Según el CTESC

Los ingresos de las familias catalanas bajaron siete veces más que los alquileres durante el 2020

Los arrendamientos se comen, de media, el 36,6% del sueldo de los catalanes; 10 puntos más que hace un lustro; según un informe del CTESC

Patronal y sindicatos reprenden a la Generalitat por desinvertir en políticas de vivienda, que actualmente cuentan con la mitad de presupuesto que hace una década

El precio del alquiler ha aumentado un 4,6% en España

El precio del alquiler ha aumentado un 4,6% en España / El Periódico

Gabriel Ubieto

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En toda crisis hay ganadores y perdedores y en la del coronavirus, de momento, los arrendadores están saliendo mejor parados que los arrendatarios. La dificultad para firmar nuevos contratos, el desplome del turismo y el confinamiento de parte del capital inversor contribuyeron a que los nuevos contratos de alquiler en Catalunya firmados en el 2020 bajaran por primera vez desde el 2014. No obstante, lo que podría parecer una buena noticia para los bolsillos de la mayoría de catalanes no es tal, ya que las rentas de los hogares también bajaron y lo hicieron con mucha mayor intensidad. Según un informe publicado este jueves por el Consell de Treball, Econòmic i Social de Catalunya (CTESC), los ingresos de las familias catalanas bajaron siete veces más que los alquileres durante el 2020.

Bajo el título ‘El derecho a la vivienda’, las patronales y sindicatos más representativos de Catalunya han elaborado un extenso informe de 322 páginas en el que constatan que asegurarse un techo es una necesidad cada vez más problemática entre los catalanes y en el que sacan los colores a la Generalitat por su falta de inversión para solventar dicho problema. Los datos ofrecidos en el estudio van en la línea de otros indicadores y constatan que costearse una vivienda cada vez le cuesta más a los catalanes. "Si no hacemos nada esa sobrecarga continuará creciendo, la dinámica de mercado es esa", ha alertado el ponente del estudio, José Martín Vives

Según los datos del informe, las rentas familiares han perdido 10 puntos de poder adquisitivo entre el 2006 y el 2020; mientras que los precios de la vivienda de alquiler han crecido, descontando la inflación, el 14%. Es decir, los sueldos cada vez dan para menos y pagar un alquiler cada vez es más caro. La escalada es vertiginosa y según los responsables del estudio no tiene visos de moderarse en los próximos años. Los catalanes que viven de alquiler destinaron en el 2020, de media, el 36,6% de su sueldo; 10 puntos más que hace un lustro. 

Y no es solo una cuestión de que el alquiler sea caro o esté subiendo mucho, pero la compra sea una alternativa. Según el mismo informe, con los actuales sueldos, el precio de la vivienda de adquisición y las condiciones de financiación, un catalán destinó el 34,5% de su nómina a pagar la hipoteca; casi cinco puntos que hace cinco años. En Barcelona ciudad esa media llega al 40,2%. “Es una situación injusta que arroja a la pobreza a muchas personas en Catalunya”, ha declarado el presidente del CTESC, Toni Mora.

Un problema de desinversión

La presentación del estudio ha contado con la presencia del secretario de l'Agenda Urbana i Territori, Agustí Serra, que ha reconocido el grave problema social que ha trabajado el CTESC. Y ha abogado por solventarlo a través de inversión pública, no a través de la limitación de precios (en el caso del alquiler) que su propio Departament impulsó; en contra de sus postulados y forzado por la presión social y de su socio de Govern (ERC). “La mejor limitación de precios es la vivienda pública oficial”, ha declarado el responsable de la Generalitat.

No obstante, el balance presupuestario de la administración catalana en la última década choca directamente contra la declaración de intenciones del dirigente posconvergente. Pues según le reprenden las patronales y los sindicatos en su informe, la Generalitat destinó en el 2020 a políticas de vivienda un total de 408,1 millones de euros, la mitad que lo que destinaba en el 2008 (813,3 millones). "Se deben garantizar dotaciones presupuestarias suficientes y estables", al margen de los ciclos políticos; según le ha reprochado el ponente del estudio, José Martín Vives.