Hasta septiembre

El Sabadell gana un 82,4% más por las menores provisiones y la filial británica

González Bueno descarta vender el británico TSB "en este momento" y un nuevo ere "en un futuro previsible"

ECONOMIA  CESAR GONZALEZ BUENO    BANC BANCO SABADELL

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Pablo Allendesalazar

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El Sabadell sigue dejando atrás su mal 2020, en el que solo ganó dos millones (y gracias a la activación de derechos al menor pago de impuestos), vio frustrarse su fusión con el BBVA y nombró un nuevo primer ejecutivo, César González Bueno, para que elaborase un plan estratégico que sacase a la entidad del castigo del mercado. El banco de origen catalán, así, ganó 370 millones de euros entre enero y septiembre, un 82,4% más que en el mismo periodo del 2020, gracias principalmente a las menores provisiones para absorber pérdidas futuras y a que su filial británica ha pasado este año a generarle beneficios. 

El TSB inglés, así, ganó 82 millones, frente a las pérdidas de 155 millones que registró en 2020. El Sabadell, de hecho, rechazó recientemente una oferta preliminar por dicha unidad de unos 1.200 millones (frente a los 1.700 millones que pagó en 2015) del también británico Co-operative Bank. González Bueno ha insistido este jueves en que el consejo del grupo ha decidido no estudiar "en este momento" ninguna operación. El consejero delegado, eso sí, ha evitado pronunciarse sobre si una posible venta sería posible más adelante, una vez mejorada la situación de la filial para obtener un precio mejor.

La eficiencia del TSB todavía es mala (los gastos suponen el 71% de los ingresos, frente al 50% del negocio del Sabadell en España). Además, aunque su aportación al beneficio está siendo este año similar al consumo de capital que supone para el grupo (en torno al 20%), su resultado hasta septiembre se ha beneficiado de dos efectos extraordinarios (15 millones de beneficio fiscal y 47 millones de provisiones que se han convertido en ganancias). Es decir, que en una situación normal hubiera aportado menos al Sabadell del capital que le obliga a tener guardado, lo que pone en cuestión la rentabilidad de la inversión.

Más ingresos que gastos

Los ingresos del grupo, por otra parte, crecieron el 7,5% (a 3.908 millones) gracias a las comisiones (7%) y las operaciones en mercados financieros (96,2%). Los obtenidos por el crédito y los depósitos también contribuyeron positivamente (0,7%) gracias al mayor volumen de préstamos (4,8%, fundamentalmente por el crecimiento de hipotecas del TSB), así como al mayor interés cobrado a clientes por guardarle el dinero. En el tercer trimestre, el banco ha elevado el saldo de empresas, pymes y autónomos que penaliza con un tipo del 0,4% de 7.000 a 12.000 millones (el BCE, a su vez, cobra a los bancos el 0,5% por hacer lo mismo). González Bueno, en cualquier caso, ha asegurado que no prevé cobrar a los particulares y ha precisado que a las compañías lo hace solo a partir de ciertos umbrales.

Los gastos, además, crecieron de forma más moderada que los ingresos (6,9%), lo que también favoreció la mejora del resultado. El incremento de esta partida se debió a los 331 millones reservados para financiar el ere recientemente pactado, que supondrá la salida de entre 1.380 y 1.605 trabajadores, que se suman a las 1.800 prejubilaciones acordadas a finales de 2020. Estas dos partidas le permitirán ahorrar unos 270 millones al año, el 20% de sus costes de personal, y González Bueno ha descartado nuevos ajustes "en un futuro previsible".

El mayor contribuidor al repunte del beneficio, en cualquier caso, fue la reducción de las provisiones (-34%), tras la dotación excepcional de 2.275 millones que realizó el año pasado para afrontar futuros impagos por la pandemia, financiar eres en España y Reino Unido, y cubrir minusvalías en la venta de carteras de activos tóxicos. Al contrario que en 2020, eso sí, el impuesto de sociedades le costó 148 millones, en lugar de sumarle beneficios (47 millones hasta septiembre de 2020) por la activación de derechos al menor pago de impuestos en el Reino Unido.

Una de las partes más débiles de la cuenta del Sabadell es la rentabilidad, que ha mejorado al 3,16% pero sigue lejos de cubrir el coste de hacerse con el capital. La solvencia, por su parte, ha subido al 12,12%. González Bueno ha sostenido que el banco se siente "cómodo" con dicho nivel gracias al margen que tiene sobre el mínimo exigido por las autoridades, y pese a ser una de las entidades que obtuvo un peor resultado en la reciente prueba de estrés a la banca comunitaria de la Autoridad Bancaria Europea.