Banco de España

La banca cerrará aún más el grifo del crédito tras recortarlo ya desde hace año y medio

Los hogares ya pagan 1.120 millones más al mes a la banca y solo reciben 200 millones más

El Banco de España retrasa la recuperación del crédito: no volverá a crecer hasta la segunda parte de 2025

Banco de España, fachada

Banco de España, fachada / David Castro

Pablo Allendesalazar

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El endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la alta inflación sigue trasladándose con fuerza al crédito bancario. Entre julio y septiembre, los bancos españoles volvieron a endurecer por sexto trimestre consecutivo (desde marzo de 2022) tanto los criterios de concesión que le llevan a decidir si otorgan o no un préstamo, como las condiciones exigidas por los mismos (como su tipo de interés, cuantía, plazo y garantías requeridas). También la demanda cayó, como viene sucediendo desde el pasado enero. Y para el cuarto trimestre, las entidades esperan que se produzca una "nueva reducción" tanto de la oferta como de la demanda, aunque "algo más moderada" que la del verano.

Así aparece recogido en la trimestral encuesta de préstamos bancarios, publicada este martes por el Banco de España. Sus resultados son un reflejo de la estrategia del BCE: la autoridad monetaria de la zona euro ha subido los tipos de interés de referencia a un ritmo y escala sin precedentes de 4,5 puntos porcentuales desde julio de 2022. El tipo de interés principal se ha incrementado del 0% al 4,5%, mientras que la facilidad de depósito -el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto- ha pasado del -0,5% (les devolvía menos de lo que les guardaba) al 4%. Además, ha acabado con las compras masivas de deuda y ha incentivado que las entidades financieras le devuelvan de forma anticipada las inyecciones extraordinarias de liquidez que les suministró en la pandemia.

El objetivo del banco central es enfriar la economía para reducir con ello la alta inflación, mediante la doble vía de hacer que sea más difícil acceder al crédito y que, al tiempo, disminuya la demanda del mismo por parte de empresas y familias. Está teniendo éxito: el tipo medio de las hipotecas -que suponen el 74% de los créditos de las familias- se incrementó en 2,3 puntos, al 3,436% en agosto, desde diciembre de 2021, cuando la autoridad monetaria comenzó a endurecer su política monetaria. El del resto de los préstamos a hogares se elevó algo más de un punto (al 6,94%). Ello ha impulsado que el saldo de crédito de los particulares haya bajado en torno a un 2%, hasta los 677.354 millones de euros. Con los préstamos a empresas ha sucedido algo similar.

Peor a los hogares

El documento del Banco de España revela que los hogares fueron los que salieron peor parados durante el verano. Así, las entidades endurecieron los criterios de concesión del crédito a las familias de forma "algo más acusada" que entre abril y junio, mientras que la intensidad del ajuste para las empresas fue "similar". También la subida de los tipos de interés exigidos fue "similar o algo más intensa" que en el trimestre anterior para los hogares y "algo más moderada" para las empresas. De hecho, el BCE ha apuntado que el endurecimiento de los criterios para conceder una hipoteca fue "especialmente" pronunciado en España dentro de las cuatro grandes economías del euro. Es decir, mayor que en Alemania, Francia e Italia.

En general, los bancos rechazan cada vez más solicitudes de crédito debido al aumento de los riesgos de impago que perciben, su menor tolerancia a asumir dichos riesgos y, en menor medida, al deterioro de su liquidez. Paralelamente, la demanda de préstamos se redujo en verano "de forma generalizada" y de forma "más intensa" que entre abril y junio, principalmente por el aumento de los tipos exigidos. En el caso de las empresas, también influyeron las menores inversiones previstas, mientras que en el de los hogares incide la "menor confianza de los consumidores, el mayor uso de los ahorros y las peores perspectivas sobre el mercado de la vivienda". 

La encuesta también recoge que los bancos reconocen una obviedad: la subida de los tipos del BCE les ha permitido elevar su rentabilidad debido a los mayores ingresos por intereses de los créditos que tienen concedidos. Su decisión de ralentizar todo lo posible el pago por los depósitos mientras cobraban más por los préstamos les ha permitido disparar la rentabilidad que obtienen de sus clientes, lo que ha "compensado" la caída del saldo de créditos. Durante otros seis meses, esperan que se prolongue este efecto positivo del alza de tipos sobre su rentabilidad, pero también advierten de que aumentará la necesidad de realizar provisiones ante los mayores impagos y la posibilidad de que se produzcan pérdidas de capital por la mayor morosidad y la perdida de valor de ciertos activos.