Financiación

El Banco de España retrasa la recuperación del crédito: no volverá a crecer hasta la segunda parte de 2025

La subida de las cuotas hipotecarias se modera pese a que el euríbor vuelve a elevarse

Los hogares retiran 21.847 millones de los bancos hasta agosto, máximo en dos décadas

Fachada de la sede principal del Banco de España, en Madrid.

Fachada de la sede principal del Banco de España, en Madrid. / David Castro

Pablo Allendesalazar

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Como era su intención, el endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) está cerrando el grifo del crédito. Las subidas de los tipos de interés oficiales buscan encarecer los préstamos y reducir su oferta y demanda, para enfriar con ello el consumo y la inversión de los agentes económicos y rebajar la inflación. El nivel de restricción, eso sí, está superando las expectativas. El Banco de España ha retrasado su previsión sobre la recuperación de la financiación bancaria en la reciente actualización de sus proyecciones macroeconómicas. Ahora espera que el descenso de los préstamos que se inició en el último trimestre de 2022 se prolongue hasta el tercero de 2024 (es decir, 24 meses de caída). Después permanecerán prácticamente estancados durante doce meses y no volverán a recuperarse tímidamente hasta la segunda mitad de 2025.

El organismo supervisor, en cambio, calculaba en marzo que el crédito permanecería básicamente estancado en 2023 y comenzaría a crecer a mediados de 2024. En junio, revisó sus estimaciones y auguró un descenso hasta el tercer trimestre de este año y una paulatina recuperación posterior. Sin embargo, la caída en lo que va de este año está siendo mucho más pronunciada de lo que esperaba, debido a las subidas adicionales de tipos, el deterioro del contexto económico y el aumento de la incertidumbre. "Se espera que las condiciones de financiación sean más restrictivas de lo previsto en las proyecciones anteriores, debido sobre todo a las subidas de los tipos de interés, pero también a la mayor influencia que podrían tener las restricciones en la oferta de crédito", explicó hace unos días el gobernador, Pablo Herández de Cos

El Banco de España, así, estima ahora que el saldo de crédito cerrará 2025 dos puntos por encima del nivel que tenía en 2019, cuando en marzo y junio esperaba un nivel de entre cinco y seis puntos superior al de entonces. La institución realiza estos cálculos a partir de una información que no pública habitualmente: los saldos vivos de crédito nocionales y desestacionalizados. Reflejan el efecto sobre los préstamos del flujo neto entre nuevas operaciones y amortizaciones, una vez descontados otros factores -como los saneamientos, revalorizaciones y reclasificaciones- y ajustado de los comportamientos que tiene el crédito en momentos específicos del año. 

Menos oferta y demanda

La caída del crédito se debe tanto a los bancos como a sus clientes, según recoge la última encuesta de préstamos bancarios que elabora el Banco de España. Por una parte, los criterios de concesión y las condiciones de los nuevos préstamos se han endurecido durante cinco trimestres seguidos. Las entidades perciben un mayor riesgo de impago y se ven afectadas por el mayor coste que les supone financiarse y la menor disponibilidad de fondos, lo que les hace rechazar más solicitudes e imponer tipos más altos a las que aceptan. Del otro lado, la demanda cayó en el primer semestre "principalmente" por el encarecimiento de los préstamos. Además, las empresas prevén menos inversiones, mientras que los hogares son más pesimistas, utilizan más sus ahorros y tienen peores perspectivas sobre el mercado de la vivienda

Detrás de todo ello está la subida de los tipos del BCE a un ritmo y escala sin precedentes: 4,5 puntos porcentuales desde julio de 2022. El tipo principal se sitúa ya en el 4,5% (el nivel más alto desde mayo de 2001), mientras que la facilidad de depósito (el interés con que el banco central remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) alcanza un máximo histórico del 4%. Como consecuencia, el tipo medio de las nuevas hipotecas en España ha subido desde el 1,38% del cierre de 2021 al 3,75% del pasado julio, mientras que el de los créditos al consumo se ha incrementado del 6,1% al 8,05% y el de los préstamos a empresas se ha disparado del 1,3% al 4,74%. Ello ha provocado que el saldo de créditos a familias haya bajado un 1,6% en lo que va de año (a 679.564 millones) y el de empresas un 2,4% (a 472.147 millones).

Menos PIB

La previsión del Banco de España de que el crédito vaya a seguir cayendo no se debe a que el BCE prevea seguir subiendo los tipos. De hecho, ha apuntado que los mantendrá salvo cambio inesperado de sus previsiones sobre la inflación. Responde, en cambio, a que cada subida de tipos tarda entre 18 y 24 meses en surtir todos sus efectos sobre las condiciones financieras, la economía y el nivel de precios. El Banco de España, en esta línea, calcula ahora que el endurecimiento de la oferta de crédito afectará al crecimiento en mayor medida de lo que esperaba en junio. Así, las subidas de tipos restaron 0,6 puntos porcentuales al PIB español en 2022 y le quitarán un punto en 2023, 1,2 puntos en 2024 y 0,3 puntos en 2025. 

No es un fenómeno exclusivo de España. "La concesión de crédito en la zona euro se ha reducido mucho, tanto la demanda como la oferta. Sin embargo, nos queda la segunda etapa, la trasmisión de ese endurecimiento de las condiciones de financiación a la actividad económica real", apuntó hace unos días Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. Según informó el banco central el pasado miércoles, el crédito total concedido en la zona euro en agosto cayó un 0,2%, con lo que se sitúa en negativo por primera vez desde enero de 2015. El descenso se vio impulsado por la contracción de los préstamos a las administraciones públicas (-2,1%), que llevan descendiendo seis meses consecutivos. El crédito al sector privado, en cambio, todavía sube, pero a un ritmo decreciente desde hace un año y hasta la menor tasa desde septiembre de 2015 (0,6%, con un alza del 1% en hogares y del 0,6% en empresas).

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