Territorio

El déficit de inversión en infraestructuras catalanas ya roza los 40.000 millones de euros, según Foment

Infraestructuras: la pesada losa de un déficit de inversiones sin fin

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La diferencia entre el nivel de licitación ideal y el ejecutado realmente es cada vez menor, pero sigue habiendo casi 2.000 millones de euros de distancia en 2022

El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, carga contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau

El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, carga contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau / ACN

Paula Clemente

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Si en los últimos 14 años la administración pública hubiese invertido lo que toca en infraestructuras en Catalunya, la comunidad podría estar hoy cerca ya de alcanzar los objetivos de energía renovable de cara a 2030 (y no haber sufrido tanto el encarecimiento de la energía), podría garantizar el suministro de agua y regadío en plena crisis por la sequía, o incluso podría haberse evitado la incidencia que ha impedido el correcto funcionamiento de la R2 Sud de Rodalies durante cuatro semanas por un incendio en el cuatro de señales de la estación de Gavà. Así lo denuncia el último análisis llevado a cabo por la patronal Foment del Treball, que eleva el déficit de inversión en infraestructuras en la comunidad hasta los 40.000 millones de euros.

La cifra responde a trece años consecutivos en que el volumen de lo que se licita es inferior a lo que tendría que ejecutarse si se tomaran como referencia los niveles que se consideran óptimos en la Unión Europea. Para ir bien, Catalunya tendría que recibir el 2,2% de su Producto Interior Bruto (PIB) en inversiones destinadas a infraestructuras, y desde 2009 que no se alcanza este porcentaje. De ahí que desde entonces el déficit acumulado crezca hasta situarse en los 39.369 millones. Solo en 2022, la diferencia entre lo que se tendría que haber destinado a obras y lo que se ha invertido realmente está cerca de los 2.000 millones de euros.

"Hay una infradotación continuada que se repite año a año y que limita nuestra capacidad de crecimiento", ha introducido la presidenta de la comisión de Infraestructuras de Foment, Anna Cornadó, este jueves en la presentación de los datos. "Es evidente que esta falta de apuesta decidida por la inversión pública de Catalunya supone una clara pérdida de oportunidades y de la calidad de vida de los ciudadanos", ha destacado también el presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre. "Además, es bien sabido que la inversión pública actúa como catalizador de la inversión privada, ambas generadoras de puestos de trabajo y riqueza", ha asegurado el mismo representante empresarial.

Sin ir más lejos, este análisis ha cogido una quincena de regiones europeas comparables con Catalunya en términos de superficie, riqueza o población y ha llegado a la conclusión de que, por ejemplo, pese a tener un 'stock' de coches parecido, en esta comunidad hay un número mucho más alto de víctimas de incidentes de tráfico. "Esto seguro que se puede reducir mejorando las infraestructuras", ha sostenido el presidente de la Cambra de Contractistes d'Obres de Catalunya, entidad colaboradora en el estudio, Lluis Moreno. "En cuanto a autopistas estamos mejor, pero en carreteras (locales, intercomarcales, provinciales y nacionales) estamos muy por debajo de la red de carreteras del resto de Europa", ha detallado.

También hay diferencias significativas en los kilómetros de ferrocarril (muchos menos que en la media Europea) o en el número de pasajeros de los aeropuertos (muchos más). "Lo que se tendría que hacer es acondicionar los aeropuertos de Catalunya para absorber este público, dar comodidad y evitar que el sistema aeroportuario catalán sea el nuevo Rodalies", ha sugerido Moreno.

Pequeño avance

La única aparente buena noticia es que, pese a seguir haciéndose grande la brecha, en los últimos dos años ésta crece a menor velocidad. Si bien hasta 2020 -última vez que se hicieron públicas las conclusiones de este análisis- el porcentaje de inversiones ejecutadas no había superado el 1% del PIB de Catalunya desde hacía una década, en 2021 el porcentaje se situó en el 1,2% y en 2022, en el 1,5%.

"Esperemos que esto no sea un hecho anecdótico, porque lo que creemos es que si queremos ser Dinamarca o Holanda esta brecha tendría que estar oscilando sobre el 2,2% del PIB, año arriba, año abajo, y todavía estamos a años luz de llegar a eso", ha denunciado Moreno. Además, no hay que perder de vista -ha añadido- que 2022 fue año preelectoral y que está registrando el impacto de que se empezaran a hacer efectivas las licitaciones de los fondos Next Generation, movimiento extraordinario que no resuelve la dinámica habitual en la administración pública española, catalana y municipal.

En este sentido, Sánchez Llibre ha asegurado que una vez se resuelvan las elecciones generales del próximo 23 de julio, exigirá al nuevo presidente de España que se siente con su homólogo al frente de la Generalitat para hacer efectivo el traspaso integral del servicio de Rodalies, de trenes regionales y de Avant al gobierno catalán. "La hará más efectiva, más eficiente y se acabarán estos problemas de uno contra los otros", ha lanzado el presidente de Foment. "Siempre hemos reivindicado que este traspaso era posible y viable, no es una cuestión ideológica, es de eficiencia y eficacia y el Estatuto lo permite, tanto da que mande el PP o el PSOE", ha concluido.