Balance de 15 años

La deuda autonómica se ha multiplicado por cinco en una década

Ángel de la Fuente, este viernes, en la Universidad de Girona.

Ángel de la Fuente, este viernes, en la Universidad de Girona. / periodico

Rosa María Sánchez

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Las cuentas autonómicas se acercan al equilibrio presupuestario, después de haber tocado fondo en el 2011 con un déficit del 5,1% del PIB, pero esconden una situación de fragilidad muy preocupante de cara al ciclo de desaceleración económica que encara la economía española (y las de la Unión Europea y del mundo, en general).

Esta es la principal conclusión que se desprende de un informe sobre la evolución de las finanzas autonómicas en los últimos 15 años que ha publicado este lunes la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), firmado por su director, Ángel de la Fuente. Desde el 2003 la deuda autonómica se ha multiplicado por cinco al tiempo que la inversión de las comunidades se ha reducido a la mitad. 

"En este período (desde el 2003) las finanzas autonómicas han cerrado un ciclo completo, volviendo en 2018 a una situación similar a la observada en 2003 en términos de sus niveles de gasto, ingreso y déficit. Sin embargo, la herencia de la Gran Recesión ha dejado las cuentas autonómicas en una situación bastante más frágil que la de partida y con un margen de maniobra limitado si los síntomas de desaceleración que observamos en los últimos meses se confirman y acentúan en los próximos trimestres", avisa De la Fuente.

Deuda, inversión y tipos

"Quizás lo más preocupante a medio y largo plazo es que la deuda autonómica, medida en relación a la renta nacional, se ha multiplicado por cinco en menos de una década, habiéndose estabilizado en estos últimos años de recuperación en torno al 25% del PIB", subraya el informe. En comunidades como Valencia o Castilla La Mancha la deuda se ha multiplicado por más de 10 veces desde el 2003. En Catalunya, la deuda autónomica ha pasado del entorno de 7% del PIB en el 2003 a rozar el 35%.

A esto se añade que la inversión real por habitante de las autonomías se ha reducido a la mitad (al 54%) en el periodo analizado (desde el 2003)  y que tales niveles "no se pueden sostener durante mucho más tiempo sin efectos adversos sobre muchos equipamientos públicos y la calidad de los servicios que estos ayudan a prestar". En el caso de Catalunya, la inversión real por habitante se situó en el 68% de la que existía en el 2003, según los datos de Fedea. Castilla La Mancha presenta el ajuste más dramático de la inversión por habitante, pues este dato apenas representó en el 2018 el 34% del existente en el 2003.

También están llamados a agotarse los anormalmente bajos tipos de interés que han alentado la reducción del déficit público (de todas las administraciones) en los últimos años así como las subvenciones estatales a los gastos derivados de la deuda publica a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y del resto de los llamados mecanismos adicionales de financiación.

Sistema de financiación

Los mayores problemas de déficit y deuda se sitúan en algunas de las comunidades (como Valencia o Murcial) que se consideran claras perdedoras del vigente sistema de financiación autonómica (del 2009), cuya renovación acumula un retraso de cinco años.

Una de las cuestiones que pretendía acometer el Gobierno saliente, del PP, en la renovación de sistema de financiación autonómica se refería a alguna forma de 'quita' de deuda en las comunidades peor cubiertas por el modelo de ingresos.

Corrección del déficit

Mientras tanto, la coyuntura económica y algunos mecanismos del sistema de financiación (como la liquidación retardada de los ingresos por mayor recaudación fiscal), junto con las medidas disciplinarias de la Ley de Estabilidad, están favoreciendo la corrección del déficit autonómico.

El conjunto de las comunidades presentó en el 2018 un déficit presupuestario de 0,23% del PIB, claramente por debajo del objetivo de déficit del 0,40%.

Con sólo cuatro excepciones (País Vasco, Baleares, Navarra y Valencia), las comunidades autónomas mejoran sus resultados en relación al año anterior. Trece de ellas cumplieron el objetivo de déficit y dos más se quedaron a sólo unas centésimas de hacerlo, dejando sólo a Valencia y Murcia con déficits muy superiores al objetivo.

En el 2018 Catalunya logró situarse al límite entre las cumplidoras, con un déficit de 1.025 millones de euros equivalentes al 0,44% del PIB.

Según el análisis de Fedea, en términos generales, la mejora del saldo presupuestario proviene en primer lugar del fuerte crecimiento de los ingresos con la recuperación económica, pero hay también una contribución significativa de las partidas de gasto, que crecen a un ritmo inferior al PIB y por lo tanto pierden peso en este agregado.

Canarias, Cantabria y Navarra son las comunidades en las que menos ha crecido el gasto total en el conjunto del período, mientras que el País Vasco, Baleares y Aragón presentan los mayores crecimientos acumulados. Baleares es la comunidad que menos ha recortado la inversión, seguida del País Vasco, mientras que Castilla la Mancha y Asturias son las que más lo han hecho, según en análisis de Fedea.