Jackson Hole

Lagarde advierte de que la lucha contra la inflación "aún no está ganada"

La Reserva Federal advierte de que la economía de EEUU podría no haberse enfriado lo suficiente

¿Qué es y por qué es importante la reunión anual de Jackson Hole?

21 July 2018, Argentina, Buenos Aires: Christine Lagarde (M), Director of the International Monetary Fund, and Jerome Powell, President of the Federal Reserve, sit together for a group photo at the meeting of G20 finance ministers. Photo: . - Buenos Aires/Argentina  Claudio Santisteban/dpa

21 July 2018, Argentina, Buenos Aires: Christine Lagarde (M), Director of the International Monetary Fund, and Jerome Powell, President of the Federal Reserve, sit together for a group photo at the meeting of G20 finance ministers. Photo: . - Buenos Aires/Argentina Claudio Santisteban/dpa / Claudio Santisteban/dpa

Pablo Allendesalazar

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La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha advertido este viernes de que, aunque se han logrado "progresos" contra la alta inflación gracias al endurecimiento de la política monetaria, la "lucha aún no está ganada". Durante su discurso en el encuentro anual de banqueros centrales de Jackson Hole (Wyoming), la alta funcionaria francesa ha evitado referirse a si su institución seguirá subiendo tipos a partir de la reunión de septiembre o los dejará sin cambios en el 4,25% (máximo en 15 años), dos posibilidades que dejó abiertas a finales de julio. Pero al tiempo, ha enfriado las expectativas de quienes creen que se podría haber alcanzado ya el final del ciclo de alzas del precio del dinero en la zona euro.

"En esta era de incertidumbre, es aún más importante que los bancos centrales proporcionen un ancla nominal para la economía y garanticen la estabilidad de precios de acuerdo con sus respectivos mandatos. En el entorno actual, esto significa –para el BCE– fijar tasas de interés en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr un retorno oportuno de la inflación a nuestro objetivo de medio plazo del 2%", ha sostenido.

Ese objetivo del 2%, ha añadido, no se va a mover, pese a las voces que defienden que en el mundo económico pospandemia sería conveniente elevarlo (lo que daría margen a suavizar la política monetaria antes). "Frente a un mundo cambiante, la política monetaria no debería convertirse en sí misma en una fuente de incertidumbre. Esto será crucial para mantener firmemente ancladas las expectativas de inflación incluso cuando haya desviaciones temporales de nuestra meta, como puede ser el caso en una economía más propensa a 'shocks'. Y también será clave para mantener la confianza pública en que, incluso en un entorno nuevo, no perderemos de vista nuestro objetivo. Debemos mantener y mantendremos la inflación en el 2% a medio plazo", ha argumentado.

Claros y flexibles

Lagarde, en ese sentido, ha defendido la "claridad" que aporta tener un objetivo claro, pero al tiempo ha mantenido que los bancos centrales deben ser "flexibles" ante la "complejidad" del escenario económico y geopolítico posterior al covid y la invasión de Ucrania por Rusia. Es por ello, ha justificado, que el BCE ya no adelanta de forma más o menos clara lo que prevé hacer con los tipos de interés, sino que ha optado por tomar las decisiones reunión a reunión y en base a tres criterios (las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria).

El tercer elemento que Lagarde ha reivindicado que los banqueros centrales deben tener en el nuevo entorno es "humildad" para mentener su "credibilidad" ante la población. "Si bien debemos seguir esforzándonos por mejorar nuestra visión del mediano plazo, también debemos tener claros los límites de lo que sabemos actualmente y lo que nuestra política puede lograr", ha defendido antes de admitir que las investigaciones sugieren que los hogares confían menos en las previsiones de los bancos centrales cuando se han equivocado recientemente, como sucedió al inicio del choque inflacionista, que fue tachado de transitorio.

Tras marcar un máximo del 10,6% en octubre, el IPC general de la zona euro se ha ido moderando y en julio bajó del 5,5% de junio al 5,3%. Sin embargo, el indicador subyacente se mantuvo en el 5,5% por segundo mes consecutivo, por encima del nivel de mayo (5,3%) y apenas por debajo del máximo que alcanzó en marzo (5,7%). Además, la economía da síntomas de contracción: creció un 0,3% en el segundo trimestre, tras quedar estancada en el primero y bajar un 0,1% en el último de 2022, mientras que los últimos datos sugieren que podría contraerse un 0,2% en el tercero. El paro, eso sí, sigue en mínimos históricos, pero en el 6,4%. 

Enfriamiento insuficiente

En el mismo foro, del presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell ha advertido de que el banco central del dólar está "atento a las señales de que la economía (estadounidense) podría no estar enfriándose como se esperaba". Es decir, está analizando si las subidas de tipos no estarían siendo lo suficientemente efectivas como para frenar la demanda hasta lograr que la inflación baje a su objetivo del 2% a medio plazo. Pero al mismo tiempo, el principal banquero central del mundo también ha asegurado que la institución actuará "cuidadosamente" y ha vuelto a dejar abierto -como ya hizo en julio- si seguirá subiendo los tipos o los mantendrá en el 5,25%-5,5% actual.

"Como suele ocurrir, navegamos guiados por las estrellas bajo un cielo nublado. En tales circunstancias, las consideraciones de gestión de riesgos son fundamentales. En las próximas reuniones, evaluaremos nuestro progreso en función de la totalidad de los datos y la evolución de las perspectivas y los riesgos. Basándonos en esta evaluación, procederemos con cautela a la hora de decidir si ajustamos aún más la política monetaria o, en cambio, mantenemos los tipos constantes y aguardamos más datos", ha mantenido Powell, dejándose así todas las opciones abiertas. 

Mayor endurecimiento

Powell, en este sentido, ha advertido de que la bajada de la inflación subyacente en junio y julio (hasta el 4,7%) no es suficiente para saber si el descenso continuará en los próximos meses o se estancará. Asimismo, ha destacado que el crecimiento del PIB (0,5% en el primer trimestre y el 0,6% en el segundo) está "por encima de las expectativas y de su tendencia a largo plazo", que el gasto de los consumidores está resultado "especialmente robusto", y que el sector inmobiliario ha comenzado a dar síntomas de recuperación después de bajar abruptamente durante 18 meses. "Pruebas adicionales de un crecimiento persistentemente por encima de la tendencia podrían poner en riesgo por progresos en materia de inflación y justicar un mayor endurecimiento de la política monetaria", ha alertado. 

En el otro lado de la balanza, el presidente de la FED ha destacado que las subidas de tipos tardan varios trimestres en desplegar todos sus efectos, con lo que parte de los mismos aún están por dejarse notar en la actividad y la inflación. Sin embargo, también ha insistido en la idea que llevar el IPC al objetivo del 2% "requerirá un periodo de crecimiento económico por debajo de la tenedencia, así como cierto debilitamiento de las condiciones del mercado laboral" (el paro está en el 3,5%, en zona de mínimos históricos). Asimismo, ha confirmado -como Lagarde, que mantendrá el objetivo en el 2%.