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Àngel Simón, apasionado del agua y hombre de confianza de Fainé

Simón (Agbar) lamenta que no se avance "suficiente" en la reutilización del agua

Foment y las administraciones apuntan a la colaboración público-privada para la recuperación

Àngel Simón.

Àngel Simón. / XAVI GOMEZ

Agustí Sala

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El nuevo consejero delegado de Criteria Caixa, Àngel Simón Grimaldos, es un profundo conocedor y apasionado del agua. De hecho, mantendrá la presidencia de Aigües de Barcelona (Agbar), no en cambio la vicepresidencia de Veolia, la multinacional francesa propietaria de la compañía. Simón fichó por Agbar a mediados de los años 90 del siglo pasado y desde esta firma ha apostado por la innovación --desde Agbar impulsó la creación del Centro Tecnológico del Agua (Cetaqua)- y la sostenibilidad. A este ingeniero de caminos nacido en 1957, uno de los ejecutivos preferidos del presidente de Criteria, y de la Fundació La Caixa; Isidro Fainé, con quien comparte además el lugar de nacimiento: Manresa, la capital de la comarca del Bages; le definen dos elementos: su pasión por el líquido elemento y la colaboración público-privada.

Como presidente de Agbar, un grupo que ha situado como referente mundial en la gestión de la innovación de un recurso básico y escaso, y vicepresidente de Veolia, se ha erigido en defensor a ultranza de la colaboración entre el sector público y el privado, así como del compromiso social de las empresas, una filosofía que comparte con Fainé, que la aplica a través de la Fundació La Caixa. Criteria precisamente tiene como una de sus funciones invertir en compañías que proporcionen dividendos para la obra social.

Uno de sus más recientes reconocimientos fue el que le otorgó la patronal Foment del Treball que en 2020, que le dio la Medalla de Honor como Empresario del Año. Hombre de profundas convicciones impugnó la concesión de la antigua Aigües Ter Llobregat, la mayor privatización de la historia de la Generalitat, a Acciona. Y tras unos años de batalla sin descanso logró que la justicia le diera la razón hasta que la compañía tuvo que volver a manos públicas, no como ATLL sino como ATL. Su conclusión, tras esta dura experiencia, no podía ser más clara como explicó en una entrevista con el periódico: "Al final, la mala gestión pública la acaba pagando el ciudadano".

Simón defendió durante la crisis por la pandemia un pacto social apoyado en tres ejes: la solidaridad, la ocupación de calidad y la reconstrucción verde. Consciente de que maneja un bien esencial, la compañía que ha presidido hasta ahora cuenta con bonificaciones y un fondo solidario para consumidores vulnerables y con ayudas a pymes y autónomos. "No cortamos, ni cortaremos, el suministro de agua a quien no lo pueda pagar", insistía una y otra vez.

Tras su visión de un crecimiento inclusivo, se esconde un alto ejecutivo curtido en mil batallas, dispuesto a defender sus postulados con hasta las últimas consecuencias. No solo lo hizo Aigües Ter Llobregat sino también con la alcaldesa anterior de Barcelona, Ada Colau, y los Comuns, acérrimos defensores de la remunicipalización del servicio y contra de la sociedad mixta Aigües de Barcelona con el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), constituída en el 2012 aún con apoyo de la antigua CiU y el PSC. En ambos casos Simón ganó la partida.

Reutilización del agua

Mucho antes de que saltaran las alarmas por la sequía en Catalunya ya mantenía una de sus últimas batallas: la defensa de la reutilización del agua. En su intervención en la Reunió Anual del Cercle d'Economia en mayo pasado afirmó que "las ciudades pueden ser completamente autosuficientes" en materia de agua si se pone sobre la mesa "la reutilización". Y lamentó que no se avanzara "suficiente" en la reutilización del agua.

Profundo conocedor del sector público y del privado, este ejecutivo fue gerente de la AMB bajo la presidencia Pasqual Maragall. Más tarde, en 1995 se incorporó al grupo Agbar, donde se encargó, entre otras tareas, de la expansión en Latinoamérica del grupo. En septiembre de 2004 fue nombrado director general del grupo Agbar. En 2006 protagonizó la primera gran operación europea de Agbar en el Reino Unido, con la compra de Bristol Water. En 2008 agregó a su cargo la responsabilidad de ser consejero-director general de Agbar, cargo que ostentó hasta su nombramiento como presidente.

De su paso por Latinoamérica quedó Aguas Andinas en Chile, una de las empresas de gestión del agua de mayor dimensión de la zona. Tras tomar Suez Environnement el control de Agbar, en el 2010 asumió la presidencia de Agbar y desde el 2013 ocupa la vicepresidencia ejecutiva de lo que hoy es la multinacional también francesa Veolia, a cargo de Europa del Sur y Latinoamérica.

El nuevo consejero delegado de Criteria es ingeniero de caminos, canales y puertos por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y cuenta con un MBA en dirección de empresas por la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE). 

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