimes, que trabajan en caladeros locales. La modalidad con mayor número de barcas es de la de artes menores, con 331 embarcaciones, lo que representa más del 50% de la flota catalana. Le siguen el arrastre, con 211 unidades (un 33% del total), y el cerco, que desembarca el 55% de las capturas. La modalidad del arrastre genera el 59% de los ingresos en primera venta de los productos pesqueros.

Según Observatori de la Flota Pesquera Catalana, en los últimos 20 años el número total de embarcaciones dedicadas a la pesca se ha reducido de las 1.358 del año 2003 a las 637 actuales. Esto supone una pérdida del 53% de la flota. La capacidad de pesca se ha visto, en consecuencia, reducida en entorno el 45% en volumen y en potencia. Esta pérdida de peso del sector en Catalunya es un mal que también preocupa en el conjunto de España y en muchos países de la Unión Europea y que está muy relacionado, además, con el cambio climático y la sobrepesca de épocas anteriores.

Campañas para promover el consumo

Esta continuidad del sector pasa, asimismo, por el fomento del consumo, por asegurar que el pescado de proximidad tiene una salida comercial, tanto en los hogares como en la restauración. La misma conselleria ha puesto en marcha este diciembre una campaña de promoción del pescado de kilómetro cero, con la que se busca romper algunos mitos como el de que el pescado es difícil de cocinar o el de que solo la merluza y el salmón son buenos. 

El consumo de pescado en los hogares catalanes ha registrado un descenso continuado desde 2008. Solo en la última década, se ha pasado de los 27 kilos por persona y año a 18 kilos. La caída ha sido especialmente importante en los últimos tres años, con una disminución de ventas del 25%. La principal causa apunta a la escalada de la inflación, en un producto que, además, no ha sido incluido en la rebaja del IVA de los alimentos.

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