Crisis climática
Catalunya salva su verano más cálido sin lamentar ningún muerto en el trabajo
La crisis climática multiplica los riesgos de morir de calor en el trabajo
Pymes y autónomos, los colectivos más expuestos a las olas de calor
Gabriel Ubieto
Redactor
Periodista de economía, centrado en el mercado laboral. He crecido como redactor en El Periódico, pero antes hice prácticas en La Vanguardia y escribí durante seis meses desde Chile para Hemisfèria.cat. Ganador del premio Ramon Barnils (2015) por el reportaje "Els ultres prenen partit".
Catalunya ha logrado salvar su verano (de momento) más cálido sin tener que lamentar ningún muerto en el trabajo por las temperaturas extremas. Si a medida que avanzaba la temporada estival las olas y picos de calor que acabaron elevando los termómetros por encima de los 40 grados hacían presagiar consecuencias mortales en los centros de tabajo, finalmente y a falta de dos semanas para concluir oficialmente el verano no se ha producido ninguno. El esfuerzo extra en divulgación de riesgos por parte de Administración, patronal y sindicatos, además del nuevo protocolo de alertas de la Aemet, han sido factores claves, según las fuentes consultadas.
La Tierra se va calentando año a año y los más veteranos observan sobre el mercurio temperaturas que no hubieran imaginado durante su juventud. El planeta tuvo, con el pasado mes de agosto, los tres meses consecutivos más calientes desde que existen registros según los datos confirmados por el servicio dedicado al cambio climático Copernicus, anunció este miércoles la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En Catalunya durante el verano se ha rebasado el techo histórico de temperatura, con picos sin precedentes. Por ejemplo, en el Alt Empordà se llegó a los 45,1 grados y en Figueres a los 45,3 grados. Actividades al aire libre como la de los temporeros en Lleida, los trabajadores de las obras o los repartidores de comida a domicilio en las grandes ciudades estaban entre los colectivos con mayores riesgos.
No obstante, los datos recopilados por Inspecció de Treball y facilitados a EL PERIÓDICO indican que el ‘match ball’ se ha superado sin bajas fatales. En toda Catalunya, entre mayo y agosto se han registrado un total de 23 trabajadores que acabaron causando baja por alguna dolencia vinculada con las temperaturas extremas. Solo uno más que durante el verano pasado y todos ellos leves.
Hasta cuatro muertos en toda España
En otros territorios los resultados han sido más funestos, según ha ido trascendiendo en medios. A finales de junio en Aznalcóllar (Sevilla) no llevaba oficialmente el verano ni una semana y ya tuvieron que lamentar el primer fallecido en el campo. Al día siguiente en Cinco Casas (Ciudad Real), fallecía otro hombre mientras picaban en el campo.
A mediados de julio caía otro, un vigilante de seguridad frente a un centro comercial en Mallorca, y el último día del mismo mes un jardinero en Mazarrón (Murcia). No mortal, pero sí muy grave quedó un trabajador de la construcción tras sufrir un golpe de calor en San Martín de Valdeiglesias (Madrid) a mediados de agosto.
Los fenómenos meteorológicos extremos (desde una ola de calor hasta una DANA) son un riesgo cada vez más grave y frecuente para la salud de los trabajadores. Estos no son ajenos a ello y se nota en las denuncias recibidas por la Inspecció de Treball ante posibles incumplimientos de los sistemas de prevención. Si bien son reducidas, han aumentado un 46%, hasta un total de 159 entre julio y agosto.
Nuevo protocolo
"La nueva normativa ha sido muy importante, nos da más herramientas y facilita la denuncia", apunta la secretaria de acción sindical de CCOO de Catalunya, Cristina Torre. "Algún conflicto hemos tenido, a veces las empresas o no se enteran o no quieren enterarse, pero en general las campañas de sensibilización han funcionado”, añade.
Y es que este verano las empresas estrenaban cambios en la normativa laboral en relación a las temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos. Debían contemplarlos de manera explícita en sus planes de prevención, evaluarlos y tener protocolos claros para actuar en consecuencia.
“Los datos son para celebrarlos, demuestran que hay un compromiso firme tanto de las empresas, como de los trabajadores. Y una mayor consciencia al respecto, desgraciadamente las olas de calor, que antes eran algo fuera de lo común, ahora cada vez son más habituales”, apunta la directora del área de relaciones laborales de Pimec, Sílvia Miró. Según los datos que manejan desde la patronal de las pequeñas y medianas empresas, las empresas han adaptado sus sistemas de prevención sin apenas desavenencias o conflictos con los empleados.
Las acciones más comunes y exigibles por parte de un trabajador a su compañía son: Hidratación frecuente, descansos a la sombra y cada cierto tiempo en caso de trabajos físicos y ropa transpirable y cremas protectoras, entre otros. También reordenación de horarios para evitar los momentos de mayor calor durante el día, códigos para detener el trabajo en caso de síntomas de estrés térmico y directrices claras para parar toda la actividad si las temperaturas la hacen impracticable.
Algo que si bien ya existía, quedó algo más detallado en la nueva legislación y también vinculados a la red de avisos de calor que la Aemet y servicios meteorológicos autonómicos, como el Meteocat en Catalunya, van lanzando. Las multas por incumplimiento oscilan entre los 2.451 y 983.736 euros.
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