Primer Congrés Catalá del Treball

Torrent llama a un nuevo "pacto social" para integrar la inteligencia artificial en el trabajo

Jeremy Rifkin, el 'pope' del New Green Deal: "Catalunya será el ejemplo de lo inhabitable que será la Tierra si no actuamos"

El auge de la inteligencia artificial acelera las emisiones contaminantes

Torrent cierra el Primer Congrés del Treball

Torrent cierra el Primer Congrés del Treball / ACN

Gabriel Ubieto

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El 'conseller' de Empresa i Treball de la Generalitat, Roger Torrent, ha hecho un llamamiento este miércoles a los agentes sociales, la sociedad civil y el resto de administraciones para fraguar un nuevo "pacto social, a escala catalana, que defina los objetivos y recorrido que queremos hacer durante los próximos años" para así implementar la inteligencia artificial en las empresas, de manera que ello redunde en el máximo beneficio para trabajadores y empresarios.

"Los avances tecnológicos [como el Chat GPT] sacuden los trabajos que hacemos y las habilidades que necesitamos para ello. [...] Es por ello que necesitamos de un nuevo pacto que defina los objetivos que queremos hacer durante los próximos años", ha afirmado Torrent durante la clausura del primer Congrés Català del Treball, celebrado esta semana en Barcelona. "Las nuevas tecnologías no son buenas por naturaleza, depende del uso que hagamos de ellas. Aquí entra nuestra responsabilidad [como Govern]", ha alertado.

El congreso ha sido escenario de reflexiones sobre 'clásicos' dilemas como salarios o jornada laboral, así como nuevos retos como la irrupción de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías o la crisis climática. Estas es el balance de tres días de jornadas sobre el mundo laboral que han congregado a más de 1.500 asistentes.

Salarios

A las puertas del Día Internacional del Trabajador y con una escalada de precios que desde hace más de un año castiga el poder adquisitivo de la mayoría de trabajadores, la cuestión de los salarios ha surgido inevitablemente estos días durante el congreso. "La pobreza laboral se ha instalado en nuestro país, las desigualdades se han incrementado en los últimos años, los salarios están consolidando un proceso de brecha… hemos de predicar y dar trigo y para empezar hay que redistribuir riqueza", ha declarado el secretario general de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco.

Las patronales han defendido que hay que hablar de salarios, sí, pero también de "productividad", según ha enfatizado el presidente de Pimec, Antoni Cañete. Foment del Treball, a través de su vicepresidenta Virginia Guinda, ha añadido la falca de la fiscalidad y que las empresas paguen menos impuestos. "Para movilizar todos esos recursos las empresas tienen que ir bien", ha considerado.

Medio ambiente y crisis climática

El encargado de abrir el primer Congrès Català del Treball fue el economista, sociólogo y 'pope' del New Green Deal, Jeremy Rifkin. Este activista por el clima puso el acento en las amenazas que la crisis climática suponen para el planeta y la supervivencia de la humanidad. "Estamos ante un peligro inminente de extinción, la sexta que vive el planeta", alertó en su entrevista con EL PERIÓDICO. Es por ello que reclamó a los gobiernos a que transiten hacia un modelo íntegro de energía verde y de nueva gobernabilidad, basada en bioregiones, delimitadas en función de los ecosistemas y no de las fronteras nacionales.

La cuestión de la crisis ecológica ha sido transversal en casi todas las mesas. "El debate de los derechos de los trabajadores no está en el debate del clima, se habla de las personas como consumidoras, pero no como trabajadores. [...] Muchas empresas tienen consciencia ecológica porque han visto negocio. Queremos vivir en un planeta digno, pero si no tenemos un trabajo digno, no habrá planeta digno", ha afirmado el secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros.

Jornada laboral y tiempos de trabajo

La regulación de los tiempos de trabajo, nuevas fórmulas como la semana laboral de 32 horas o la implicación de los Estados a la hora de regular el mundo del trabajo centró el segundo día del foro. "¿Por qué no una jornada laboral de 4 días?", se ha preguntado el 'conseller' Torrent. Los puntos de vista expresados desde la academia fueron diversos, desde entusiastas de la reducción de la jornada de manera gradual como el economista y uno de los diseñadores del programa piloto valenciano sobre la semana laboral de cuatro días, Joan Sanchís.

Hasta partidarios de la imposición por vía legal de la reducción de jornada, como el profesor de relaciones laborales de UPV y EHU Jon Bernat. También se escucharon voces, como la de la profesora honoraria de la UAM Cristina García, que alertaron sobre los riesgos de este nuevo modelo y los posibles retrocesos en términos de conciliación e igualdad de género que puede suponer la medida si no se implementa bien. 

Inteligencia artificial y nuevas tecnologías

En plena fiebre por la difusión del Chat GPT, la inteligencia artificial ha tenido un rol protagónico durante las jornadas. Ha sido abordada desde expertos locales, como el profesor de derecho del trabajo de la UV y autor del reciente libro algoritmos productivos y extractivos, Adrián Todolí, o la asessora senior de la OIT María Luz Vega Ruiz. Hasta referentes internacionales, como el catedrático de economia del King’s College de Londres, Daniel Susskind. "Los trabajadores de cuello blanco deben tomarse la automatización en serio", ha alertado el economista británico.

Susskind ha apuntado que los oficios no rutinarios -los técnicamente conocidos como 'de cuello blanco'- también están bajo la lupa de la IA y que la principal diferencia entre la actual ola de automatización y las de décadas precedentes es que ahora la inteligencia artificial ha dejado de copiar como los humanos hacen las cosas y ha pasado a desarrollar por sus propios métodos como hacerlas.

Como claves para evitar que esa posible fuente de progreso se quede en manos de unos pocos, Susskind ha abogado por fortalecer la formación -"La mejor respuesta es la educativa"- y el rol del Estado como agente redistribuidor de la riqueza, hoy que cada día el mercado laboral es menos eficiente a la hora de repartirla vía salarios.