Tecnología

La industria de los centros de datos aportará 11.000 millones de euros a la economía catalana en tres años

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Un centro de datos de Facebook en Luleå, Suecia.

Un centro de datos de Facebook en Luleå, Suecia. / Jonathan Nackstrand / AFP / Getty Images

Paula Clemente

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"Crecimiento sin precedentes", "oportunidad histórica" y mucho dinero en juego. La industria de los centros de datos mira hacia Catalunya y, a juzgar por las promesas que trae consigo, la comunidad espera con los brazos abiertos. Según los cálculos de la Asociación Española de Data Centers (SpainDC), las compañías del sector invertirán aproximadamente 1.300 millones de euros en los próximos tres años en poner en marcha infraestructuras de este estilo en el territorio, y esto arrastrará otros 2.200 millones de euros de inversión indirecta. En total, en torno a 3.500 millones que impulsarán a un sector que espera aportar, para entonces, 11.000 millones de euros a la economía catalana.

"En términos generales, España es el país que más y más rápido está creciendo en el sector de los centros de datos en Europa", ha contextualizado este viernes, en un encuentro de esta organización empresarial, su director ejecutivo, Manuel Gimenez, quien ha apuntado a continuación que Catalunya va a ser la joya de la corona. El emplazamiento tiene a favor, ha dicho, su situación geográfica, sus infraestructuras de comunicación de primer nivel y su competitividad en términos de costes. "Al modernismo, la gastronomía y la cultura hay que sumar la conectividad, que es lo que va a diferenciar este sector", ha completado el mismo.

De ahí los 3.500 millones de euros de inversión que esperan que capte esta industria en Catalunya (prácticamente la mitad de los 7.000 millones que se estiman para España). De ahí, también, la previsión de que el sector va a multiplicar por cinco su tamaño hasta 2026 y los 11.000 millones de euros de impacto positivo en el Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad, lo que ahora mismo implicaría que el 4% de la riqueza de Catalunya venga de esta industria.

"Los grandes actores, los grandes centros de datos ya están invirtiendo en la región", ha asegurado Gimenez, que también ha reconocido que esto "convierte a Catalunya en un punto estratégico para las conexiones de fibra óptica de alta capacidad" y, consecuentemente, sitúa a la región como 'hub' de 5G de referencia del sur de Europa.

De hecho, otro de los datos que han puesto sobre la mesa es que se espera que la potencia de conectividad instalada en Barcelona crezca en un 52% hasta 2026, diez puntos más que en Madrid y prácticamente 30 más que en los principales mercados europeos del sector: Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París.

Como último alarde de músculo, la propia reunión de este viernes: ha sido la primera vez que SpainDC se juntaba en Barcelona y el encuentro ha contado con la presencia de varios representantes de la Generalitat de Catalunya y el Ajuntament de Barcelona. Además, este desayuno ha servido para anunciar, precisamente, que la asociación celebrará este año su cita anual en esta ciudad, prueba añadida del potencial que ve en la región.

Consumo energético

Pero el camino es de vuelta. En este sentido, el director ejecutivo de la entidad ha aprovechado la ocasión para reivindicar el potencial de la industria a la que representa, también en términos energéticos y medioambientales. De acuerdo con su discurso, los centros de datos son motor no solo de la transformación digital, sino también de la transición ecológica.

"Tenemos que ser conscientes de que la demanda de servicios digitales, tanto públicos como privados, requieren energía", ha afirmado. Hay que tener en cuenta que estas infraestructuras son especialmente intensivas en cuanto a consumo energético. Sin embargo, según se ha defendido este viernes, España tiene a favor que al haber llegado algo más tarde a esta industria ya lo ha hecho bajo la óptica de la sostenibilidad. A esto añade Gimenez, como último alegato, que el consumo que se da en los centros de datos es mucho más eficiente que en los cuartos de servidores que se llevaban antes y que utilizan aún hoy la mayoría de pymes españolas.

"Debemos ser consciente de la oportunidad que representa esta revolución industrial que nos ha tocado en suerte, pero también la responsabilidad que conlleva", ha concluido.