Política monetaria

El BCE no pausa: eleva los tipos al 4% y los volverá a subir en julio

 Lagarde advierte de que los salarios se han convertido en una "fuente de inflación crecientemente importante"

El BCE calcula que la subida de tipos restará al menos dos puntos al PIB europeo

El euríbor impacta en 2,7 millones de hipotecas con alzas de más de tres puntos

Lagarde afirma que queda "un poco de camino por recorrer" en las subidas de tipos

Lagarde afirma que queda "un poco de camino por recorrer" en las subidas de tipos

Pablo Allendesalazar

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Una subida ahora, otra en mes y medio, y quizás una tercera en septiembre. Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a elevar los tipos de interés oficiales este jueves en otros 0,25 puntos porcentuales, en su octava alza consecutiva desde que el pasado mes de julio acometió la primera en 11 años para combatir la brutal escalada de la inflación. Su consejo de gobierno ha llevado el tipo principal al 4% (el nivel más alto desde julio de 2008, albores de la Gran Crisis Financiera), mientras que la facilidad de depósito (el interés con que el banco central remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) alcanza el 3,5%.

En su próxima reunión, los volverá a subir salvo sorpresa, previsiblemente en otro cuarto de punto. "¿Hemos acabado, hemos terminado el viaje? No, no estamos en el destino. ¿Todavía tenemos terreno que cubrir? Sí. Y puedo ir más lejos: salvo que haya un cambio material en nuestro escenario base, es muy probable que sigamos subiendo las tasas en julio", ha confirmado su presidenta.

Christine Lagarde, así, ha afirmado que el consejo no ha discutido "en absoluto" una pausa en el ritmo de subidas como la decidida en la víspera por la Reserva Federal estadounidense. También ha negado que la cúpula del BCE tenga en mente hasta qué nivel subirá los tipos: "Lo sabremos cuando hayamos llegado". Es decir, que se deja las manos libres, pese a que el mercado esperaba que la de julio fuese la última subida. O dicho de otra forma, los analistas estiman ahora que aumentan las posibilidades de una nueva subida en septiembre.

Más inflación

La causa de todo ello, una inflación que pese a haberse moderado seguirá "demasiado alta durante demasiado tiempo". Los economistas del banco central prevén una subida media anual del nivel general de precios del 5,4% este año, 3% el próximo y 2,2% en 2025, por encima del 5,3%, 2,9% y 2,1% que calcularon en marzo. El incremento de la previsión de 2025 es muy relevante: pese a las alzas de tipos ya aprobadas, la inflación esperada para ese año se aleja un poco más del objetivo del BCE de que la inflación esté en el 2% a medio plazo de forma sostenible, lo que le ha empujado a volver a elevar el precio del dinero.

La autoridad monetaria del euro está preocupada especialmente por la inflación subyacente, la que excluye los más volátiles precios de la energía y los alimentos. Ahora prevé un nivel medio anual del 5,1% este año, 3% en 2024 y 2,3% en 2025, de nuevo por encima del 4,6%, 2,5% y 2,2% que calculó en marzo. Las subidas de los pronósticos del presente ejercicio y el próximo son notables.

La razón es que los salarios están tomando el relevo de los precios de la energía y los alimentos y son ahora una "fuente de inflación crecientemente importante", después de que los acordados en el primer trimestre recogieran una subida del 4,3%. Todavía no se está produciendo una de las temidas espirales de precios y salarios, ha afirmado Lagarde, pero el BCE seguirá vigilando de cerca el "enigma" del mercado laboral, porque el aumento salarial en un contexto de estancamiento económico reduce la productividad, lo que impacta en la inflación.

Menos crecimiento

El PIB de la zona euro, efectivamente, ya ha entrado en recesión (se contrajo un 0,1% tanto en el cuarto trimestre de 2022 como en el primero de este año), pero el paro sigue marcando mínimos históricos (6,5% en abril) y el BCE prevé que continúe bajando (al 6,4% de media en 2024 y 6,3% en 2025). Todo ello da margen y empuja al banco central a seguir endureciendo la política monetaria, máxime cuando la inflación, por más que se esté moderando, sigue muy alta: en mayo, 6,1% la general y 5,3% la subyacente.

La autoridad monetaria estima las subidas de tipos "se están transmitiendo con fuerza" a las condiciones de financiación de hogares, empresas y sector público y están afectando "gradualmente a toda la economía". Pero tiene dudas sobre el ritmo de dicha transmisión a la actividad y la demanda, y por tanto a la inflación. Por el momento, prevé que la eurozona crezca el 0,9% este año, el 1,5% el próximo y el 1,6% en 2025, algo por debajo del 1%, 1,5% y 1,6% que estimó en marzo. 

Así, las condiciones financieras (como el flujo y precio del crédito bancario o el interés de la deuda pública y corporativa) ya han recogido buena parte del efecto de las alzas, pero el impacto máximo de cada subida de tipos oficiales sobre el crecimiento se alcanza teóricamente durante el segundo año después de su implementación, mientras que el impacto máximo sobre la inflación suele demorarse aún más, entre tres y cuatro años, según diferentes estimaciones del BCE. Las subidas de tipos aprobadas desde julio del año pasado y la reducción del balance de la institución van a tener un impacto medio de dos puntos porcentuales menos de inflación entre 2023 y 2025 a costa de reducir el crecimiento económico en una media de otros dos puntos porcentuales entre 2022 y 2025.