MAPA | Estos son los 47 municipios de Catalunya que tendrán que recortar 28.000 pisos turísticos

La nueva regulación de los pisos turísticos en Catalunya, anunciada este martes, pone en un brete a 47 municipios con una alta ratio de apartamentos por vecino. El Govern de la Generalitat fija una proporción máxima de 10 pisos por cada 100 habitantes, umbral que se supera en estas poblaciones, aunque no se ha revelado en qué medida cada uno. La mayoría son pueblos pequeños de costa o de alta montaña, puesto que en las capitales y las grandes ciudades metropolitanas es casi imposible llegar a un número tan alto de apartamentos en números absolutos.

En el Pirineo emergen siete localidades donde hay muchos apartamentos por la práctica de esquí y otros deportes de montaña: la Vall de Boí (Alta Ribagorça), Naut Aran (Val d'Aran), Alt Àneu, Espot, Alins, Llavorsí y Rialp (Pallars Sobirà). En cuanto al Prepirineo, cinco se concentran en la Cerdanya, cuatro en el Ripollès y dos en el Berguedà. En el litoral, clara afectación sobre la Costa Brava: la línea de Colera hasta Castelló d'Empúries -siete municipios seguidos- y casi todo el tramo central entre l'Escala y Tossa de Mar, más tres pequeños pueblos del llamado Empordanet. La Costa Daurada suma seis afectados, entre los que están Salou, Cambrils y l'Ametlla de Mar. En el interior, destacan Susqueda (la Seva), Margalef y la Vilella Baixa (Priorat) y Santa Susanna (Maresme).

En total, 28.000 pisos tendrán que perder la licencia para que se respete la restricción, del total de 102.000 que hay en Catalunya. Así pues, los ayuntamientos afectados deberán estudiar con qué criterio tumban licencias, ya que el nuevo decreto ley prevé que cada piso turístico deba solicitar un permiso urbanístico local en los próximos cinco años para mantener el uso turístico. Este vistobueno municipal durará cinco años, transcurridos los cuales deberá renovarse.

La obligatoriedad en estos 27 municipios no implica que esté blindada la oferta de apartamentos en el resto de los 262 consistorios afectados por el decreto, como es el caso de Barcelona capital. Todo lo contrario: pueden reducir el actual parque de pisos turísticos a través de la concesión o no del nuevo permiso urbanístico.

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