propuesta para reactivar el consumo
Los asesores fiscales insisten: IVA superreducido para salvar al sector del turismo
La AEDAF propone rebajar el IVA que grava las actividades turísticas desde el actual 10% hasta el 4% para disminuir precios, ganar en competitividad e impulsar una recuperación más rápida.
La AEDAF propone rebajar el IVA que grava las actividades turísticas desde el actual 10% hasta el 4% para disminuir precios, ganar en competitividad e impulsar una recuperación más rápida.
María Refojos
Redactora del suplemento 'activos'.
Gallega y periodista con vocación digital. Contar historias que la gente pueda entender me hace feliz.
La Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) ha diseñado un paquete de medidas para dotar de liquidez a empresas y autónomos, de forma que puedan superar esta crisis de la mejor forma posible.
Entre la decena de medidas presentadas, hay una enfocada al turismo que consiste en establecer el tipo impositivo superreducido de IVA, del 4%, para casi todos los servicios del sector. Hoteles, restaurantes, campings, agencias de viajes, bares, transporte terrestre… Su planteamiento contempla que la práctica totalidad de servicios disponibles para los viajeros, tanto nacionales como extranjeros, se vean beneficiados.
“Con esta medida no habría discrepancias; todas las empresas que están involucradas o que intervienen en el sector turístico estarían encantadas, favorece a todos y no perjudica a nadie, no discrimina”, afirma David Gómez Aragón, coordinador del grupo de expertos IVA de AEDAF.
Según exponen los asesores fiscales, una rebaja del IVA que grava las actividades turísticas, desde el actual 10% al 4%, contribuiría a impulsar una recuperación económica mucho más rápida.
Pedida y rechazada
Este tipo de propuesta se ha reclamado en los últimos meses por distintas voces. Desde el Círculo de Empresarios, pasando por distintas asociaciones profesionales vinculadas con el turismo e incluso gobiernos regionales como el de Andalucía o Murcia.
La Asociación Corporativa de Agencias de Viajes especializadas (ACAVe) llevó la idea a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica constituida por el Congreso de los Diputados en junio. “Ya comentamos cuando hice la presentación que se tenía que bajar el IVA, porque las agencias de viajes tenemos el tipo impositivo más alto, del 21%”, asegura Martín Sarrate Laplana, presidente de ACAVe. Y, según añade, toda la industria turística podría aprovecharse ya que “ayudaría a reducir los precios y a ser mucho más competitivos”.
La petición por ahora no ha prosperado. A principios de julio la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, despachó de forma rotunda cualquier posibilidad de ponerla en marcha y definió de “difícil” el hecho de abordar cualquier rebaja fiscal. Para ello, apeló a la necesidad de mantener un cierto nivel de ingresos que compense el gasto acometido por el Estado para hacer frente a la COVID-19.
Impacto en la economía
En este sentido, lo que plantea la AEDAF es un límite temporal de corto plazo, en concreto hasta diciembre de 2021. “En algún momento habrá que darle una revisión al sistema de tipos que tenemos, pero no es este el momento. Son medidas de emergencia para solventar problemas puntuales”, detalla David Gómez.
El fiscalista considera que si no se aplican ‘parches’ fiscales por no perder recaudación, se corre el riesgo de que la consecuencia sea la misma ya que, si las empresas cesan su actividad y el consumo no se produce, “la recaudación se va a perder de todas maneras”.
Así, los asesores fiscales insisten en que optar por esta alternativa sería la tabla de salvación para una industria gravemente dañada por la COVID-19 y las restricciones a la movilidad, el miedo al contagio y el impacto de la crisis en la economía familiar. “Hay que considerar que la pandemia ha determinado una reducción de la renta disponible para el gasto vacacional y un aumento del desempleo, de modo que resulta vital que el precio de los servicios turísticos disminuya para fomentar su consumo”, indican en su informe, ya en manos de los grupos parlamentarios.
El sector turístico tiene un gran peso en la economía española. En concreto, en 2018 alcanzó los 147.946 millones de euros, lo que supuso el 12,3% del PIB, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En regiones como Canarias o Baleares, principales receptoras de visitantes, puede llegar hasta el 35%.
Y el aporte en el mercado laboral queda patente en los datos de empleo que se han publicado hasta ahora. Las actividades turísticas generaron 2,62 millones de puestos de trabajo en 2019, equivalentes al 12,7% del total de afiliados a la Seguridad Social.
Esta elevada dependencia de la actividad turística ha hecho que la OCDE haya puesto a España a la cabeza del desplome económico mundial que se espera para este 2020. Una previsión que empieza a tener su reflejo en cifras como las que presentó el INE este lunes. En junio, 204.926 turistas extranjeros cruzaron nuestras fronteras, lo que supone un descenso del 97,7% en comparación con el mismo mes de 2019. También cayó el gasto, nada menos que el 98,6%, hasta 133 millones de euros.
Competitividad en Europa
Con países como Alemania, Holanda o Reino Unido desaconsejando a sus ciudadanos viajar a España, cabe la posibilidad de que notemos el impacto en la campaña de verano mucho más de lo que cualquier previsión había imaginado.
“Tenemos que mantener nuestro sector competitivo y una manera es con una medida como esta”, señala David Gómez, quien incide en que ya están bajando los impuestos “todos los países que son tan dependientes como nosotros en el sector turístico”.
En efecto, en estas semanas son varios los Estados que han optado por suavizar este impuesto indirecto. Y aunque España es uno de los países europeos con un IVA más bajo para el turismo, estos movimientos podrían añadir otro kilo en la balanza de los contras a la hora de tomar la decisión de viajar a nuestro país.
Aunque como recuerda el presidente de ACAVe, su propuesta fue de llevarlo a los niveles de Francia o Alemania, que ya han anunciado recortes en sus tipos reducidos. Por ejemplo, el país germano mantendrá de julio a diciembre un gravamen del 5% para restaurantes y servicios de comida y lo elevará al 7% hasta junio de 2021.
Pero no son los únicos. Turquía, uno de los grandes beneficiados de los vetos sobre vuelos domésticos, alojamiento y restauración, y Reino Unido ha recortado desde el 20% hasta el 5% el gravamen sobre toda actividad relacionada con el turismo (alojamiento, teatros, museos, conciertos, pubs, restaurantes…).
También al 5% han situado este impuesto indirecto Austria, para hospitality y cultura, y Chipre y Grecia, que lo aplicarán a alojamiento y servicios de comida. Por su parte, Bélgica ha establecido una rebaja hasta el 6%, desde el 12% anterior, mientras que Lituania y Bulgaria han reducido su IVA al turismo desde el 21% hasta el 9%. Y República Checa lo ha bajado del 15% al 10%, mismo nivel que tiene España actualmente.
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