Un año de invasión de Ucrania

La guerra deja una estela de altos tipos de interés y menor crecimiento hasta 2024

El mayor encarecimiento de las hipotecas y el frenazo más intenso del PIB se concentrará sobre todo en 2023

DAMBin (13)

DAMBin (13) / REUTERS / Wolfgang Rattay

Rosa María Sánchez

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Los efectos de la guerra en Ucrania pasaron factura en 2022 a familias, empresas y estados pero su estela se extenderá, al menos, a lo largo de 2023 y 2024 en forma de elevados tipos de interés que seguirán lastrando el poder adquisitivo de los hogares, la inversión y la capacidad de gasto de los presupuestos públicos. Menor crecimiento y mayor inflación es lo que cabe esperar de la economía si se compara con las expectativas que existían antes del estallido de la guerra, hace ahora un año. El empleo, pese a todo, sigue dando sorpresas positivas, tanto en España como en la zona euro y en EEUU.

El canal de transmisión de la guerra rusa en Ucrania a la economía europea, en general, y a la actividad española, en particular, se ha articulado a través del encarecimiento de la energía y de las materias primas, que ha ido calando, después a todo el tejido económico. La rápida escalada de la inflación ha propiciado la mayor pérdida de poder adquisitivo de los salarios de los 40 últimos años y ha obligado a los estados a comprometer importantes cantidades de dinero público para aliviar los efectos de la subida de los precios. Las medidas adoptadas por los Gobiernos contra la inflación y la capacidad de Europa de afrontar el bloqueo de los suministros energéticos rusos han hecho posible una rápida corrección de la inflación tras haber batido records de los últimos 40 años. En España, la inflación ha pasado del 10,8% de julio al 5,9% en enero. En la zona euro se ha pasado del 10,6% de octubre al 8,5% en enero. El Banco de España prevé que la inflación española cederá hasta una media del 4,9% en 2023 y del 3,6% en 2024. Según estas previsiones habría que esperar a 2025 para ver una inflación por debajo del 1,8%.

En general existe coincidencia en señalar que la inflación ya ha tocado techo, la duda es cuánto de persistentes serán unas tasas por encima de la tasa del 2% que sirve de objetivo de estabilidad para los bancos centrales. El riesgo de que una inflación persistente se acabe convirtiendo en el argumento de una espiral de subidas de salarios, precios y tipos de interés (efectos de segunda ronda) planea como principal amenaza sobre España y la zona euro.

Para frenar la evolución de la inflación, los bancos centrales de la zona euro, de EEUU y de Reino Unido han emprendido una decidida escalada de los tipos de interés. En la zona euro, el precio oficial del dinero ha pasado de 0% a 3% en solo ocho meses (entre junio y febrero). El euríbor a un año –principal referencia para las hipotecas a tipo variable- ha pasado de -0,56 en diciembre de 2021 situarse por encima del 3,5% en febrero de 2023 , propiciando el más rápido encarecimiento de las hipotecas de la historia. Se calcula que los mayores incrementos de las cuotas hipotecarias, que comenzaron a producirse en noviembre, se prolongarán de forma intensa a lo largo del primer semestre de este año. Los analistas anticipan que tanto el precio oficial del dinero como el euríbor podrían tocar techo en el entorno del 4% a mitad de año. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha adelantado que una vez que los tipos de interés toquen techo se mantendrán estables en la cima por un espacio largo de tiempo; indeterminado, en todo caso. Para los estados, la mayor parte de ellos sobreendeudados tras la pandemia, la subida de los tipos de interés se percibe como un riesgo añadido para sus finanzas.

Se estima que los seis paquetes de medidas contra la inflación adoptados por el Gobierno entre marzo y diciembre de 2022 ha podido tener un impacto de unos 20.000 millones el año pasado, al que se sumará otro tanto en 2023.

En sentido inverso, según los cálculos más recientes de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el peso de los ingresos del Estado sobre el PIB aumentó en 2 puntos porcentuales en 2022, lo cual es como decir que la administración central obtuvo una recaudación extra de unos 26.000 millones, con ayuda de la inflación. Esta inyección de ingresos permitirá al Estado cuadrar sus cuentas en 2022, incluso algo mejor de lo previsto, a pesar del gasto extra derivado de las medidas contra la inflación.

Es difícil que en 2023 se vuelva a repetir una inyección extra de recaudación como la de 2022. Sin embargo, este año tendrán efecto recaudatorio los tres nuevos impuestos temporales sobre energía, banca y patrimonios aprobados por el Gobierno. Si se cumplen las expectativas de Hacienda, estas tres nuevas figuras podrían añadir entre 4.000 y 5.000 millones este año y otro tanto en 2024 con lo que poder financiar medidas de alivio para los agentes económicos.

A pesar del impacto de la invasión de Ucrania en la economía, el producto interior bruto (PIB) en España logró crecer en 2022 el 5,5%, una tasa similar a la de 2021. No obstante, si se compara con lo que el Gobierno esperaba antes del estallido de la guerra para la economía española, se concluye que el PIB creció algo menos (el 5,5% en lugar del 7% que se proyectaba antes de la invasión rusa). La zona euro también logró mejorar sus datos económicos a final de año, logrando esquivar unos pronósticos de recesión que eran casi unánimes en el inicio del otoño. En todo caso, el verdadero frenazo de la actividad económica se proyecta para 2023. Para el caso español, el consenso de los analistas hace pensar que el crecimiento pasará del 5,5% en 2022 al 1,3% en 2023. Para la zona euro, el FMI prevé que el crecimiento pasará del 3,5% estimado para 2022 al 0,7%, antes de repuntar al 1,6% en 2024.

A pesar del estallido de la guerra y de sus consecuencias económica, el empleo ha logrado evolucionar en España incluso mejor de lo que se esperaba antes de la invasión rusa de Ucrania. Antes de la guerra, el Gobierno había previsto que el número de empleos equivalentes a tiempo completo iba a crecer el 2,7% en 2022. Finalmente, el crecimiento ha sido del 3,8%, a pesar del menor crecimiento económico, lo cual ha permitido situar la tasa media de paro de 2022 en el 12,9% (en lugar del 14,1% previsto). La sorpresa positiva del mercado laboral en 2022 ha sido también una constante en la zona euro y en EEUU. En España, no obstante, el Gobierno vincula con la reforma laboral que entró en vigor a principios de 2022 esta mejora contra todo pronóstico del empleo.

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