Congreso Tech Spirit

Invertir en ‘startups’ en la España del 2023: un mercado a la espera de que vuelvan las salidas a bolsa en EEUU

Lecciones de emprendedor a emprendedor: contra todo pronóstico, en Silicon Valley no están para tonterías

Casi el 20% de empresas extranjeras que se establecen en Catalunya son tecnológicas

Un área de encuentro entre emprendedores e inversores en el Tech Spirit Barcelona

Un área de encuentro entre emprendedores e inversores en el Tech Spirit Barcelona / RICARD CUGAT

Paula Clemente

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“Año jodido. Momentos jodidos”. Según el último análisis de situación del fondo Atomico, el volumen de inversión en España ha sido este año –con datos hasta septiembre– un 41,7% inferior a lo que lo fue en 2022. Y el mediático inversor Carlos Blanco, gestor del fondo Encomenda, no encuentra otro modo de resumirlo. “El momento no es fácil”, insiste, rodeado de tres inversores (Lourdes Álvarez, de JME; Javier Rubió, de Galdana Ventures, y Roger Piqué, de Inveready) que no tardan en darle la razón. “Ha sido un año de miedo”, lanza uno de ellos. “Pero podríamos estar ante el inicio de un cambio de ciclo”, apunta otro.

A este cuarteto le ha caído la misión de inaugurar una tanda de mesas redondas sobre la financiación de proyectos emprendedores celebradas en el seno del Tech Spirit, encuentro anual impulsado por el Tech Barcelona dedicado a reflexionar sobre la situación del ecosistema tecnológico. Un evento que tiene al emprendedor como público más interesado y que, consecuentemente, coloca lo que tenga que decir el inversor en una posición central.

En este debate en concreto, lo primero que se confirma es la complejidad del año 2023 y cómo la subida de los tipos de interés y la frenada en seco del mercado en Estados Unidos han dificultado aquí el acceso al capital riesgo. A modo de ejemplo, Inveready confiesa haber invertido en la mitad de proyectos que en 2022, y JME, que no solo no ha entrado en nuevas empresas, sino que ninguna de las ya invertidas ha logrado cerrar otra ronda de financiación.

Rato antes, también la cofundadora de Holaluz, Carlota Pi, había confesado que, pese a que volvería a tomar otra vez la decisión de salir a bolsa, ahora lidia con cierto perjuicio por ser una empresa pública. “Si nos comparamos con competidores en Europa con unidades económicas parecidas a las nuestras, tendríamos que tener una cotización 10 veces mayor a la que tenemos ahora”, ha asegurado la emprendedora.

Esta dinámica no va a cambiar hasta que en Estados Unidos tengamos abierto el mercado de IPO [Oferta Pública de Venta, por sus siglas en inglés]”, receta, en este sentido, Rubió. “Cuando a los fondos grandes les va bien, se crea un rebufo”, se explica, para asegurar después que él ve en el horizonte cercano un cambio de ciclo. “Emprendedores: paciencia y proyectos muy especiales”, ha aconsejado.

Buen momento para invertir

Porque, al final, el mensaje que prevalece es que, incluso aunque el momento sea de descenso, ni han desaparecido inversores, ni se ha frenado del todo la inversión. Enisa ha hecho público en este mismo congreso que ha cerrado casi 650 operaciones de préstamos a emprendedores por valor de 111 millones de euros este año y el Institut Català de Finances (ICF) que ha apoyado a una veintena de sociedades con más de 30 millones de euros.

Así, si bien una de las consecuencias de esta situación es que se acentúa la dependencia de los fondos internacionales cuando de grandes rondas se trata, la contrapartida es que hay más interés por las empresas en fases iniciales. "Los fondos internacionales son necesarios, pero están absolutamente sobrevalorados, porque para muchas de las cosas que esperamos que aporten, no están ahí", reflexiona, en este sentido, Aquilino Peña, de Kibo Ventures, acompañado de José del Barrio, de Samaipata; de Josep Lluis Sanfeliu, de Asabys Partners; y de Oriol Pinya, de Abac Capital. “Este efecto cascada no ha terminado de llagar a las fases semilla y la teoría dice que es un buen momento para invertir”, suma Lourdes Álvarez, de JME. Además, “lo que dicen las estadísticas es que las camadas pos-momentos de crisis son muy buenas”, coincide Carlos Blanco.

Sirva también el Tech Spirit, entonces, para que el emprendedor descubra lo que atrae al inversor en estos tiempos “revueltos”: don de gentes, respeto por el capital, cuidado del accionista, obsesión por aprender de quien ha hecho ese camino antes (y de aprender en general) y, como concluye la cofundadora de Ship2B Ventures, Maite Fibla, “que a los emprendedores les brillen los ojos cuando hablen de un problema y de su solución”.

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