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Claves para no caer en una deuda eterna por culpa de un microcrédito

La cautela y la formación financiera son imprescindibles a la hora de solicitar este tipo de productos, que pueden conllevar a una espiral en la que la deuda no pare de crecer.

La cautela y la formación financiera son imprescindibles a la hora de solicitar este tipo de productos, que pueden conllevar a una espiral en la que la deuda no pare de crecer

Microcréditos

Microcréditos / economia

Fran Leal

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La crisis sanitaria ha derivado en una nueva crisis económica que está haciendo mella en las finanzas de las familias y empresas de forma preocupante. Así, como ya ocurriera en las crisis precedentes, muchos se ven abocados a buscar soluciones de liquidez, entre las cuales están los polémicos microcréditos.

Así, según aseguran desde la plataforma Reclama por Mí, han aumentado ostensiblemente durante estos últimos meses las búsquedas de este tipo de créditos, con los que hay que tener un cuidado añadido a la hora de solicitarlos y afrontarlos.

Un producto marcado por la polémica

Javier Moyano, CEO de esta plataforma especializada en reclamaciones, expone que si bien los microcréditos son préstamos que se comercializan y publicitan como una forma de dinero rápido y fácil, “sus principales virtudes son precisamente sus mayores defectos”, ya que este producto “puede tener unos intereses y comisiones muy elevados que, en algunos casos, pueden superar el 2.000% TAE”.

Y quizás ahí radique el peligro pues, aunque es cierto que en los últimos tiempos se ha tomado conciencia de los peligros que conlleva contratar servicios de este tipo sin un estudio y planteamiento previo, “aún son muchos los que desconocen estos peligros y cómo deben proceder si quieren acabar con el contrato o reclamar lo que pagaron en el pasado”, apunta. Y es que, lo que en un principio se presenta como una salida a una mala situación económica, puede terminar siendo un círculo vicioso de deudas “donde los clientes no tienen otra alternativa que refinanciarse con otros créditos, provocando que una deuda mínima suponga la devolución de miles de euros en intereses”, sostiene Moyano. En este sentido, habría que sumar lo castigados que están los intereses de demora, lo que motiva que “en pocas semanas te puedas ver debiendo diez veces lo prestado”.

Desde el comparador de productos financieros Credexia, sin embargo, no son tan drásticos a la hora de evaluar los microcréditos: “En Credexia confirmamos que no son buenos ni malos. Son simplemente un producto financiero a nuestra disposición”, confirman fuentes de la compañía para BYZness. Y en base a esta idea, apuntan al consumo responsable y el control de nuestras finanzas personales como las claves a la hora de determinar si conviene o no solicitar este tipo de producto.

¿Se nos informa debidamente de los riesgos?

Según nos cuentan desde Credexia, si existen problemas con la devolución de estos préstamos, “las entidades que actúan como prestamistas son conscientes de que debe prevalecer la vía de negociación para regularizar la situación”. Según defienden desde el comparador, el cliente es informado en todo momento de las consecuencias que puede traer un impago, con todas las condiciones reflejadas y plasmadas en un contrato.

Pero ahí es donde Moyano sitúa precisamente el problema, en el contrato; una de las claves a tener en cuenta a la hora de solicitar un microcrédito, pues no son pocas las ocasiones en las que estos contratos “cuentan con una letra mínima e ilegible, omisión de información o aumento de la línea de crédito sin aceptación de los términos”.

Por otra parte, según el CEO de Reclama por Mí, a la hora de contratar este tipo de producto debemos fijarnos atentamente también a los intereses, pues en ocasiones son desorbitados, pudiendo superar “el 24% TAE, lo que podría considerarse usurario. Es más, la reciente jurisprudencia del Tribunal Supremo ha marcado que un 20% TAE ya es un interés elevado”, concluye Moyano.

La cautela como compañera fiable

En cualquier caso, la situación actual parece apuntar, efectivamente, hacia un aumento en las solicitudes de este tipo de préstamos. Un proceso que, teniendo en cuenta que se trata de “una opción financiera más, hay que ser cautos”, advierte Alexander Dunaev, cofundador de la fintech afincada en Barcelona ID Finance.

En este sentido, destaca como clave la importancia de controlar nuestro ratio deuda-ingresos, ya que si este valor alcanza el 50%, “puede suponer un riesgo, porque un cambio inesperado puede afectar tu capacidad de pago y tener dificultades para devolver la deuda, que puede conllevar a su vez desde un incremento de sus costes hasta incluso consecuencias legales”. Para evitar esta situación, desde esta compañía centrada en data science, credit scoring y finanzas digitales, aconsejan que sigamos las siguientes 8 claves.

  1. Elimina gastos innecesarios, como caprichos que no me puedo permitir. Por ejemplo, cambiar de coche si ya tengo uno que funciona. Puede parecer obvio, pero no lo es.
  2. Si es posible, ahorra en tiempos de bonanza, para tener un colchón cuando la situación no sea tan favorable.
  3. Si pides un crédito, asegúrate al 100% de que puedes pagar lo que pides prestado.
  4. Considera las posibilidades que existen de que se presenten situaciones que impidan que puedas pagar las cuotas mensuales, y calcula cuántos meses podrías sostener esa situación antes de pedir un préstamo.
  5. Evita caer en impagos que generen un extra de costes adicionales o penalizaciones que dificulten terminar de pagar el crédito, al generarse el círculo de las ‘comisiones perpetuas’.
  6. Tu ratio de deuda-ingresos no debería superar el 20-30%. Es decir, si tienes 1.000 euros de ingresos mensuales puedes llegar a asumir un 20% (200 euros de deuda mensual), pero no más. Si los ingresos superan los 1.500 euros, según nos cuenta Dunaev, esa cifra puede llegar a ser superior, en torno al 30%.
  7. Revisa las condiciones de tu crédito. Además del tipo de interés, habría que prestar atención a los gastos extras asociados, como los seguros que en ocasiones ofrecen asociados al crédito, que aumentará el coste, incrementando el tipo de interés que pagues.
  8. Por último, busca y compara opiniones de otros usuarios sobre la entidad financiera que ofrece el crédito, que te podría poner sobre aviso de cualquier tipo de problema.